Viernes, 22 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

UNA FAMILIA MISIONERA EN SIBERIA

«La Iglesia nos ha dado armas con las que Hitler y Napoleón no contaban: la oración»

Juan y Cecilia, un joven matrimonio perteneciente al Camino Neocatecumenal, se marcharon junto con sus cuatro hijos - y un quinto que está en camino - a Rusia para ejercer como familia misionera. Lo hacen en Barnaul, en medio de la estepa siberiana. Y no conocen el idioma.

ReL / J. F. Lamata Molina

Su vida ha estado marcada por el mensaje misionero. Sus respectivos padres se conocieron durante una misión en Ecuador. Ahora acaban de llegar a Rusia, como ellos mismos dicen «después de un viaje cansado». Reconocen que la ciudad - que les toco por azar - es muy distinta a las que ellos están habituados. En sus respuestas vemos un indudable sentimiento de fe y entrega.

- ¿Cómo ha sido su llegada a Rusia y la adaptación? ¿Se han podido instalar sin problemas?

- Rusia nos ha recibido con muy buena temperatura y unas condiciones buenas en cuanto a la casa y demás. Dios nos va poniendo ángeles continuamente que nos van ayudando en cada cosa que vamos necesitando, independientemente de que sean de iglesia o no, y aunque, no saber el idioma es una limitación, hemos podido comunicarnos hasta ahora de una forma u otra. Poco a poco nos vamos adaptando a esta nueva situación con la ayuda de Dios pues estamos contentos y los niños también.

- Se podría decir que lo suyo es un caso hereditario… ¿Llegaron a consultar alguna vez con sus respectivos padres esa intención de entregar su destino a la evangelización? Y si fue así ¿qué les dijeron ellos?
- Cuando el Señor te pone esta llamada en el corazón no hacen falta muchas consultas. La evangelización es la misión a la que todo cristiano está llamado, pero no sabíamos que Dios tenía estos planes para nosotros, aunque tampoco estábamos cerrados a ello. Cuando se lo contamos a nuestros padres, en ambos casos nos dijeron que si veíamos que esa era la voluntad de Dios para nosotros y nuestra familia, adelante, sin miedo, si es lo que Dios quiere, sin duda es lo mejor.

- Ustedes han conseguido escuchar esa buena noticia –
este «Kerygma»-. ¿Creen que el destino es caprichoso en quienes eligen para que reciban esa llamada?
- Nosotros no creemos en el destino. Es Dios, que en la historia de amor que tiene para cada hombre.
 
- A eso me refería. ¿La llamada de Dios la reciben unos elegidos? ¿O la recibe todo el mundo y la mayoría opta por no escucharla?
- Les llama de una manera u otra (es un misterio). Nosotros hemos escuchado esta buena noticia y nos ha cautivado, porque ciertamente hay quien no la escucha nunca, y hay quien opta por no escucharla, ahí es donde entra también la libertad del hombre.

- ¿Como fue en su caso esa llamada?
- Un día en unas catequesis para adultos que se hacen en la parroquia nuestros padres nos invitaron a ir y en ellas se nos anunció esta buena noticia y se formó una pequeña comunidad de unas 40 personas, en la que hay jóvenes solteros, personas mayores, viudas, matrimonios jóvenes y no tan jóvenes. Hoy después de casi 15 años de escuchar  estas catequesis, la comunidad sigue adelante y está unida a nosotros en esta misión a través de la oración.

- Ni los ejércitos de Napoleón, ni los de Hitler pudieron hacer nada contra los fríos polares de Siberia. ¿No les da miedo hacer frente a ese temible invierno ruso?
- Somos humanos y por supuesto nos da miedo muchas veces el frío en Siberia, pero Dios es nuestro Padre y sabe cuáles son nuestras necesidades.  A nosotros la Iglesia nos ha dado armas con las que Hitler y Napoleón no contaban: la oración a través de los laudes a primera hora de mañana y el rosario.

- Ustedes conocieron la miseria en Ecuador, ahora van a conocer la de Rusia. Hablando en términos frívolos: ¿Se puede vender la buena noticia a gente que tanto sufre? Parece un ejercicio imposible…
- Todo lo contrario, el kerygma lo reciben mucho mejor la gente que sufre, porque encuentra en este anuncio una respuesta al mismo, un sentido. Así como en la eucaristía hay una presencia real de Jesucristo, también existe una presencia muy real de Jesucristo en la gente que está marcada por un sufrimiento. Y tienen una necesidad urgente de conocer este amor, porque si no vivir ¿para qué?, por eso se suicida tanta gente en Europa, porque llega un momento que realmente, si Dios no existe ¿para que vivimos?, ¿para ganar dinero? ¿para trabajar? ¿para triunfar?, no puede ser que Dios haya creado el universo y al hombre para esto.

- Mirando las cifras del Domund de los más de 16.000 misioneros españoles repartidos en todo el mundo, en Ecuador hay 500. En la gigantesca Rusia hay 10 – ahora quizá debamos decir 12 – Por lo que no se van precisamente a un destino habitual de los misioneros. La pregunta es: ¿Por qué precisamente Rusia?
- Pertenecemos al Camino Neocatecumenal donde cada 2 o 3 años se hace una convivencia en Italia (Porto San Giorgio) donde van todos los matrimonios que se han sentido llamados a la evangelización a cualquier parte del mundo, entramos en un sorteo, nadie sabe dónde irá, y una vez salen nuestros nombres y el destino, decimos si estamos dispuestos a partir o no libremente. Y a nosotros nos tocó a Barnaul (Siberia) junto con otro matrimonio de Foligno-Perugia (Italia).

- Tienen cuatro hijos. ¿Temen que con el paso del tiempo puedan no adaptarse al ambiente siberiano? O creen que en la llamada de Dios, también hay planes para ellos.
- No sabemos qué pasará, aun son muy pequeños, pero no tememos esto porque estamos aquí libremente y queremos también que ellos lo vivan igual, iremos viendo con el tiempo. Os podemos asegurar que forman parte importantísima de esta llamada y por lo tanto de los planes de Dios.

- Ustedes tienen un hijo con síndrome de Down. Hay muchos que cuando se enteran con su hijo va tener esa naturaleza, optan por renunciar a él. ¿Cómo se enfrentaron ustedes a esa decisión?
- Creemos que Dios es quien da la vida, nosotros supimos que Pedro tenía el Síndrome de Down cuando ya había nacido, de haberlo sabido antes hubiese sido exactamente igual. ¿Quienes somos nosotros para tomar la decisión de tener un hijo o renunciar a el? Te enfrentas a algo desconocido y sufres también por lo que pueda sufrir tu hijo ahora y más adelante.

Evidentemente nunca te planteas tener un hijo así. Pero ha sido de lo más maravilloso que nos ha dado el Señor, estamos agradecidos y nos sentimos afortunados, (además cada vez nacen menos) es como tener a Jesucristo en tu casa. Pedro es lo que la sociedad rechaza en este momento, cualquier atisbo de sufrimiento es rechazado, y luego ves que Pedro es un hijo como los demás y que lo que tenemos que hacer es transmitirle la fe como a los demás hijos.
 
- ¿Les influye en algo para la decisión que acaban de tomar?
- Mucho, al principio pensamos que el nacimiento de Pedro era un signo de que debíamos apartar momentáneamente esta llamada. Después Dios nos ha ido confirmando, a través de acontecimientos, que debíamos ir a Siberia. Dios no quiere de nosotros actos valientes, heroicos. En cualquier momento que veamos conveniente por Pedro o por cualquier hijo regresar y dejar la misión lo haremos. El Señor nos dará, como hasta ahora, el discernimiento en cada momento para saber que debemos hacer, así que estamos tranquilos.

- De momento se han adaptado bien al cambio...
- Al mes de estar aquí Pedro empezó con problemas de bronquitis y neumonía, no sabíamos a dónde acudir porque aquí todo es un poco precario y en un momento pensamos que era complicado estar aquí en esta situación, pero enseguida ves que Dios es Padre y que cuida de nuestros hijos también, por medio de un matrimonio que habla un poco de inglés pudimos ingresar a Pedro en un hospital de aquí, muy pobre, pero los médicos han sido buenos y nos han dicho que cualquier problema que tengamos les avisemos enseguida. Qué más podemos pedir.

- Según les hemos leído en una entrevista, ustedes más que elegir un modo de vida, han sido elegidos por Dios para vivirla. Si un no creyente les preguntara por qué han elegido ese estilo de vida. ¿Se lo podrían explicar para que lo entendiera?
- Nosotros hemos recibido desde pequeños la fe y esto es lo que nos ha dado respuestas en momentos difíciles de adolescencia y juventud, en los que te planteas la vida, etc.… Yo (Juan) tengo 9 hermanos y Cecilia 6 y desde pequeños en casa todos los domingos nuestros padres preparaban la mesa con flores y ponían la cruz en medio y rezábamos laudes toda la familia y esto ha sido una riqueza para nosotros como hijos y para la familia.
Hoy somos una familia y estamos esperando el quinto hijo y lo único que queremos es que reciban la fe como la hemos recibido nosotros, que no es fácil en medio de la sociedad actual. Rezad por nosotros.
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