En Ecuador hay 284 misioneros españoles, 21 en la zona del terremoto: cuentan lo que han visto
Las cifras del terremoto de Ecuador del pasado sábado van creciendo: 413 muertos (147 en Pedernales, 112 en Portoviejo, 105 en Manta...), 2.000 heridos, 805 edificios destruidos, 608 afectados, 119 escuelas en mal estado...
Junto a estas cifras, hay otras que dan esperanza. En el país hay 284 misioneros españoles, 21 en la zona de Manabí, la más afectada por el seísmo, y algunos de ellos ya se han puesto en contacto con Obras Misionales Pontificias y con sus congregaciones o diócesis de origen en España para concienciar sobre la magnitud del desastre y la necesidad de ayudar a los damnificados.
Un ejemplo es Manuel Rodicio, sacerdote diocesano misionero de Orense, que estaba en Jipijapa sustituyendo a un compañero. En el blog de los misioneros de Orense cuenta lo que vivió:
"El temblor. Es el sábado 16 a las siete. Ya noche. ´Pronto pasará´, pensé, porque vivimos donde la tierra se estremece con frecuencia. Pero no. Esta vez dura más tiempo. Y cada vez es más fuerte". [...] Llegado el domingo es el momento de evaluar. En Manta, donde vivo, no hay bloque donde al menos una casa no haya caído al suelo. En otra sabemos que hay niños en el interior. No hay movimiento. Las carreteras serradas, como si una motosierra las cortase. Los postes de luz, el suelo... En Portoviejo dicen lo mismo. Sin embargo Pedernales y Cojimíes es peor... Muertos. Destrucción. Sin luz. Sin agua. Con un poco de Internet en un "smartphone" que nos abre la información y al mundo. [...] Rezad por este pueblo"
Preparando camiones de ayuda
Otro misionero español en Ecuador es Pedro Jesús Arenas, misionero dehoniano de Albacete. Desde Quito explica por teléfono lo que sabe a Obras Misionales Pontificias.
"Estamos cargando camiones con víveres y salimos ahora mismo hacia Pedernales, la zona más afectada". Muchos sacerdotes se organizaron para pedir ayuda por las calles de la parroquia, reunirlas, y llevarlas en camiones. "Hay muchos muertos y enfermos, como sacerdotes queremos estar presentes dando consuelo, y llevando ayuda: agua, ropa, víveres, todo lo que la gente generosa nos ha dado", explica este misionero.
Les escolta la policía, porque a lo largo del rodeo que tienen que hacer por los destrozos en las carreteras, les pueden asaltar: "La gente está desesperada, y pueden asaltarnos, pero nosotros queremos que esa ayuda llegue a las zonas más dañadas".
El misionero dehoniano español Pedro Jesús Arenas en Ecuador, en momentos más felices
Pedro Jesús mira al futuro con desasosiego. "Esto es sólo la punta del iceberg, todo está derrumbado. Vamos a necesitar mucho tiempo. Tenemos muchas ganas de gritar, y una forma de hacerlo es con la oración, al Dios tierno que está y que ayuda", culmina.
Evacuar una isla
Otro testimonio es el de Pilar Sainz Gómara, misionera comboniana en Madrid que está en contacto con sus compañeras en Ecuador con las que vivió 35 años. Sus hermanas de congregación salieron de la isla de Muisne con toda la población. "La isla se estaba llenando de agua, y la gente empezó a decirle a las hermanas que salieran corriendo. Gracias a Dios, pudieron evacuar la isla entera con barcas turísticas y canoas".
José María Bernard, misionero zaragozano, tiene palabras también para los emigrantes ecuatorianos en España: "Ecuador es un país de 24 provincias que tiene su provincia 25 en España. También allí estén llorando los familiares de quienes mueren y sufren en Manabí, Esmeraldas o Guayas. Aquí, un puñado de misioneros españoles les acompañamos en la lucha y el dolor´.
Anastasio Gil, director de Obras Misionales Pontificias en España, destaca el papel de los misioneros junto al pueblo que sufre. "A través de estos misioneros estamos en contacto con lo sucedido, no sólo para sentir el dolor y el sufrimiento, sino también para responder con nuestra ayuda, en principio de oración y cercanía, y más adelante con la cooperación personal y económica. De momento no nos consta que entre los fallecidos haya misioneros españoles, pero esta noticia no nos consuela, sabiendo que hay niños, mujeres y hombres pobres que han entregado su vida, para que el mundo despierte del egoísmo y se sienta solidario con los más necesitados".
Cáritas Española (www.caritas.es) ha anunciado un primer envío inmediato de 100.000 euros a Cáritas Ecuador (www.caritasecuador.org) para ayudar en esta primera fase de la emergencia.
[Para apoyar con donativos desde España, aquí]
Junto a estas cifras, hay otras que dan esperanza. En el país hay 284 misioneros españoles, 21 en la zona de Manabí, la más afectada por el seísmo, y algunos de ellos ya se han puesto en contacto con Obras Misionales Pontificias y con sus congregaciones o diócesis de origen en España para concienciar sobre la magnitud del desastre y la necesidad de ayudar a los damnificados.
Un ejemplo es Manuel Rodicio, sacerdote diocesano misionero de Orense, que estaba en Jipijapa sustituyendo a un compañero. En el blog de los misioneros de Orense cuenta lo que vivió:
"El temblor. Es el sábado 16 a las siete. Ya noche. ´Pronto pasará´, pensé, porque vivimos donde la tierra se estremece con frecuencia. Pero no. Esta vez dura más tiempo. Y cada vez es más fuerte". [...] Llegado el domingo es el momento de evaluar. En Manta, donde vivo, no hay bloque donde al menos una casa no haya caído al suelo. En otra sabemos que hay niños en el interior. No hay movimiento. Las carreteras serradas, como si una motosierra las cortase. Los postes de luz, el suelo... En Portoviejo dicen lo mismo. Sin embargo Pedernales y Cojimíes es peor... Muertos. Destrucción. Sin luz. Sin agua. Con un poco de Internet en un "smartphone" que nos abre la información y al mundo. [...] Rezad por este pueblo"
Preparando camiones de ayuda
Otro misionero español en Ecuador es Pedro Jesús Arenas, misionero dehoniano de Albacete. Desde Quito explica por teléfono lo que sabe a Obras Misionales Pontificias.
"Estamos cargando camiones con víveres y salimos ahora mismo hacia Pedernales, la zona más afectada". Muchos sacerdotes se organizaron para pedir ayuda por las calles de la parroquia, reunirlas, y llevarlas en camiones. "Hay muchos muertos y enfermos, como sacerdotes queremos estar presentes dando consuelo, y llevando ayuda: agua, ropa, víveres, todo lo que la gente generosa nos ha dado", explica este misionero.
Les escolta la policía, porque a lo largo del rodeo que tienen que hacer por los destrozos en las carreteras, les pueden asaltar: "La gente está desesperada, y pueden asaltarnos, pero nosotros queremos que esa ayuda llegue a las zonas más dañadas".
El misionero dehoniano español Pedro Jesús Arenas en Ecuador, en momentos más felices
Pedro Jesús mira al futuro con desasosiego. "Esto es sólo la punta del iceberg, todo está derrumbado. Vamos a necesitar mucho tiempo. Tenemos muchas ganas de gritar, y una forma de hacerlo es con la oración, al Dios tierno que está y que ayuda", culmina.
Evacuar una isla
Otro testimonio es el de Pilar Sainz Gómara, misionera comboniana en Madrid que está en contacto con sus compañeras en Ecuador con las que vivió 35 años. Sus hermanas de congregación salieron de la isla de Muisne con toda la población. "La isla se estaba llenando de agua, y la gente empezó a decirle a las hermanas que salieran corriendo. Gracias a Dios, pudieron evacuar la isla entera con barcas turísticas y canoas".
José María Bernard, misionero zaragozano, tiene palabras también para los emigrantes ecuatorianos en España: "Ecuador es un país de 24 provincias que tiene su provincia 25 en España. También allí estén llorando los familiares de quienes mueren y sufren en Manabí, Esmeraldas o Guayas. Aquí, un puñado de misioneros españoles les acompañamos en la lucha y el dolor´.
Anastasio Gil, director de Obras Misionales Pontificias en España, destaca el papel de los misioneros junto al pueblo que sufre. "A través de estos misioneros estamos en contacto con lo sucedido, no sólo para sentir el dolor y el sufrimiento, sino también para responder con nuestra ayuda, en principio de oración y cercanía, y más adelante con la cooperación personal y económica. De momento no nos consta que entre los fallecidos haya misioneros españoles, pero esta noticia no nos consuela, sabiendo que hay niños, mujeres y hombres pobres que han entregado su vida, para que el mundo despierte del egoísmo y se sienta solidario con los más necesitados".
Cáritas Española (www.caritas.es) ha anunciado un primer envío inmediato de 100.000 euros a Cáritas Ecuador (www.caritasecuador.org) para ayudar en esta primera fase de la emergencia.
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