El misterio de la vocación, en Occidente o en los países de misión: 3 llamados a evangelizar

El testimonio de los misioneros nativos ha permitido comprobar que la llamada a la vida religiosa sigue presente tanto en las Iglesias de antigua tradición como en las iglesias más jóvenes.

Prueba de ello son Guy Bognon, un sacerdote de Benín cuya vocación pudo salir adelante gracias a la Obra de San Pedro Apóstol; Beatriz Castelló, una joven estudiante que conoció a las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús; y Fernando Bielza, que trabajó en las embajadas españolas de Zimbabwe y Arabia Saudí y hoy es seminarista en Madrid.

Estas tres jóvenes vocaciones presentaron el martes 12 de abril la 53º Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Jornada de Vocaciones Nativas (vocacionesnativas.es), que se celebra cada año en abril.

Vocaciones en Occidente y vocaciones en misiones
La acción pastoral y la labor de los misioneros nativos desde su comienzo, no hubieran sido posibles sin la ayuda de los primeros cristianos catequistas autóctonos, que al tener mayor conocimiento en las diferentes costumbres supieron comunicar con mayor facilidad las verdades evangélicas de los misioneros.

Por eso, los tres jóvenes que dieron testimonio de su vocación coincidieron en que “la vocación surge cuando hay fe y no se tiene miedo al compromiso".

Los prejuicios que Beatriz tenía sobre la Iglesia desaparecieron cuando de viaje de Erasmus a Bolonia se alojó en la residencia de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. “Me llamó la atención la normalidad y la alegría de las hermanas; allí se me fue el miedo”.

Fernando decidió entrar al Seminario de Madrid para ver “si me quitaban la paranoia que tenía sobre la Iglesia”. Su sorpresa fue aún mayor cuando realizando el curso introductorio en el Seminario, confirmó esa “inquietud” que tenía en el corazón. Dijo que a pesar de que llevaba una vida plena, la idea del sacerdocio le rondaba permanentemente. 


Guy Bognon con los jóvenes

Guy sostuvo que la vocación "viene de la fe y de una relación personal entre Dios y el hombre” y subrayó que “si no hay vocaciones significa que la fe se ha quemado”.

En los seminarios de Benín donde Guy se ha formado hay 220 candidatos y “las parroquias están vivas; la fe no está escondida y se vive sin vergüenza”, explica.

La Obra de San Pedro Apóstol
Los misioneros se dieron cuenta de que si algunos de sus colaboradores llegaban a ser sacerdotes y religiosas, la misión daría más frutos. 

Guy Bognon fue el primer sacerdote nativo de Benin, fruto del trabajo de los misioneros. Fue ordenado en 1928. "Impresionado por el celo pastoral de los sacerdotes nativos que atendían mi parroquia, decidí entrar en el seminario", cuenta.

"Éramos 204 seminaristas, en un seminario creado en 1967 gracias a las ayudas de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol. Además de ayudar en su construcción, esta Obra enviaba anualmente ayudas para el funcionamiento cotidiano del seminario, que nuestras pequeñas pensiones y contribuciones locales no llegan a cubrir. Todos los seminaristas diocesanos con los que he convivido en todas las etapas de mi formación, han sido ayudados por la Obra de San Pedro Apóstol."


Guy Bognon, Beatriz Castelló y Fernando Bielza

Guy Bognon, formador de seminario
Desde 2015, Guy Bognon trabaja en el Secretariado de la Obra de San Pedro Apóstol en el Vaticano. Afirma que está "descubriendo de cerca la inmensa envergadura de la misión que cumple esta Obra, que abraza a toda la Iglesia universal". 

"Todas las peticiones de ayuda de los rectores tienen que estar firmadas por el obispo del lugar, y acompañadas por una carta de recomendación o de la firma del nuncio apostólico, además de un rendimiento de cuentas de los subsidios financiados anteriormente".

La Obra Pontificia en los países de misión
En 2014, la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol ha subvencionado 746 seminarios, con un total de75.557 seminaristas.

También contribuye a la construcción, ampliación y reparación de seminarios, así como a los proyectos de autofinanciación (agricultura, ganadería, etc), además de organizar y subvencionar los programas de formación de los formadores en los países de misión.

Subvenciona los noviciados para la formación de religiosos y religiosas. En 2014, los subsisidos se han concedido a 2.406 novicios y 4.661 novicias.

Las ayudas que prestan los españoles
Para poder cumplir estas diferentes misiones, la Obra sobrevive gracias al impulso que reciben de las colectas puestas a su disposición por las Direcciones Nacionales. 

En 2015, la Dirección nacional de España envió a las Obras Misionales Pontificias una suma de 2.687.130 euros.


Ayudas de España a Obras Pontificias. Fuente: vocacionesnativas.es

Los perfiles de los tres jóvenes misioneros
Beatriz Castelló nació en Barcelona en 1987. A sus 29 años, está formándose en la Congregación de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, estudiando filosofía en la Universidad Pontificia de Comillas y colaborando en una parroquia de Entrevías (Madrid).



Fernando Bielza nació en Madrid el 8 de noviembre de 1977. Tras licenciarse en Administración y Dirección de Empresas y en Derecho, inició una carrera diplomática que le llevó en 2010 a ser nombrado director adjunto de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Ahora, se encuentra cursando el 5º curso en el Seminario Diocesano de Madrid.



Guy Bognon nació en Adjohoun (Benín) el 12 de junio de 1969 y se ordenó sacerdote con 31 años. A sus 47 años, Bognon no es sólo un misonero nativo, sino que ha sido formador en dos seminarios de su país, el de Ouidah y Djimè. 

Este vídeo de OMP explica la importancia de apoyar las vocaciones nativas de los países de misión