EN LA SEMANA DE LA FAMILIA DE GUAYAQUIL
Tres mil jóvenes se comprometen a permanecer castos hasta el matrimonio
Tres mil jóvenes se han comprometido con motivo de la Semana de la Familia que se celebra en Guayaquil a permanecer castos hasta el matrimonio en consonancia con los valores del amor descritos por san Pablo a los corintios.
La archidiócesis de Guayaquil, Ecuador, está celebrando desde el pasado día 6 hasta el próximo 13 de septiembre la Semana de la Familia, con la finalidad de profundizar, reforzar, destacar y defender los valores de todos los hogares. Con este motivo, tres mil jóvenes han realizado una promesa de castidad en la catedral de Santiago de Guayaquil, en la Eucaristía presidida por el obispo auxiliar Anibal Nieto.
Los jóvenes pertenecientes a distintos colegios y universidades de Guayaquil hicieron la promesa en el momento del Credo y recibieron una medalla de la Virgen María, así como una estampa con una oración para pedir el don de la pureza.
Entre ellos, está Michael Manzur, de 18 años, y estudiante de Gestión Empresarial que, según declaró al diario «El Universo», basa su decisión en lo que señala la Biblia, en la primera carta a los Corintios. «El amor no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses... todas las cosas las cree, las espera y aguanta. El amor nunca falla». Hace año y medio se unió al Movimiento Vida Cristiana con el que un mes atrás empezó una campaña para impulsar la castidad en 150 parroquias de la ciudad. Se hicieron charlas sobre los motivos de guardar la castidad, lo que significa y su importancia.
Entre ellos, está Michael Manzur, de 18 años, y estudiante de Gestión Empresarial que, según declaró al diario «El Universo», basa su decisión en lo que señala la Biblia, en la primera carta a los Corintios. «El amor no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses... todas las cosas las cree, las espera y aguanta. El amor nunca falla». Hace año y medio se unió al Movimiento Vida Cristiana con el que un mes atrás empezó una campaña para impulsar la castidad en 150 parroquias de la ciudad. Se hicieron charlas sobre los motivos de guardar la castidad, lo que significa y su importancia.
En esta labor lo acompañaron otros jóvenes, integrantes de este movimiento. Visitaron veinte colegios de la ciudad, donde entregaron folletos en los que se invitaba a los jóvenes a participar en la misa de castidad. Lo mismo se hizo en universidades, las dos últimas semanas. «Sabemos que debemos cuidar nuestros cuerpos, al mantenerlos, estamos haciendo lo que Jesús quiere», dice Julio Chiriguaya. «Pero no siempre hacer lo correcto es sencillo», señala Juan Carlos Guerra, de 21 años. En ocasiones es molesto aguantar la presión de grupo que recibe de compañeros de clase. «En la universidad me preguntan ¿en qué estás pensando, llevas un año con tu enamorada y todavía no haces nada?..., pero no conocen lo que eso implica».
Desirée Montaño, de 17 años, también ha decidido permanecer casta hasta el matrimonio. «Mi enamorado y yo lo hemos conversado y él respeta mi decisión». Por ese motivo, ese deseo lo hicieron público en la eucaristía. Karin Pérez, integrante de este movimiento, explica el propósito de la medalla que recibieron. «Los jóvenes la conservarán hasta que encuentren la persona con la que se casarán, a ella se la regalarán». «Los jóvenes -informa a ZENIT María del Pilar Jarrín en una nota de los organizadores- viven un mundo con un horizonte saturado de erotismo y sensualidad, con modelos de vida que se alejan de los ideales de pureza que tienen en nuestros corazones».
«Existen hoy en día jóvenes que no caen en las mentiras y desórdenes que el mundo propone, jóvenes que realmente valoran el ideal de la pureza, de la castidad, y que están dispuestos a hacer grandes esfuerzos para conquistarla. Jóvenes de ideales grandes y nobles que creen en el amor, y que quieren dar testimonio de que el amor es real y de que la castidad si es posible», subraya.
Y concluye que «esta promesa marcará el curso de sus vidas ya que, sin importar las cosas que hayamos vivido anteriormente, el Señor Jesús los invita a vivir castamente desde este punto en adelante. Es por eso que le consagrarán esta lucha a Santa María, en el día que los católicos conmemoran su nacimiento, para pedirle que sea Ella luz, guía y compañía en el cumplimiento fiel de la promesa que harán».
Los 280 párrocos de Guayaquil (incluida la zona rural) promoverán, junto a los movimientos laicales, todas las actividades planificadas en la Semana de la Familia. El padre Alfonso Avilés, vicario de la Familia, reiteró la invitación a los fieles católicos a participar del evento. «Vivimos en un tiempo en que tenemos que fortalecer la familia, como institución querida y regulada por Dios. La Iglesia siempre tiene los brazos abiertos para ayudar a las familias», acotó.
Destacó que, siendo el 85% de los guayaquileños católicos bautizados, «nuestra intención es fortalecer, mediante esta primera experiencia, la unión familiar y su convivencia con Dios; a Él encomendamos el éxito de la campaña de oración, doctrina y eventos, en el que esperamos reunir más de veinte mil personas».
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