CARTA SOBRE EDUCACIÓN DE EL VATICANO
«Se violan los derechos de los padres» si se obliga a los hijos a estudiar contra sus creencias
El Vaticano ha recordado en una carta remitida a los presidentes de las Conferenciasd Episcopales que «debe asegurarse el derecho de los padres a la elección de una educación conforme con su fe» y que éstos tienen la «la grave obligación» de exigirlo.
En una carta remitida a los presidentes de las Conferencias Episcopales por la Congregación para la Educación Católica presidida por el cardenal Grocholewsky, el Vaticano ha recordado a los padres «la grave obligación que les atañe de disponer, y aún de exigir, que sus hijos puedan recibir una educación moral y religiosa», de la misma manera que en la escuela «debe asegurarse absolutamente el derecho de los padres a la elección de una educación conforme con su fe religiosa». Así, desde el Vaticano se señala que «se violan los derechos de los padres si se obliga a los hijos a asistir a lecciones escolares» que no corresponden a la fe de los padres « o si se impone un único sistema de educación del que se excluye totalmente la formación religiosa».
En la misiva, la congregación vaticana asegura que «una enseñanza que desconozca o que ponga al margen la dimensión moral y religiosa de la persona, sería un obstáculo para una educación completa». Además, subraya la carta, «sin esta materia –la religión-, los alumnos estarían privados de un elemento esencial para su formación y para su desarrollo personal, que les ayuda a alcanzar una armonía vital entre fe y cultura». Y añade: «La formación moral y la educación religiosa también favorecen el desarrollo de la responsabilidad personal y social, así como de las demás virtudes cívicas y constituyen pues una relevante contribución al bien común de la sociedad».
En relación al status que debe tener la materia religiosa en los curricula escolares, la Santa Sede subraya que «es necesario que la enseñanza religiosa escolar aparezca como disciplina escolar, con la misma exigencia de sistematicidad y rigor que las demás materias».
La Congregación vaticana para la Educación Católica plantea que el derecho a la educación y a la libertad religiosa de los padres y de los alumnos se ejercitan a través de la libertad de elección de la escuela y la libertad de recibir en los centros escolares «una enseñanza religiosa confesional que integre la propia tradición religiosa en la formación cultural y académica propia de la escuela». Así, según se recoge en la constitución pastoral «Gaudium et spes», la Iglesia «no deja de denunciar la injusticia que se cumple cuando los alumnos católicos y sus familias son privados de los derechos educativos y es herida su libertad religiosa, y exhorta a todos los fieles a empeñarse para que estos derechos sean efectivos».
La misma carta concreta que, además, corresponde a la Iglesia establecer los contenidos auténticos de la enseñanza de la religión católica en la escuela, que garantiza, ante los padres y los mismos alumnos la autenticidad de la enseñanza que se transmite como católica». Esta competencia, señala la congragción vaticana es «propia –de la Iglesia- independientemente de la naturaleza de la escuela (estatal o no estatal, católica o no católica) en donde viene impartida».
En otro orden de cosas, el Vaticano presenta como «deseable» que para la formación de la persona exista una gran sintonía educativa entre escuela y familia, con el fin de evitar tensiones o fracturas en el proyecto educativo». Del mismo modo, asegura, «la libertad de los padres, de las asociaciones e instituciones intermedias y de la misma jerarquía de la Iglesia de promover escuelas de identidad católica constituyen un ejercicio del principio de subsidiariedad», lo que excluye «cualquier monopolio de las escuelas, que contradice los derechos naturales de la persona humana, el progreso y la divulgación de la cultura, al convivencia pacífica de los ciudadanos y el pluralismo que hoy predomina en muchas sociedades».
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