EL CARDENAL BERTONE REVELA CÓMO NACIÓ LA INICIATIVA
El Año sacerdotal también se dirige «a los que han abandonado»
El cardenal Tarsicio Bertone en una entrevista a L´Osservatore romano que el Año Sacerdotal convocado por Benedicto XVI busca, entre otros objetivos, «volver a unirse con los sacerdotes que por diferentes motivos han abandonado el ejercicio del ministerio».
El Año Sacerdotal es una iniciativa con la que Benedicto XVI quiere que la Iglesia vuleva a entrar también en contacto con sacerdotes que han abandonado el ministerio. Lo confirma el cardenal Tarcisio Bertone SDB, secretario de Estado, en una entrevista publicada este viernes por la edición italiana de «L´Osservatore Romano», en la que revela también cómo nació la idea de convocar esta iniciativa.
«Recuerdo que tras el Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios, en la mesa del Papa, estaba una propuesta, ya presentada precedentemente, de convocar un año de la oración, que de por sí estaba bien unida a la reflexión sobre la Palabra de Dios», comienza diciendo.
Sin embargo, añade, «los 150 años de la muerte del cura de Ars y la emergencia de los problemas que han afectado a tantos sacerdotes han llevado a Benedicto XVI a promulgar el Año Sacerdotal», según informa Zenit.
Con esta iniciativa, afirma su colaborador más cercano, el Papa quiere mostrar «una atención especial a los sacerdotes, a las vocaciones sacerdotales», y promover «en todo el pueblo de Dios un movimiento de creciente afecto y cercanía a los ministros ordenados».
«El Año Sacerdotal está suscitando un gran entusiasmo en todas las Iglesias locales y un movimiento extraordinario de oración, de fraternidad hacia y entre los sacerdotes y de promoción de la pastoral vocacional».
«Además, se está robusteciendo el tejido del diálogo, en ocasiones empañado, entre obispos y sacerdotes, y está creciendo una especial atención a favor de sacerdotes que han quedado reducidos a una condición marginal en la acción pastoral».
El cardenal Bertone afirma que este año busca también «una reanudación de contacto, de ayuda fraterna y si es posible de volver a unirse con los sacerdotes que por diferentes motivos han abandonado el ejercicio del ministerio».
«Los santos sacerdotes que han poblado la historia de la Iglesia no dejarán de proteger y de apoyar el camino de renovación propuesto por Benedicto XVI», concluye.