La Iglesia armenia se separó de la Iglesia Católica tras el Concilio de Calcedonia
Encuentro ecuménico entre el Papa Benedicto XVI y el Patriarca de los armenios
Benedicto XVI renovó este miércoles su compromiso por buscar la unidad entre los cristianos, una de las prioridades de este pontificado, al recibir a Su Santidad Karekin II patriarca supremo y catholicos de todos los armenios. El Papa pidió las oraciones de todos los cristianos «para que en el servicio común y generoso al Evangelio puedan ser en el mundo signo del amor de Dios por la humanidad».
(Zenit.org) Benedicto XVI renovó este miércoles su compromiso por buscar la unidad entre los cristianos, una de las prioridades de este pontificado, al recibir a Su Santidad Karekin II, Patriarca supremo y Catholicos de todos los armenios. El Papa pidió las oraciones de todos los cristianos «para que en el servicio común y generoso al Evangelio puedan ser en el mundo signo del amor de Dios por la humanidad». El pontífice hizo una excepción y quiso dedicar la tradicional audiencia general, celebrada en la plaza de San Pedro con la participación de más de 20.000 peregrinos, a reflexionar junto a su insigne huésped sobre el camino de la unidad en vísperas de la solemnidad de Pentecostés, que la Iglesia celebrará este domingo. El camino en la historia de la Iglesia armenia se separó de Roma tras el Concilio de Calcedonia (año 451). Un paso decisivo para superar esta división se dio en 1996, cuando Juan Pablo II y el anterior patriarca apostólico armenio, Karekin I, firmaron una declaración conjunta que superaba malentendidos sobre la naturaleza de Jesús. Juan Pablo II visitó Armenia, en 2001 como gesto de agradecimiento de la visita a Roma del Catholicos, quien estuvo también presente en Roma con motivo del funeral del anterior Papa. Como gesto de este acercamiento, recientemente se colocó en un nicho exterior de la Basílica de San Pedro una bella estatua de San Gregorio el Iluminador, fundador de la Iglesia Armenia. «Nos ayuda a recordar las duras persecuciones que han sufrido los cristianos armenios, en particular, durante el último siglo. Los numerosos mártires de Armenia son un signo del poder del Espíritu Santo que actúa en tiempos de oscuridad, y prenda de esperanza para los cristianos de todas las partes del mundo», reconoció el Papa en el saludo inicial que dirigió al patriarca en inglés. El Papa recordó que en su viaje de abril a los Estados Unidos ha vuelto a relanzar la urgencia de la búsqueda de la unidad de los cristianos, recuperando la centralidad de la oración en el movimiento ecuménico. «En este tiempo de globalización, y al mismo tiempo de fragmentación, "sin plegaria, las estructuras, las instituciones y los programas ecuménicos quedarían despojados de su corazón y de su alma"». Por su parte, en sus palabras de respuesta, Karekin II explicó que visita la ciudad eterna de para dar testimonio del «amor divinamente ordenado entre las Iglesias católica y armenia». «A pesar de que en la historia hemos recorrido diferentes caminos y vivido diferentes experiencias espirituales, somos hijos del único Dios y todos somos hermanos y hermanas en su santo amor. En nuestra diversidad está nuestra unidad de amor, testimonio auténtico del hecho de que somos hijos de Dios», añadió el Patriarca. Antes del encuentro con el Papa, en la audiencia general, el Catholicos había pasado unos momentos en oración ante la tumba de San Pedro y ante la de Juan Pablo II. El Patriarca armenio recibió este miércoles en la Pontificia Universidad Salesiana el doctorado honoris causa en Teología de la pastoral juvenil.
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