En la fiesta del Encuentro Mariano de los Pueblos de América
Tres mil latinoamericanos en el Santuario de Torreciudad
El Santuario de Torreciudad acogió hoy a unos 3.000 latinoamericanos durante la fiesta del Encuentro Mariano de los Pueblos de América. La convocatoria, que se realiza cada primer domingo de mayo, es la más importante y multitudinaria que tienen estas familias en nuestro país. Los actos han estado presididos, en lo eclesiástico, por Monseñor Jesús Catalá, obispo de Alcalá de Henares y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral, que en la homilía ha pedido “anhelar no sólo la patria chica y terrena, sino aspirar de verdad a la patria del cielo”.
(A. Villalonga, Torreciudad.org) Gauchos, charros, incas... y hasta unos 3.000 hispanoamericanos residentes en toda España se han dado cita hoy, domingo, en el 8º Encuentro Mariano de las Familias Latinoamericanas celebrado en el Santuario de Torreciudad. Se trata de la convocatoria más multitudinaria que tienen estas familias en nuestro país y que acuden hasta el santuario oscense (desde Vigo, Granada, Valencia, Madrid, Barcelona e incluso de la ciudad alemana de Colonia, como ha sido el caso de una veintena de mexicanos) ataviados con sus trajes populares para rememorar tradiciones, folclore y devoción en una jornada multicolor. Desde hace ocho años, todas estas familias vienen peregrinando hasta el Santuario de Torreciudad, siempre el primer domingo de mayo, para rezar a la Virgen bajo las más de veinte advocaciones marianas procedentes del continente latinoamericano (como la Ntra. Sra. de Urkupiña de Bolivia, la Reina de la Paz de El Salvador, la Virgen de la Valvanera de Colombia, del Quinche de Ecuador o Guadalupe en México) y que han llevado hasta el centro de peregrinaciones para su manifestar su devoción. Especialmente emotivo ha sido el momento en el que las asistentes han procedido a la entrega de las ofrendas a la Virgen, depositando sobre el altar de la iglesia recuerdos de diferentes países como flores del Perú, frutos y productos típicos de Bolivia e imágenes procedentes de República Dominicana. Los actos han estado presididos, en lo eclesiástico, por Monseñor Jesús Catalá, obispo de Alcalá de Henares y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral, que durante la homilía de la concelebración de la Eucaristía se ha referido a la festividad de la Ascensión como “el regreso triunfante de Jesucristo a la Patria de donde salió. Esto es lo que celebra hoy la Iglesia, la Ascensión de Jesucristo a los Cielos; ha cumplido su obra y vuelve otra vez a la Patria”. “Aspiremos de verdad a la patria del cielo” Seguidamente, ha dirigido a los presentes señalando que “nuestra verdadera patria no está aquí, nuestra verdadera patria es el Cielo, donde Cristo nos ha preparado un sitio para estar con él. Muchos de vosotros estáis viviendo la experiencia de haber salido de vuestra querida patria, que es precisamente lo que dice uno de los textos de hoy: “Jesús salió de su patria celestial por amor a nosotros”, y tal vez, por esta experiencia vuestra, podéis entender mejor lo que significa la fiesta de la Ascensión”. Por este motivo, Mons. Catalá también ha demandado a los asistentes “anhelar no sólo la patria chica, terrena, sino aspirar de verdad a la patria del cielo, donde el Señor nos ha precedido y nos espera con los brazos abiertos, junto con su Madre, para darnos el abrazo de amor, de comunión y de cariño, porque esa es la patria verdadera que nos espera. Vivid, por tanto, donde os encontréis, la fe que profesáis para que toque todos los aspectos de vuestra vida”. “El Papa, nos lo recordaba no hace mucho, en un discurso, que cuando la fe toca todos los aspectos de la vida es cuando el cristiano experimenta la transformación que produce la fe. Nuestra religiosidad no puede reducirse a ‘alguna’ fiesta, nuestra religiosidad debe permear todos los aspectos de nuestra vida”. En el mismo sentido, el obispo de Alcalá de Henares también se ha referido al mensaje predicado por san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei e impulsor del Santuario de Torreciudad, “cuando decía que la santidad es la llamada que Dios nos hace a todos; independientemente de nuestra condición, etnia, raza, cultura o profesión. Todos estamos llamados a la santidad, a participar de la obra salvadora del Señor”. Festival de las naciones Al mediodía, durante el almuerzo campestre por los alrededores del centro de peregrinaciones, ha tenido lugar un festival de música latina por países, en el que asociaciones y grupos de baile han puesto la nota folclórica a base de danzas y canciones tradicionales de Nicaragua, México, Ecuador y Colombia, entre otros. La jornada ha tenido lugar dentro de un ambiente festivo y hermanamiento, destacando la confraternización entre compatriotas. El rector del Santuario de Torreciudad, Javier Mora-Figueroa, ha resaltado que el encuentro “surge con el objetivo de reforzar los lazos culturales entre España y Latinoamérica, valiéndonos de la riqueza y diversidad cultural existente en ambos continentes. Por eso –añadió Mora-Figueroa- con esta celebración se ahonda en los vínculos comunes que compartimos, pero también desde la diversidad de manifestaciones culturales y multiplicidad creativa de sus países de origen”. Hermanamiento latino Según explicaba uno de sus impulsores, el colombiano Germán López “se trata de un día muy especial, en el que los inmigrantes hispanoamericanos tenemos la oportunidad de revivir nuestras tradiciones, rodeado de compatriotas y de otros hermanos latinoamericanos”. López resalta que es una manera de “apreciar y recordar la fiesta de color y originalidad de las diferentes naciones y regiones de nuestros países de América: todos se suman a la fiesta a los pies de su Madre del Cielo”, explicaba este inmigrante afincado en Zaragoza desde hace veinte años. Willy Hurtado, natural de Santa Cruz y residente en el barrio de Sant Andreu de Barcelona, trabaja en una empresa empaquetadora desde hace tres años. Aunque vive con sus tres hermanos y cuñadas, su mujer e hijos siguen en Bolivia, “es más probable que vuelva yo para allá que ellos para acá”, comenta. Respecto a la actual crisis que vive su país, apunta que no dejarán de mostrar las cosas buenas que tiene, “a través de nuestra cultura y folclore, porque es una tierra maravillosa que ahorita necesita de la ayuda de todos”. Procedente de Tegucigalpa (Honduras), Rosario llegó sola España hace año y medio, dejando a sus dos hijos estudiando en la universidad. Reconoce que durante el encuentro se ha emocionado en varios momentos: “Estoy sola, no conozco a mucha gente y cuando me he encontrado con otros hondureños me he llenado de orgullo”. Dice que su meta es lograr que sus hijos “terminen de estudiar y se vengan a España conmigo”. Mientras tanto, espera poder celebrar más jornadas como las de hoy “de mucha alegría y recuerdos entrañables”.
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