ESTABA POSTRADA EN UNA SILLA DE RUEDAS DESDE 2005
Una mujer paralítica vuelve a andar tras peregrinar al santuario de Lourdes
Una mujer italiana, afectada por esclerosis lateral amiotrófica, ha vuelto a caminar después de un viaje al santuario de la Virgen de Lourdes (Francia), un suceso que no se explica su médico «con los medios científicos actuales», informan hoy los medios de comunicación italianos.
(R.B./ReL) Antonietta Raco, de 50 años y natural de Francavilla sul Sinni, localidad situada en la provincia de Potenza, al sur de Italia, estaba postrada en una silla de ruedas desde 2005 y hoy camina tras su visita el pasado 1 de agosto a Lourdes, donde se bañó en una de las piscinas milagrosas. En Lourdes, Raco (en la imagen) dijo haber sentido una voz femenina que le decía «ánimo» y, según comentó a los medios italianos, pensó que se trataba «de un signo de que empeoraría aún más» pero, después, sintió «como un abrazo y un fuerte dolor en las piernas» y comprendió «que algo estaba ocurriendo». El 5 de agosto de regresó a su casa -refiere- escuchó la misma voz que, según explica Raco, «me decía que contara a mi marido lo que había sucedido. Entonces lo llamé y delante de él me levanté y caminé a su encuentro. Desde entonces, no me he sentado en la silla de ruedas. Sólo la primera vez que salí porque, antes de mostrarme ante todos, quería consultar con el párroco», informa Efe. Se trata «de un fenómeno científicamente inexplicable que yo mismo trataré de desarrollar», señaló, por su parte, su neurólogo Adriano Chi, del hospital Molinette de Turín, quien añade que: «no he visto jamás un caso como éste». Chi visitó a la enferma el pasado mes de junio y, según narra, «no podía caminar, sólo levantarse de la silla y permanecer de pie pero apoyada. Ahora camina normalmente y sin cansarse, le ha quedado un ligero dolor en la pierna izquierda, de donde partió el mal». Para el médico, el diagnóstico era «inapelable», la señora tenía una forma de esclerosis lateral amiotrófica de lenta evolución, «una enfermedad que puede al máximo pararse, pero que no creemos que sea posible la mejora, porque ataca las neuronas de forma irreparable». El galeno no habla de «milagro» y la mujer asegura que se trata de un «don».