LA DECISIÓN DE MANTENER LA ORDENACIÓN DE HOMOSEXUALES ES UNA «CLARA RUPTURA»
Un importante obispo anglicano da por hecho el cisma con los episcopalianos
El destacado estudioso bíblico y obispo anglicano Nicholas Thomas Wright ha asegurado que la decision de la iglesia Episcopaliana de permitir que los homosexuales accedan a la dignidad a la púrpura de los obispos marca una «clara ruptura » con la Comunión Anglicana y formaliza un «cisma».
(Nicolás de Cárdenas/ReL) El obispo anglicano de Durham, Nicholas Thomas Wright, ha dado por certificado el cisma dentro de la Comunión Anglicana tras la decisión esta semana de la Iglesia episcopaliana (rama estadounidense de los anglicanos) de continuar conlaordenación de obispos homosexuales y asegurar que «Dios ha llamado y puede llamar a este tipo de individuos (homosexuales y lesbianas) al ministerio ordenado en la iglesia episcopaliana». Un cisma a «cámara lenta» Según un artículo publicado en el diario británico «The Times» por el eminente estudioso del Nuevo Testamento, la actual situación de la Comunión Anglicana se asemeja a un «choque de trenes a cámara lenta» y que «el cisma se inició seis años atrás cuando consagraron a un hombre divorciado con una relación activa con otro hombre, en contra de los principios anglicanos» en referencia a la ordenación de Gene Robinson (divorciado, padre de dos hijas y con pareja homosexual estable y activa) como obispo episcopaliano de New Hampshire en 2003. Aún más, Wrigth señala que la polémica comenzó incluso antes de la consagración del obispo Robinson, al decidir un tribunal en 1996 la absolución de un obispo que había ordenado los homosexuales activos. «Son muchos los que han abrazado desde hace tiempo una teología en la que se entiende la castidad como algo opcional». Sin embargo, prosigue, «los líderes judíos, los cristianos y los musulmanes han insistido siempre en que el matrimonio es el contexto adecuado para mantener una relación sexual». La ordenación no es un derecho El prelado asegura que «nadie tiene derecho a ser ordenado: es siempre un don inmerecido de la gracia». Además, la justicia no significa «tratar a las personas de la misma manera», sino «tratar a la gente de forma apropiada», y hacer distinciones. En su artículo Wright apunta que la justicia nunca ha significado «el derecho a desarrollar activamente cualqueir deseo sexual», añadió. Siendo consciente de que toda persona tiene «profundas inclinaciones y deseos», asegura que los cristianos deben amar lo que Dios ha elogiado y desea, en lugar de pedir a Dios que disponga lo que se quiere y se desea en cada momento. El obispo anglicano de Durham también aboga por encontrar cauces para todos aquellos fieles episcopalianos que quieren ser fieles a la Comunión Anglicana, a la tradición y a Jesús».
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