Ni los Reyes, ni los Príncipes, ni las Infantas asistirán al acto del Sagrado Corazón el domingo

(Jorge Martínez-Pueyo/ReL) Aunque fue Alfonso XIII quien consagró España, en 1919, al Sagrado Corazón de Jesús, parece que a la Familia Real actual poco le importa este 90 aniversario tan importante para todos y recordado el próximo domingo 21 de Junio en el Cerro de los Ángeles de Getafe. La Casa Real ha confirmado que ningún miembro de la Familia Real asistirá a la celebración de la Santa Misa, que será presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Un portavoz de la Casa Real consultado por ReL, quien ni siquiera sabía de la existencia de esta celebración, ha declarado que «no hay ningún acto oficial previsto para el domingo». Por otra parte, ReL ha consultado a fuentes eclesiales, quienes han declarado que «existe un malestar contenido por el nulo interés mostrado por la Casa Real hacia este acontecimiento» de vital relevancia para nuestro país. Sobre todo, teniendo en cuenta que fue el abuelo de Juan Carlos I quien leyó él mismo el acto de consagración, retocado de su mano: «De Vos reciben eficacia y sanción todas las leyes justas, en cuyo cumplimiento estriba el imperio de la orden y de la paz», proclamó Alfonso XIII. Según ha podido saber ReL, los únicos asistentes a esta celebración cercanos a la Familia Real, serán don Leandro de Borbón y el Duque de Calabria, el infante don Carlos, acompañado de su mujer. Don Leandro de Borbón Ruiz es el hijo bastardo de Alfonso XIII y de la actriz y cupletista Carmen Ruiz Moragas. En 2003 una sentencia judicial reconocía a don Leandro como hijo del monarca, colocándole en el décimo puesto de la línea de sucesión de la corona, sólo por detrás del Príncipe don Felipe y de las infantas doña Elena y doña Cristina; de los hijos de éstas y de Luis Alfonso de Borbón. Por detrás de don Leandro, está, entre otros, el televisivo conde Lecquio. La proclama del rey Alfonso XIII Éstos son algunos fragmentos leídos por el monarca en el día de la Consagración: «Corazón de Jesús Sacramentado, Corazón del Dios Hombre, Redentor del mundo, Rey de Reyes y Señor de los que dominan: España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones, se postra hoy reverente ante este trono de tus bondades que para Tí se alza en el centro de la Península. [...] Venga, pues, a nosotros tu Santísimo Reino, que es Reino de justicia y de amor. Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de la ciencia y de las letras y en nuestras leyes e instituciones patrias [...]» (Alfonso XIII, 30 de mayo de 1919, Cerro de los Ángeles). Ningún rey católico había hecho nada similar y él lo hizo por propia voluntad en pleno siglo XX. Pero no sólo el rey, sino todos los ministros estuvieron presentes. El único que se ausentó lo hizo por motivos médicos. El rey recibió amenazas y anónimos, y en los mítines callejeros anticlericales hubo furia. Una realidad que dista mucho de lo que hoy en día sucede en nuestro país.