Aznar, sobre el aborto: «Nadie es perfecto, hice lo que pude»

(Nicolás de Cárdenas/ReL) El presidente del Gobierno entre 1996 y 2004, José María Aznar ha asegurado esta mañana durante una conferencia en el marco del curso «Ética y futuro de la democracia» en la universidad San Pablo CEU de Madrid, que «la vida no es perfecta; nadie es perfecto. Hice lo que puede» en relación al periodo en el que, como gobernante, no modificó la ley de despenalización del aborto, aún vigente, a pesar de sus convicciones en favor de la vida. Es más, señaló, «Yo he sido siempre un defensor del derecho a la vida, no puedo mirar con simpatía el aborto». «Como gobernante puedo respetar que haya un delito con excepciones, pero no me gusta la ley y sólo respeté una norma de consenso». Además, el presidente de la fundación FAES cargó contra la «verborrea iletrada» y el «disparate académico» sobre el aborto, en referencia a las declaraciones recientes de Bibiana Aído (hasta las trece semanas sólo hay «ser vivo» pero no se puede decir que sea «ser humano») y Ángel Gabilondo, titular de Educación y catedrático de metafísica, que rechazó comentar las «argumentaciones de su compañera de gabinete porque necesitaba «un buen rato para decidir qué es un ser humano». «Está fuera del sentido común que alguien diga que tiene dificultades para decir lo que es un ser humano», añadió Aznar. Respecto a las raíces culturales de Europa, el ex mandatario del Partido Popular, expuso que «se puede ser cristiano o no; dentro de eso, católico o no. Esa es una decisión personal, pero no se puede dejar de reconocer que una parte de la Historia de Europa se debe a las raíces cristianas. Renunciar a eso es absurdo». En este mismo sentido, Aznar hizo hincapié en que «la dimensión política democrática de la concepción personal de la vida humana, que se encuentra en el origen mismo de la idea de la nación como comunidad de ciudadanos libres en la ley e iguales ante ella-y que es incomprensible sin el legado cívico del cristianismo- irrumpió en el escenario político al tiempo que el Antiguo Régimen agotaba sus días». En el campo de la crítica política más actual, el presidente Aznar añadió que «hay que sospechar de un Gobierno que unos días desprecia y otros ataca a la familia, como cuando se atreve a afirmar que una madre o un padre que se preocupan de una hija de 16 años están interfiriendo», al tiempo que manifestó que hay que estar «muy preocupado cuando desde el poder se pretende convertir en derecho con una vida humana». Y añadió: «el aborto no es ni puede ser nunca un derecho. Lo que es un derecho es el derecho a la vida».