La Santa Sede critica la mentalidad en contra de la vida de la ONU

(ACI/ReL) “Junto con la literatura de algunas ONGs”, siguió el Nuncio Apostólico, en referencia a las poderosas organizaciones anti-vida como la IPPF que participan activamente de la Cumbre que se realiza en Nueva York, “esta literatura da la impresión de que la misma institución que lanzó las metas del milenio hace 15 años está dándole prioridad al control de la población y forzando a los pobres a aceptar esto cuerdos en vez de concentrarse primordialmente en los compromisos para proporcionar educación, atención básica de salud, acceso al agua, salubridad y empleo”. Mons. Migliore recordó a la Asamblea que antes de la Cumbre mundial sobre Población y Desarrollo de El Cairo, muchos políticos pronosticaron catástrofes y carestía por culpa del crecimiento poblacional. “Ahora, 15 años después, el crecimiento poblacional ha comenzado a disminuir, la producción de alimentos sigue en crecimiento hasta el punto de ser capaz de mantener a una mayor población global e incluso está siendo redirigida para la producción de energía”, explicó el Prelado. “Es casi irónico que la destrucción ambiental sea perpetrada principalmente por estados con tasas de crecimiento más bajas y que los países desarrollados estén promoviendo el crecimiento poblacional en casa, mientras simultáneamente trabajan para reducirlo en los países en desarrollo”. El Prelado recordó además que el crecimiento poblacional en África está demostrando ser una gran oportunidad económica, al estar aportando una fuerza laboral extensa. “Consecuentemente, la proporción de más fondos para programas dirigidos a reducir la población en vez de dirigirse al entorno para el desarrollo retrasará, en vez de acelerar, el logro de las metas del milenio”, explicó el Arzobispo. Mons. Migliore destacó que “mediante su constante presencia y énfasis en proporcionar educación accesible y de calidad, salud, acceso a la alimentación y respeto por los derechos humanos, la Santa Sede y sus diversas organizaciones demuestran que la preocupación por el pobre, junto con una reducción de la pobreza global, sirve como modelo para un aproximación al desarrollo centrado en la persona humana”. “Mi delegación reafirma sus reservaciones hechas en las conferencias de El Cairo (sobre población) y Beijing (sobre la mujer) así como su consistente afirmación de que el aborto no es una forma legítima de salud sexual o reproductiva, derechos o servicios”. “Al mismo tiempo, espera que las organizaciones internacionales y los responsables políticos mantengan o, donde sea necesario, redirijan los esfuerzos hacia una aproximación centrada en la persona humana para lograr las metas del milenio”, concluyó.