Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Conflicto interno en el protestantismo español

Culpan a la "derecha religiosa" de posponer la entrada de la FEREDE en la KEK

En un artículo publicado por la Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC) Manuel López acusa a la Alianza Evangélica Española y el Consello Evanxélico Galego de ser la “derecha religiosa” que ha llevado a impedir que la Federación Evangélica (FEREDE) “la entidad que nos representa a todos, esté en los foros internacionales naturales: la Conferencia Europea de Iglesias primeramente, y acto seguido el Consejo Mundial de Iglesias”.

(Protestante Digital/ReL) Manuel López, periodista, vocal de la Junta Directiva del Consejo Evangélico de Madrid y miembro de una iglesia bautista de Madrid ha escrito un artículo especial para ALC relacionado con la reciente Plenaria de la Federación Evangélica (FEREDE), considerando que posponer la inclusión de FEREDE como entidad asociada en la Conferencia de Iglesias Europeas (KEK) es debido al “antiecumenismo” de la “derecha religiosa” representada por la Alianza Evangélica Española y el Consello Evanxélico Galego. Esta opinión ha sido contestada y fuertemente cuestionada por Manuel Suárez, médico, político y Vicepresidente de la Alianza Evangélica Española que la considera un grave y profundo error. En el artículo M. López (cuyo contenido pueden leer íntegramente aquí) se analiza la noticia producida el pasado 11 de marzo en la última reunión de la Comisión Plenaria de la Federación Evangélica (FEREDE) que “acordó recabar más información sobre los compromisos y el alcance que supondrían que FEREDE solicitara ser miembro asociado en la Alianza Evangélica Mundial y de la Conferencia de Iglesias Europeas”. Como informábamos el pasado martes, este hecho suponía que de momento no se lleva adelante lo que incluía el punto 9º del orden del día de la Comisión Plenaria de la FEREDE, que decía textualmente: “Relaciones Internacionales de FEREDE. Información y propuesta de integración en Federaciones Internacionales: A.- Alianza Evangélica Mundial. Se solicitaría la admisión no como miembro que ya lo es la AEE (Alianza Evangélica Española), sino como entidad asociada. B.- Conferencia de Iglesias Europeas. Se solicitaría la admisión no como miembro que ya lo es la IEE y la IERE sino como entidad asociada”. Expone Manuel López que esta decisión fue provocada por “una entidad sucursalista de la órbita ideológica de la AEE (Alianza Evangélica Española), el Consello Evanxélico Galego (CEG)”, que “se presta a firmar un comunicado alertando sobre la `inquietud´ que entre los evangélicos ha `sembrado´ el mero hecho de la inclusión del citado punto del orden del día”. El CEG está integrado orgánica y legalmente en la FEREDE, por lo que no tiene dependencia alguna de la AEE, algo que ha confirmado su Vicepresidente Manuel Suárez respondiendo al artículo de M. López. La popuesta del CEG Manuel Suárez también se queja de falta de rigor en lo poco que explica sobre lo ocurrido en la pasada Plenaria de FEREDE, ya que “la Alianza ni siquiera habló de este tema en la Plenaria; quien presentó una posición definida fue el Consello Evanxélico de Galicia”. Posición que M. López critica sin tan solo explicar su contenido y propuestas, según expone Manuel Suárez. Y esto, dice Suárez, es indispensable para opinar. Las propuestas que el Consello acordó fueron básicamente dos. La primera, “que se ofreciese una información exhaustiva a las iglesias antes de que sus representantes decidiesen el voto”, y la segunda “que se recordase que la incorporación a una entidad ecuménica es exclusiva competencia de las iglesias y denominaciones, y no de la FEREDE, algo que ya la propia FEREDE en su solicitud a la Conferencia Europea de Iglesias (KEK) reconoce diciendo que en este terreno las iglesias en España tienen posturas diferenciadas; por eso no es justo que ninguna iglesia o denominación tenga que asumir una posición votada mayoritariamente que contradiga su particular postura al respecto”. “Antiecumenismo" y "derecha religiosa" Manuel López declara en su artículo que la decisión de FEREDE no es sólo “el más reciente episodio antiecuménico” sino que pertenecer al KEK debería darlo “por hecho todo creyente que no haya arrancado de su Biblia la página del capítulo 17 del Evangelio de Juan”. Considera por tanto que es lo “natural que FEREDE, como la entidad que nos representa a todos esté en los foros internacionales naturales: la Conferencia Europea de Iglesias primeramente, y acto seguido el Consejo Mundial de Iglesias”. Con todo, dice López, “lo más grave que este nuevo golpe bajo del pertinaz antiecumenismo de la AEE acaso sea la habitual blandura de FEREDE ante los envites de la derecha religiosa”. Esta cuestión de la derecha religiosa se repite en el artículo de M. López una y otra vez (“Una vez más (…) FEREDE se achanta a jugar el juego de no incomodar a la derecha religiosa”, “Lo más triste del caso es que la derecha religiosa vuelve a hacer pinza antiecuménica”…). Manuel Suárez, opina sobre este punto que es totalmente falso, y que existe una clara pluralidad de diferentes afinidades políticas dentro de la AEE, y que le “parece profundamente irrelevante el análisis de M. López, porque si quiere analizar la posición de los miembros de la Alianza no vale de nada el método de la filiación izquierda-derecha religiosas, sino el estudio de sus convicciones y prácticas de fe”, y que “clasificar derecha-izquierda según la postura ante el ecumenismo tampoco aporta un análisis realista ni útil, y menos si se hace con escaso rigor” como en el mencionado artículo de Manuel López. El ecumenismo de Thomas Chalmers También responde Manuel Suárez a las consideraciones que hace Manuel López en torno a la figura de Thomas Chalmers, fundador de la Alianza Evangélica en Londres en 1846, y al que la “derecha religiosa que monopoliza la Alianza Evangélica Española (AEE) ignora por completo” según López. En primer lugar, expone M. Suárez, no es cierto que se ignore o desconozca su figura: En el número 21996 de Idea, revista de la AEE, con motivo del 150 aniversario de la creación de la Alianza Evangélica en Londres, se hace referencia a Thomas Chalmers como “padre fundador” de la Alianza recordando su legado ideológico, y lo mismo sucede en el cuaderno de José M. Martínez (Presidente Honorario de la AEE) “La Alianza Evangélica, nexo de unidad”. Y en segundo lugar, añade Suárez, el ecumenismo de Chalmers “no promovía el entendimiento con la Iglesia de Roma, (…) él promovió el ecumenismo que a la inmensa mayoría de nosotros nos interesa: el que se produce entre los evangélicos”, con lo que la idea que da a entender Manuel López “es errónea”. Muchos culpables Pero no sólo arremete Manuel López contra la AEE, el CEG y la FEREDE. Además considera que en lo ocurrido han participado por omisión “los socios en España de la Conferencia Europea de Iglesias, las denominaciones históricas IEE (Iglesia Evangélica Española) e IERE (Iglesia Española Reformada Episcopal)”, que “tendrían que haber peleado para que la entidad que nos representa a todos esté en los foros internacionales naturales: la Conferencia Europea de Iglesias primeramente, y acto seguido el Consejo Mundial de Iglesias”. Y, por último, acusa a su propia denominación, la UEBE (Unión Evangélica Bautista de España), ya que en su opinión “sería bien distinto si el tercer socio natural, la Unión Bautista, estuviese integrado en las instituciones ecuménicas”. ¿Qué ecumenismo? Ya en relación al ecumenismo que expresa la oración de Jesús por la unidad en Jn 17 entiende Manuel Suárez que “no une a todos indiscriminadamente”, sino a los que “no son del mundo”, y, aunque “sabemos que entre los católicos hay miembros de la Iglesia invisible universal de Cristo, la Iglesia Católica visible es definitivamente `del mundo”. Además, sigue Suárez, “el ecumenismo no surge históricamente como un diálogo con Roma, sino como un diálogo entre protestantes”; y fue sólo mucho después que el Consejo Mundial de Iglesias quiso ampliarlo al entendimiento con la Iglesia Católica, “y esto explica por qué la inmensa mayoría de los evangélicos en este país no apoyamos su neo-ecumenismo; apoyamos el primero, no este último”. Por último, concluye M. Suárez, “lo que tampoco dice M. López es que cuando el Consello informa de los riesgos de ligarse a la KEK no habla del ecumenismo intraevangélico, sino señala específicamente la Carta Ecuménica que la KEK firmó con la Conferencia Episcopal Europea católica, en la que, entre otras cosas, ambas entidades se comprometen a pactar sus planes propios de evangelización para no hacer competencia entre católicos y protestantes; de asumirlo, casi no podríamos evangelizar en España. Es reduccionismo manipulador decir que Alianza y Consello somos antiecuménicos; no es cierto: somos decididamente ecuménicos, como lo prueba la plural composición de nuestras membresías, pero reforzamos nuestro ecumenismo en la verdad bíblica, no lo construimos a costa de ella”. La Alianza Evangélica Española estudia, dice Manuel Suárez, ejercer el derecho a réplica -por todas las alusiones y juicios de valor vertidos en el artículo de Manuel López- en ALC. ACPress se ha dirigido a todas las entidades implicadas por estar mencionadas en el artículo de Manuel López (CEG, FEREDE, IEE, IERE, CEM, AEE), pero excepto la AEE no han respondido o han manifestado que prefieren no realizar declaraciones.
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