Siguiendo los pasos de Yunus
La Iglesia Católica en Italia concede microcréditos para superar la crisis
La Iglesia italiana está dando a Silvio Berlusconi una lección sobre cómo ayudar a las familias ante la actual crisis. Mientras el tímido plan de reactivación económica del primer ministro todavía no ha dado frutos, la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) se ha movilizado para mitigar con su paraguas asistencial los efectos de la recesión. Los clásicos comedores para pobres ya no bastan. Microcréditos, acuerdos con los bancos, fondos de solidaridad, economatos gratuitos y avales para apoyar a quien solicita un crédito son las principales iniciativas de los obispos italianos.
(Darío Menor/El Confidencial) Algunas llevan funcionando desde 2005 y otras han nacido al albur de la debacle económica. La mayoría de las diócesis ha emprendido alguna actuación por su cuenta para mejorar la situación de sus fieles. Dado el continuo crecimiento de las necesidades sociales, la CEI ha decidido coordinar sus esfuerzos por lo que a finales de mes se reunirá la comisión permanente de los obispos para establecer el “Fondo de garantía para las familias en dificultad”. Dicho fondo aglutinará a las donaciones realizadas en toda Italia por los individuos y empresas que quieran colaborar y servirá para financiar los proyectos de solidaridad anticrisis. No se sabe cuánto se recaudará, pero la Prensa habla ya de decenas de millones de euros. Berlusconi ha tardado en reaccionar ante la recesión. Primero acusó a los medios de ser responsables del desplome económico por su pesimismo. Luego se dirigió directamente a los ciudadanos y, en los días previos a Navidad, les pidió que gastaran y consumieran ya que así mejorarían la situación de Italia. La receta de Il Cavaliere dolió tanto por su inconsciencia como por venir del hombre más rico del país. Al tiempo que el primer ministro intentaba animar el consumismo navideño, el cardenal de Milán, Dionigi Tettamanzi, anunciaba la creación de un fondo para las familias que ya ha alcanzado los 3 millones de euros. El dinero viene del porcentaje de la renta de los contribuyentes que la Iglesia recibe, ahorros de la diócesis y limosnas de empresas y particulares. Siguiendo los pasos de Yunus La diócesis de Prato, en la región de Toscana, sigue desde hace cuatro años el ejemplo de los microcréditos del premio Nobel Muhammad Yunus. Los préstamos, que llegan hasta los 5.000 euros, se conceden a familias en dificultad y los gestiona Caritas, que también cuenta con una suerte de economato donde entrega productos de primera necesidad de forma gratuita. La idea de los microcréditos ha sido copiada por otras diócesis italianas, algunas de las cuales ofrecen préstamos de hasta 2.000 euros a un cero por ciento de interés. Otra iniciativa interesante es la del obispo de Chieti, que se presenta como avalista para las familias que solicitan un crédito a los bancos. Al igual que ocurre en España, la Iglesia italiana está percibiendo un nuevo perfil en las personas en situación de pobreza. Ya no se trata sólo de indigentes, parados, inmigrantes, ancianos y pensionistas con una renta mínima. Ahora, según los datos de Caritas, muchos profesionales que antes llegaban con dificultad a final de mes se han visto abocados a la pobreza y acuden a las parroquias pidiendo ayuda. Se trata muchas veces de familias formadas por trabajadores que han perdido su empleo y ya no pueden seguir con su anterior ritmo de vida. Estas víctimas de la crisis están detrás del aumento en el número de pobres, que la CEI cifra en torno al 30%.
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