Para evitar que pierdan su identidad cristiana
Pamplona-Tudela crea una fundación para gestionar colegios ante la escasez de religiosos
El Arzobispado de Pamplona ha decidido crea una fundación para gestionar colegios ante la escasez de religiosos. Después de siete años de estudio, desde la archidiócesis se cree que ha llegado el momento de dar un paso adelante. La disminución del número de religiosos es una realidad en la Comunidad Foral (al igual que en el resto del Estado) y para afrontar esta falta de vocaciones tanto la Diócesis como FERE Navarra (que agrupa a los 40 centros religiosos) llevan años ideando nuevas fórmulas de gestión para evitar que ninguno cierre sus puertas.
(Noticiasdenavarra/ReL) En la actualidad, cuatro colegios ya funcionan a través de diferentes fundaciones (Vedruna, Santo Tomás y La Anunciata) o cooperativas de profesores (Ursulinas). Pero el interés mostrado por varios colegios ha llevado al Arzobispado a poner en marcha una nueva fundación. Ya tiene redactados los estatutos y echará a andar este curso. Esta entidad, que aún no tiene nombre "aunque llevará la palabra diocesana", asegura el responsable de Educación del Arzobispado, Javier Segura, de momento acogerá a los centros que ya gestiona (Hijas de la Caridad, de Bera y Mater Dei-Puy-Anderaz, ubicados en Estella, Ayegui y Abárzuza). Con total seguridad, otros no tardarán mucho tiempo en sumarse a esta iniciativa. De hecho, al menos seis colegios ya se han mostrado interesados en formar parte de esta fundación. "Son centros que pueden estar en ese perfil de necesidad por la edad de los religiosos...pero también pueden estar pivotando sobre otras posibles fundaciones que se creen en su propia congregación", explica Segura, que recuerda que el objetivo de este órgano "es abrir puertas de colaboración a órdenes religiosas que pueden necesitar el apoyo del Arzobispado". En otras palabras. Se trata de ayudar a los colegios que sufren en mayor medida la falta de vocaciones o que han decidido abandonar la enseñanza o continuar con esta labor en otro país. La gestión recaerá en la esa fundación dependiente del Arzobispado aunque "cada uno de los centros mantendrá el carisma y la identidad de su congregación". Diferentes fórmulas De momento, esta fundación diocesana será la única que acogerá a varios colegios en Navarra. Pero esta fórmula no es la única que funciona en la Comunidad Foral. El primero en integrar una fundación fue el colegio Carmelitas-Vedruna el pasado 2005. Este centro solicitó su entrada en la Fundación Educación Católica, una organización impulsada por Escuelas Católicas que gestiona centros de distintas congregaciones religiosas en todo el Estado. "Al ver que no iban a poder mantener algunos centros, sobre todo, por escasez de personal, FERE nacional decidió crear esta fundación manteniendo siempre el carácter del centro", expone Ortiz. Se trata de algo similar a lo que va a poner en marcha el Arzobispado, pero a nivel estatal. Dos años después, el colegio Santo Tomás pasó a formar parte de la Fundación Dominicas de la Enseñanza. "Ésta asumió tres colegios de la misma orden: el de Pamplona, uno en Barcelona y otro en Tarragona", explica el presidente de FERE Navarra, Agustín Ortiz. Los casos más recientes culminaron en septiembre del pasado año y fueron protagonizados por el colegio La Anunciata, de Tudela, y Ursulinas, de Pamplona. Sin embargo, las fórmulas elegidas son totalmente opuestas. El centro ribero ha optado por integrarse en una entidad que se llamá Fundación Educativa Santo Domingo, "que funciona de forma parecida a la que gestiona Santo Tomás" mientras en en Ursulinas los profesores han decidido crear una cooperativa. "Han dicho que van a mantener la identidad del centro pero podrían decidir lo contrario", apunta Ortiz. Esta última opción, como es obvio, no es la preferida por FERE Navarra, que se decanta por que sean entidades religiosas las que gestionen los centros. "Se asegura la continuidad de la enseñanza religiosa. Porque aunque la congregación disminuya, en los estatutos se deja claro que se debe mantener el carácter de la congregación", señala Ortiz, que explica que los equipos gestores de las fundaciones están integrados por religiosos y seglares comprometidos. Pero a estos laicos necesitan formación. En este sentido Segura pone como ejemplo a congregaciones "más potentes", como los jesuitas o los maristas, que han ido formando a seglares dentro de su propio carisma. "Tienen equipos de laicos muy unidos. Ellos han resuelto el problema de otra manera", señala el responsable de Educación en el Arzobispado, y prosigue "porque la realidad es que el problema de la falta de vocaciones nos afecta a todos". Otra de las opciones que se barajan para enfrentarse a esta situación es la posibilidad de que dos, tres o cuatro colegios de distintas órdenes se juntasen para optimizar recursos. "En Tolosa ha ocurrido y uno de los colegios se encarga de Infantil, otro de Primaria y un tercero de ESO y Bachiller", explica Ortiz. O crear equipos de titularidad, por encima del grupo directivo, que se encargarían de la gestión de un centro . Pasado y futuro Las posibilidades son muchas y los interesados las conocen muy bien. Pero, ¿cuándo comenzó a vislumbrarse el problema de la falta de vocaciones? Han pasado varias décadas desde que los seglares desembarcaron en los colegios religiosos. Primero, sólo impartían clase y la dirección y gestión corría a cargo de los sacerdotes o monjas. "En la década de los 80-90 hubo órdenes que vieron la necesidad de incorporar a seglares a cargos directivos y que asumiesen responsabilidades. Se comenzó a hablar de misión compartida", explica Ortiz, que asegura que "algunas órdenes religiosas han sido más proactivas y otras más reactivas. Unas lo vieron antes y se pusieron las pilas mientras que otras han retrasado el momento". Los primeros movimientos se debieron a cambios de titularidad (Maristas asumió Santo Ángel, Jesuitas hizo lo propio con Misioneras y los Escolapios con La Compasión) y luego el centro de San Agustín tuvo que cerrar sus puertas. "En un principio tuvieron problemas de aluminosis pero también porque la media de edad de los religiosos era de 65 años y no podían asumir la gestión del centro", afirma Segura. El objetivo es que esto no vuelva a ocurrir. "No queremos que se pierda presencia de Iglesia, que no se cierre ningún colegio cristiano", señala el presidente de FERE Navarra. Tanto el Arzobispado como desde esta federación reconocen que la demanda se mantiene, que sigue habiendo muchas familias que optan por escolarizar a sus hijos en un colegio religioso. "La educación religiosa sigue teniendo peso. Algunas familias porque vivien mucho la religión, otras no tanto pero piensan que esta educación puede ser buena, también hay gente que no buscan tanto una educación religiosa como una educación en valores", expone Ortiz. Para Segura garantizar la estabilidad de estos centros "es bueno para las familias, porque la matrícula es alta, también es beneficioso desde el punto de vista laboral, para el profesorado, y atiende una demanda social. Además, desde un punto de vista económico los centros concertados le resultan más baratos a la Administración". De momento la demanda está garantizada. Por ello, la labor del Arzobispado y la FERE es encargarse de la oferta. Y en ello están. "Hay movimiento y habrá más reducción de religiosos, es evidente, porque los que hay son ya mayores. Por eso el futuro está en los seglares comprometidos, es decir, que la gente cristiana tome las riendas de la educación cristiana", indica Ortiz. De la misma opinión es Segura quien también plantea otras dos posibilidades: "el repunte de vocaciones que podría darse en los próximos años y la existencia de religiosos extranjeros que podrían venir a Navarra". Entre los seglares comprometidos cita nuevas realidades eclesiales como el movimiento neocatecumenal (kikos ) cuyos seguidores tiene previsto abrir un nuevo centro para 201011.
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