En la clausura del VI Encuentro de las Familias en México
El Papa reivindica el matrimonio entre hombre y mujer
El VI Encuentro Mundial de las Familias (EMF), que ha contado con la participación de unas veinte mil personas, se clausuró ayer en Ciudad de México tras haber dejado un legado de testimonios y manifestaciones que han reafirmado la dignidad y el valor único e insustituible de la familia, fundada en el matrimonio de un hombre con una mujer. Esta única forma de familia es la que han querido reivindicar tanto el cardenal Tarciso Bertone, secretario de Estado del Vaticano, que ha asistido al Encuentro en representación del Pontífice, como éste mismo y las numerosas familias mexicanas y del extranjero que han dado su testimonio en el evento. Milán será la sede del próximo encuentro.
(Belén Manrique/La Razón) Tras las diversas conferencias ofrecidas por obispos de todo el mundo, teólogos y líderes de movimientos, además de conciertos musicales y el constante rezo del Rosario, el VI Encuentro de las Familias en México llegó ayer a su fin con una misa solemne que tuvo como momento cumbre el mensaje en directo que el Papa Benedicto XVI dirigió vía satélite a los miles de peregrinos que participaban en la celebración eucarística, presidida por el cardenal Bertone y que contó con la presencia de más de 20 cardenales y 200 obispos provenientes de diversas partes del mundo. En su mensaje, el Papa afirmó que la familia es «un bien insustituible para los hijos, dignos de venir a la vida como fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres», además de que «ocupa un lugar primario en la educación de la persona y es una verdadera escuela de humanidad y de valores perennes». Sin embargo, continuó el Papa, «esta labor educativa se ve dificultada por un engañoso concepto de libertad, en el que el capricho del individuo se exalta hasta el punto de dejar encerrado a cada uno en la prisión del propio yo». Por eso, es «en el hogar donde se aprende a vivir verdaderamente, a valorar la vida, la libertad y la paz, la justicia y la verdad, el trabajo y el respeto», declaraba el Pontífice al tiempo que reivindicaba «el valor insustituible de la familia fundada en el matrimonio de un hombre con una mujer y abierto a la vida». Es necesario, aseguró también el Santo Padre, «desarrollar una cultura y política de la familia». Ésta «está llamada a ser evangelizada y evangelizadora, humana y humanizadora». «Trabajar por la familia es trabajar por el futuro digno de la humanidad», afirmó. El intenso frío y la lluvia que azotó el pasado sábado por la noche el noreste de la ciudad de México impidieron la transmisión del vídeomensaje al final del evento festivo como estaba previsto, por lo que éste se transmitió en la misa del domingo, al término de la cual, el Papa anunció que la ciudad italiana de Milán será la sede del próximo Encuentro Mundial de las Familias en la primavera de 2012, que tendrá como lema: «La familia, el trabajo y la fiesta».
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