Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Se pone fin al cisma lefebvriano

Benedicto XVI levanta la excomunión a los obispos ordenados por Marcel Lefebvre

Benedicto XVI ha firmado el decreto por el que se levanta la excomunión a los obispos ordenados por monseñor Marcel Lefebvre. Está previsto que el Vaticano haga oficial la noticia en los próximos días. Con esta decisión, el Papa quiere acabar con el "problema lefebvriano" aunque queda por solucionar la cuestión del estatus jurídico, ya en el seno de la Iglesia Católica, de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, fundada por monseñor Lefebvre. Monseñor Bernard Fellay es el actual responsable de la dirección de la Fraternidad.

(Luis F. Pérez/ReL) Benedicto XVI ha decidido levantar la excomunión a los obispos de la Fraternidad San Pío X, monseñor Bernard Fellay, monseñor Bernard Tissier de Mallerais, monseñor Richard Williamson y monseñor Alfonso de Galarreta, que fueron excomulgados en 1988 al ser ordenados por monseñor Marcel Lefebvre en contra de la voluntad de Juan Pablo II. La noticia, adelantada en parte el pasado sábado por Francisco José Fernández de la Cigoña en su blog, ha sido publicada hoy en italia por el vaticanista Andrea Tornielli en Il Giornale. Según fuentes vaticanas, el decreto, probablemente con fecha de 21 de enero y que se hará público en los próximos días, no acaba con el "problema lefebvriano" pero representa un paso importante. El siguiente será llegar a un acuerdo con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X sobre su estatuto jurídico dentro de la Iglesia Católica. La decisión es un acto de gran magnanimidad por parte de Benedicto XVI, que quiere sanar esa fractura y división en el cuerpo eclesial. Monseñor Marcel Lefebvre Marcel-François Lefebvre nació en Tourcoing, Francia, el 29 de noviembre de 1905. Cursó sus estudios de filosofía y teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Fue ordenado sacerdote en 1929 por Monseñor Liénart, apodado el "arzobispo rojo" de Lille. Habiendo madurado en él la idea misionera y siguiendo el paso de su hermano, se unió a Congregación del Espíritu Santo. Tras su noviciado hizo su profesión religiosa el 8 de septiembre de 1932 fue enviado a África, concretamente a Gabón, donde se desempeñó como misionero en diversos lugares. Pío XII lo nombró obispo de Dakar en 1948, elevándolo posteriormente al rango de Arzobispo, y designándolo también Legado Apostólico para toda el África francófona. En 1962 fue nombrado obispo de Tulle en Francia, reteniendo el título de Arzobispo. En calidad de Superior General de los Padres Espiritanos, fue llamado por Juan XXIII para formar parte de la Comisión Central Preparatoria del Concilio Vaticano II. Durante el Concilio, fundó junto a Monseñor Antonio de Castro-Mayer, obispo de Campos (Brasil), Monseñor Geraldo Proença Sigaud, obispo de Diamantina (Brasil) y Monseñor Carli, obispo de Segni (Italia) el Cœtus Internationalis Patrum, al que se adhirieron 450 obispos, con el objeto de defender en el aula conciliar la doctrina y disciplina tradicional de la Iglesia. Fraternidad Sacerdotal San Pío X Después de renunciar a su cargo de Superior General de su congregación en 1968 y a iniciativa de un grupo de seminaristas descontentos con la orientación que habían tomado los seminarios a los que concurrían, en particular, el Seminario Francés de Roma, a cargo de los Padres Espiritanos, en 1971 fundó en Friburgo (Suiza), con la anuencia del obispo del lugar, Mons. François Charrière, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. La casa de formación que primero funcionó en la Rue de la Vignettaz fue posteriormente trasladada a Écône (cantón del Vales, Suiza), donde la congregación tiene su principal instituto de formación sacerdotal. Suspensión a divinis y excomunión Debido a la creciente concurrencia de jóvenes deseosos de recibir una formación tradicional en el sacerdocio, rápidamente se granjeó la oposición del episcopado francés, que denominaba el Seminario de Écône «seminario salvaje». Vencido el término de 5 años, durante el cual la existencia de la congregación es puesta a prueba de acuerdo con las normas canónicas, el sucesor de Mons. Charrière en la sede de Friburgo, Mons. Pierre Mamie, tras recibir una solicitud de Roma, no renovó el permiso para que la misma subsistiera, acto que posteriormente fue refrendado por una comisión de 3 cardenales nombrada por Pablo VI. En 1976 recibió una monición canónica para que no procediera a la ordenación de la primera tanda de jóvenes formados en Écône, la cual desoída, hizo recaer sobre él la suspensión a divinis el 22 de julio de 1976. Consolidándose la situación en el tiempo, y por interposición de otros factores, tal el caso de la reunión ecuménica de Asís de 1986, Mons. Lefebvre, ya octogenario, confiesa que se le acaba el tiempo para nombrar un sucesor en el episcopado. Tras una serie de reuniones con autoridades romanas, durante cuyo transcurso se le aseguró que el Papa Juan Pablo II no se oponía, en principio, a darle un sucesor, se bosquejó un proyecto de acuerdo. Pero tan pronto como estampó su firma en el documento, el entonces cardenal Ratzinger le solicitó una carta pidiendo perdón al Papa por lo que había hecho anteriormente. Tras negarse a hacerlo se desdijo del acuerdo y poco después, remitiéndose a aquella seguridad que se le había dado de que el Papa no se oponía a darle un sucesor, decide consagrar 4 obispos escogidos de entre miembros de su congregación: los padres Alfonso de Galarreta (hispano-argentino), Bernard Fellay (suizo), Richard Williamson (inglés) y Bernard Tissier de Mallerais (francés). Dicho acto trajo como consecuencia que fuera excomulgado pública y formalmente por el papa Juan Pablo II, el cual en su carta Apostólica "Ecclesia Dei", escrita el 2 de julio de 1988 en forma de motu proprio, decía: "Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica" (Código de Derecho Canónico, can. 1.382).
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