Benedicto XVI pide la liberación de los niños en el Congo
"Los niños son la riqueza y la bendición del mundo”
En la solemnidad de la Epifanía del Señor, el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido un apremiante llamamiento durante el Ángelus, por la paz en Tierra Santa, por la liberación de los niños secuestrados en la República Democrática del Congo, y por la defensa de los Derechos de la Infancia en el mundo. Recordando que mañana las Iglesias Orientales celebran la Santa Navidad, el Papa ha expresado una vez más su pesar por las violencias en Tierra Santa y Oriente Medio en especial sigue de cerca los enfrentamientos armados en la franja de Gaza.
(RV/ReL) “Mientras una vez más repito que el odio y el rechazo del diálogo conducen a la guerra –ha exhortado el Papa- hoy querría mostrar mi apoyo a las iniciativas y a los esfuerzos de cuantos, defendiendo la paz, están intentando ayudar a israelíes y palestinos para que acepten sentarse en la mesa de negociaciones para dialogar. ¡Que Dios apoye el compromiso de estos valerosos ‘constructores de la paz’!”. Ante miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, Benedicto XVI ha señalado asimismo que la fiesta de hoy de la Epifanía está dedicada a los más pequeños, que son “la riqueza y la bendición del mundo”. En especial el Papa se ha dirigido a todos esos niños a los que les viene negada una infancia serena, llamando la atención sobre las decenas de niños y jóvenes que, en estos últimos meses incluso en el periodo de Navidad, han sido secuestrados por bandas armadas que han atacado sus casas causando numerosas víctimas y heridos en la República Democrática del Congo. El Pontífice ha hecho un llamamiento a “los autores de tal brutalidad inhumana, para que hagan regresar a estos jóvenes a sus familias devolviéndoles un futuro de seguridad y desarrollo al que tienen derecho al igual que esa querida población. Al mismo tiempo manifiesto mi cercanía espiritual a las Iglesias locales, también afectadas personal y materialmente, mientras exhorto a los Pastores y a los fieles a ser fuertes y firmes en la esperanza”. Benedicto XVI ha proseguido su alocución después del rezo mariano del Ángelus recordando que los episodios de violencia contra menores que se registran en otras partes del mundo, son “todavía si cabe más despreciables” considerando que en 2009 se celebra el vigésimo aniversario de la Convención de los Derechos de la Infancia. “Un compromiso –ha subrayado el Papa- que la comunidad internacional está llamada a renovar, la defensa, tutela y promoción de la infancia en el mundo entero. Que el Señor ayude a cuantos –que son numerosos- trabajan cotidianamente al servicio de las nuevas generaciones, ayudándoles a ser protagonistas de su futuro”. Asimismo el Papa ha recordado que hoy se celebra la Jornada de la Infancia Misionera, representando una oportunidad para poner en evidencia cómo los niños y jóvenes pueden desarrollar un papel importante en la difusión del Evangelio y en las obras de solidaridad hacia sus coetáneos más necesitados. Previamente, en su alocución antes de la oración mariana del Ángelus, Benedicto XVI ha explicado el significado de la celebración de hoy de la Epifanía del Señor. El Papa ha puesto de relieve como la llegada de los Magos supuso estupor no sólo en Herodes, sino también en la propia población de Jerusalén. “Jesús lloró por Jerusalén –ha narrado Benedicto XVI- porque no había reconocido el tiempo de su llegada”. Éste es precisamente uno de los puntos clave de la teología de la historia: el drama del amor fiel de Dios en la persona de Jesús que “vino a su casa y los suyos no le recibieron” (Jn 1,11). A la luz de la Biblia, esta actitud de hostilidad, o ambigüedad, o superficialidad, representa la de cada hombre y la del mundo –en sentido espiritual-, cuando se cierra al misterio del verdadero Dios, el cual se presenta ante nosotros con la mansedumbre del amor. “Jesús, el ‘rey de los judíos’, es el Dios de la misericordia y de la fidelidad –ha proseguido el Santo Padre- Él quiere reinar en el amor y en la verdad y pide que nos convirtamos, abandonando las obras malvadas y recorriendo con decisión el camino del bien”. Y tras el rezo del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI como es tradicional ha saludado en varios idiomas, felicitando en particular a todos los niños y a los adultos “para que conserven el espíritu de la infancia”. En español éstas han sido las palabras que el Papa ha dirigido a los peregrinos de nuestra lengua: “Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. En esta solemnidad de la Epifanía contemplamos a Cristo que se manifiesta como único Señor y Salvador de todos los pueblos. Al igual que los Magos de Oriente, también nosotros queremos venir a adorar al Niño Jesús recién nacido y ofrecerle nuestra vida como ofrenda de amor y de fe. Que Dios os bendiga en este día de Fiesta”.
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