Despejado el camino para su canonización
El Vaticano aprueba el segundo milagro del beato Rafael
La comisión de cardenales que revisa los procesos de canonización ha aprobado recientemente el segundo milagro de la causa del beato Rafael, monje del monasterio de San Isidro de Dueñas que nació en 1911 en Burgos y falleció en 1938 en la abadía eldanense. La aprobación del milagro se produjo el 4 de noviembre y ha sido comunicada ya al abad, Enrique Trigueros, quien a su vez se lo ha transmitido a la comunidad cisterciense. Una vez que se ha aprobado la comisión de un hecho milagroso atribuido al beato Rafael en la curación de una joven que se encontraba embarazada y que llegó a estar en coma, ahora sólo queda que el Papa Benedicto XVI apruebe personalmente el milagro y se fije una fecha para celebrar la canonización.
(Norte de Castilla/ReL) El proceso ha pasado ya por todas las etapas previstas en este tipo de causas de canonización. El expediente se completó en la Diócesis de Palencia, donde un jurado presidido por Ginés Ampudia reunió toda la documentación precisa que fue remitida a Roma. Posteriormente, ya en el Vaticano, el expediente ha sido aprobado por las tres comisiones previstas en la legislación eclesiástica, la de los médicos, la de los teólogos y, finalmente, la de los cardenales. Rafael Arnáiz Barón abandonó los estudios de Arquitectura para ingresar en 1924 en el monasterio de Dueñas. El monje trapense dejó como testimonio numerosos escritos que fueron recopilados tras su muerte y que se unieron a las cartas enviadas a sus familiares más cercanos. Este material documental fue el germen del proceso de beatificación en septiembre de 1960, que concluyó tras aprobarse una curación milagrosa a una joven palentina, el 27 de septiembre de 1992 en la plaza de San Pedro de Roma, cuando Juan Pablo II le elevó a lo altares. La aprobación del segundo milagro, que curó a una joven madrileña, supone ya la canonización del beato en una fecha aún por precisar. Cuando Rafael Arnáiz fue beatificado, el monasterio de San Isidro de Dueñas le dedicó una capilla que acoge sus restos mortales y que se ha convertido en un foco de atención de fieles católicos.
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