Martes, 24 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

El cardenal criticó la actual EpC en La Linterna

El cardenal Rouco asegura que el matrimonio entre personas del mismo sexo es contrario a la civilización

El cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Antonio María Rouco Varela, fue entrevistado ayer por César Vidal en La Linterna de la Cope. En la entrevista se abordaron diversos temas como el próximo Forum de pastoral juvenil, la asignatura de Educación para la Ciudadanía y las declaraciones al respecto del cardenal Grocholewski, la crisis de la institución familiar y su influencia en el futuro de la sociedad, el reciente Sínodo de la Palabra y la intervención "polémica" del cardenal en el mismo, la ofensiva de la cultura de la muerte, la situación del voto católico en España y la crisis económica, tanto en cuanto a la labor que desarrolla la Iglesia para ayudar a los necesidades como en relación a sus causas últimas, que no son meramente económicas.

(Luis F. Pérez/ReL) La entrevista del director de la Linterna al cardenal arzobispo de Madrid se prolongó más de media hora, en la cual dio tiempo a abordar multitud de temas de la actualidad eclesial y nacional. Monseñor Rouco aseguró que el Forum de pastoral juvenil que tendrá lugar este fin de semana en Madrid ha sido iniciativa los escolapios, órden cuyo carisma es precisamente la formación y educación de los niños y jóvenes. El cardenal afirmó que en el Forum se hará una revisión de lo que ha hecho la Iglesia con los jóvenes españoles en los últimos años. De igual manera, don Antonio María explicó que la vigilia de la Almudena de este años estará "templada" por el anuncio de la celebración de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, de la cual se dará gracias al Papa por haber elegido a Madrid. El cardenal Rouco dijo desconocer las declaraciones del cardenal prefecto de la Congregación Pontificia para la Educación Católica del Vaticano, monseñor Zenon Grocholewski, en las que criticaba la asignatura de Educación para la Ciudadanía y pedía la objeción de conciencia ante la misma. Monseñor Rouco manifestó su satisfacción por las palabras del cardenal Grocholweski ya que el mismo conoce bien la situación en España. Don Antonio María recordó cuál es la postura de los obispos españoles ante ese conflicto e insistió en que podría haberse resuelto por vía administrativa si hubiera habido voluntad de acuerdo. Al no ser posible, muchos padres se ven obligados a objetar. Sin dejar el ámbito de la educación, el cardenal arzobispo de Madrid recordó que dos sentencias del Tribunal Constitucional dictaminaron que el derecho de los padres a elegir la educación de hijos incluye tanto la elección de centros, como el derecho a erección de los mismos. En las sentencias el TC dictó que los niveles de gratuidad de los centros concertados deben de tener el mismo nivel que en los centros públicos. Y dentro de esa gratuidad, está incluido el coste de inversión para crear nuevos centros, por lo cual el Estado debería de ayudar y facilitar dichas iniciativas. En la comunidad de Madrid se han abierto nuevos centros, mayormente por grupos de seglares, pero con un esfuerzo económico que el cardenal considera en algunos casos como milagroso. En relación a la crisis de la institución familiar en España, don Antonio María advirtió de que muchos no se dan cuenta de los efectos nefastos de dicha crisis a medio y largo plazo. El desplome de la demografía, que hará que muchas comarcas de España literalmente desaparezcan, es un síntoma de la crisis de la transmisión de la vida y de su dignidad. El presidente de la Conferencia Episcopal Española cree que, al igual que ha ocurrido esta semana en California, se hubiera llevado a cabo en España un referendum sobre el matrimonio gay. El resultado habría servido, entre otras cosas, para conocer mejor la realidad profunda de la conciencia y de los aspectos más decisivos en la vida de los españoles. Monseñor Rouco Varela aseguró que "esa forma abordar la concepción del matrimonio en la que la diferencia sexual no juega ningún papel" va en contra de la civilización; y no sólo de la cristiana sino de todas las civilizaciones, pues parte de una concepción del hombre equivocada. Preguntado por el reciente Sínodo de la Palabra de Dios, el cardenal arzobispo de Madrid recalcó la importancia que tiene la Revelación de Dios para comprender lo que es el mundo y la realidad del ser humano, destacando cómo finalmente se produce una intervención decisiva de Dios en la historia del hombre, con la llegada del Señor para morir y resucitar por nosotros. Don Antonio María destacó la presencia e intervención en el Sínodo de seglares, delegados fraternos de otros cristianos e incluso de un rabino judío. El fruto del sínodo, asegura monseñor Rouco, se verá cuando el Papa publique su exhortación apostólica en la que recogerá los trabajos de los padres sinodales acerca de la importancia de la Palabra de Dios en todos los ámbitos de la Iglesia y del mundo. En relación a su intervención en la asamblea sinodal, cuyo resumen provocó cierta polémica, el cardenal asegura que hizo resumen de las ideas políticas y del estado moderno desde el siglo XVIII a la primera mitad siglo XX. Monseñor Rouco Varela aseguró que, al menos desde el punto de vista cronológico, es evidente que al estado de laicismo extremo promulgado en la República francesa con la ley de 1905, en el que se produjo una clara limitación de la práctica religiosa incluso en el ámbito del culto y la catequesis, le siguió revolución soviética en octubre 1917. En Rusia se fue más allá y se implementó la fórmula comunista de estado, se prohibió la religión, se proclamó el ateísmo como credo oficial, y se produjo una masacre de cristianos que hizo que el número de mártires rusos fuera inmenso, superior en gran medida a los habidos en España durante la Guerra Civil. Posteriormente, en 1933 llegó al poder el nacional-socialismo en Alemania, que hizo prácticamente lo mismo pero extendiendo su persecución al pueblo judío mediante la Soah. La sucesión cronológica, insistió el cardenal, es innegable. La relación causa efecto podría ser objeto de un análisis más exhaustivo de lo que permite el formato de una entrevista radiofónica. Con todo, el cardenal aseguró que tras la II Guerra Mundial nadie habla en Europa del laicismo radical para referirse a la relación entre la Iglesia y el Estado, sino más bien se propone la colaboración entre ambos así como la libertad religiosa. César Vidal preguntó a don Antonio María sobre su parecer sobre la ofensiva de la cultura muerte, en especial por el aborto y la eutanasia). Monseñor Rouco recordó que la Iglesia ya se ha pronunciado repetidas veces sobre estos asuntos, y ha propuesto el evangelio de la vida, sobre todo a partir de la encíclica Evangelium Vitae de Juan Pablo II. El cardenal recalcó especialmente que hoy más que nunca hay base científica para afirmar que el feto es un ser humano. La vida humana es siempre sagrada, dijo el cardenal, quien recordó que estamos en manos del Señor de la vida, la cual debe terminar naturalmente y no provocada por los médicos. Respecto al aborto, el cardenal arzobispo de Madrid condenó la mala aplicación de la actual ley del aborto, sobre todo en el apartado que justifica el mismo por el peligro para la salud física madre. El problema es ya de por sí muy grave, constató monseñor Rouco, quien aseguró que si se produce un nuevo desarrollo legislativo sobre esta cuestión, los obispos tomarán la posición doctrinal y pastoral oportuna. Preguntado por el hecho de que en España muchos católicos voten opciones políticas que sostienen principios morales que chocan contra la moral católica, lo cual produce una clara fractura entre convicción religiosa y voto, el cardenal dijo que a la hora de votar muchos españoles valoran aspectos más relacionados con las necesidades materiales de la vida. Con todo, don Antonio María aseguró que en este asunto hay diferencia entre los católicos practicantes y los que no lo son. El cardenal lamentó que no se aprecie la importancia de la importancia para el bien común de los valores sobre la vida y la familia. Recordó igualmente que los obispos siempre piden antes de las elecciones que se valore todo, sobre todo el derecho vida, familia, educación, el derecho al trabajo, la lucha contra la pobreza y las desigualdades. Por último, el cardenal arzobispo de Madrid aseguró que ante la actual crisis económica la labor social de la Iglesia está alcanzando niveles de sobresaturación. Las Cáritas parroquiales están al límite material y personal, por lo cual se está abordando un plan de solidaridad entre parroquias de Madrid, para reforzar las ayudas a las que más lo necesitan. En las oficinas de facilitación de empleo hay una avalancha de solicitudes por emigrantes. Además, el cardenal aseguró que sus sacerdotes le hablaron de la necesidad de hacer una labor de discernimiento moral y doctrinal para saber las razones de esta crisis, que no se ha dado sólo por fallos técnicos de política económica, sino también por un fallo en las conciencias, por la ausencia de principios fundamentales sobre cómo se obtiene el dinero y para qué, cómo se distribuye y cómo se vive. Si el dinero es ídolo, si no hay cambio de vida, si todo es derroche, si no hay solidaridad no hay sistema financiero que resista, constató el monseñor Rouco Varela. Interesante entrevista al cardenal Rouco, por Luis F. Pérez
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