Afirma que algunos obispos catalanes han hecho lo mismo
El Abad de Montserrat presiona en Roma contra la Cope
La Iglesia Católica en Cataluña está en una crisis total de vocaciones y práctica religiosa de sus fieles, siendo sus diócesis las que están a la cola de todas las diócesis en España. Sin embargo, lo que le preocupa al Abad de Montserrat es la Cope, a la que acusa ni más ni menos de tener en su seno varios programas que se dedican a atacar y promover el odio a Cataluña. Como quiera que en Añastro no parece que le vayan a hacer caso, se ha ido a Roma a protestar.
(ReL-Agencias) El abad de Montserrat, Josep Maria Soler, ha reconocido hoy en un desayuno informativo en Barcelona que ha hecho varias gestiones, incluso ante la Santa Sede, pero sin éxito, para tratar de cambiar la actitud que mantiene la COPE respecto a Cataluña. Soler, citando el proverbio que dice que "hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece", ha lamentado que esta emisora tenga algunos programas agresivos contra Cataluña y que, además, presente la imagen de una Iglesia muy vinculada a un partido político concreto. Ha declarado además que le resulta un "misterio" y que le preocupa mucho que todos los intentos que se han hecho desde varios sectores de la Iglesia para cambiar esta situación hayan fracasado, y ha puntualizado que desconoce los motivos por los que se mantiene esta situación, y más "viendo la cantidad de gestiones que se han hecho". "No quiero descalificar la Cope en su conjunto, sino algunos programas que, por un lado, son agresivos con Catalunya y, por otro, presentan imágenes de responsables de Iglesia muy vinculadas a un partido concreto", dijo tras ser interpelado por esta cuestión. Ante un centenar de personalidades de la vida política y cultural catalana, el abad de Montserrat ha reconocido que dentro de esta emisora hay gente que hace un trabajo abnegado que no se conoce, pero ha insistido en lamentar lo que se hace desde esta emisora para fomentar el odio a los catalanes. Esa acusación de Soler no hace sino seguir el modelo típico de regímenes totalitarios que confunden la crítica a los políticos gobernantes con la crítica a la propia nación. Mientras tanto, en la comunidad autónoma catalana se da un índice de bautismo de niños inferior al 40%, el 62,6% de las bodas son civiles, apenas un 17% de ciudadanos marcan la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta, hay 46 seminaristas menos en los últimos seis años y sólo 6% de los jóvenes entre 13 y 18 años se declaran católicos. Cifras como para que Roma se muestre ciertamente preocupada por el futuro del catolicismo en esta región española.
Comentarios