SIGUIENDO EL EJEMPLO DE ALEMANIA EN 2006
La Iglesia católica también se entrena para «meter goles» en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica
El Mundial de Fútbol no empieza hasta junio de 2010. Pero la Iglesia en Sudáfrica, donde tendrá lugar la competición, se prepara como las mejores selecciones para «meter goles». Espirituales, se entiende. Para los obispos del país, la competición «representa una oportunidad de mostrar la vitalidad del catolicismo africano» y han lanzado la campaña «Church on the ball».
La Iglesia católica sudafricana quiere «contribuir a su manera» al éxito del mundial de fútbol que tendrá lugar en este país africano en junio y julio de 2010. Para ello, ha lanzado la campaña «Church on the ball», animando a todas las diócesis del país a poner en marcha iniciativas de acogida a los visitantes extranjeros y de impulso a la pastoral del deporte, entre otras.
Una de ellas fue la participación en una conferencia del ministerio de Deportes el pasado mes de junio, en la que los responsables eclesiales presentaron sus proyectos de evangelización del deporte. Para los obispos sudafricanos, el Mundial de Fútbol «representa una oportunidad de mostrar la vitalidad del catolicismo africano», y han animado a las comunidades locales a prestarse voluntarias para acoger a los grupos que visitarán el país el próximo verano.
Según explica uno de los responsables de la campaña, Toni Rowland, de la delegación de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal, el fútbol es considerado «el deporte más popular de Sudáfrica, más que un deporte para muchos, incluso una religión o un estilo de vida».
«Es indudable que el Mundial de Fútbol 2010 tendrá un gran impacto en la sociedad sudafricana en muchos aspectos, y no sólo el económico», advierte. «Sería una pena que sólo el mundo secular, los medios, las empresas turísticas, estuvieran presentes».
Rowland explica que la Conferencia Episcopal ha tenido muy en cuenta las iniciativas que los obispos alemanes pusieron en marcha durante el precedente Mundial 2006, especialmente en lo tocante al servicio religioso en varios idiomas, las preocupaciones pastorales y las relaciones ecuménicas.
Además, espera que este acontecimiento sirva para «unir a las familias» en torno a los partidos, y que no quede sólo para los hombres en los pubs y salones. «Los jóvenes y los hombres maduros, que suelen estar menos implicados en las parroquias, podrían sorprenderse de ver a su Iglesia interesada en algo secular, y es de esperar que esto les anime a participar en la hospitalidad y de alguna forma de atención pastoral».
Prostitución
La Iglesia muestra también por otro lado, su preocupación por los efectos negativos que el Mundial pueda traer, especialmente respecto a fenómenos como la prostitución y la droga.
Como ya informó ZENIT, congregaciones religiosas y otros grupos han alertado en repetidas ocasiones del gran aumento de la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que suele producirse en los acontecimientos deportivos.
Así lo ha manifestado en varios foros la hermana Melanie O´Connor, especialista en estas cuestiones, dado que ya el cono sur de África padece este problema desde hace años.
Para O´Connor, el grupo de riesgo mayormente serán los niños, entre otras cosas, porque las escuelas del país cerrarán mientras dure el Mundial: «la pobreza, el paro y la falta de oportunidades, son los problemas que alimentan el motor del tráfico de personas».
El aumento del turismo podría traer la explotación de niños para la prostitución, para el transporte de la droga y para el «merchandising» deportivo, advierte.