TIM WALKINS
«Pasé de ser un activista gay a pastor presbiteriano, casado y con hijos»
«Salir de la homosexualidad es posible a través de Jesucristo», asegura.
«Aunque sentir atracción por personas del mismo sexo quizá no sea una elección, actuar sobre esos sentimientos sí lo es», explica Tim Walkins, activista gay en sus años de juventud y hoy pastor presbiteriano casado y con tres hijos. «Salir de la homosexualidad es posible a través de Jesucristo», asegura.
Walkins defendió esta postura en el campus de la Universidad de Milwaukee (Wisconsin, EE UU) el pasado jueves, e intentó así dar una respuesta cristiana a la cuestión de la homosexualidad. Cuando cursaba secundaria, pensar en la heterosexualidad le «asqueaba». «Yo no elegí sentirme atraído por mi mismo sexo. Uno de los misterios de la vida es precisamente éste: que uno no puede elegir aquello por lo que es tentado», explicó.
Aun así, Walkins insite en la diferencia que se debe hacer entre la atracción homosexual que se siente y el comportamiento que se puede tener ante ella. «Se puede resistir con ayuda de la fe y de una relación personal con Jesucristo», asegura.
«Reorientación»
De todos modos, Wilkins reconoce que en una época de su vida sí escogió ser «un homosexual activo», especialmente cuando cumplió los veinte. El cambio llegó poco a poco, como un proceso de «reorientación». «No es algo que se consiga de la noche a la mañana», advierte. De hecho, el pastor presbiteriano reconoce que su atracción por hombres continuó en la madurez, la universidad y los años de seminario. «Me mantuve firme en evitar cualquier pensamiento homosexual rezando, estudiando las Escrituras y buscando el corazón de Jesucristo». El pastor presbiteriano invita a los homosexuales que se sienten incapaces de cambiar a la heterosexualidad a permanecer en el celibato y profundizar en la relación con Dios. «Me di cuenta de que, aunque no sabía cómo dejar de ser homosexual, sí sabía cómo ser obediente a lo que creía».
Después de unos años, Tim Walkins consiguió encontrar «la calma y la liberación» en lo que él llama una «dramática y romántica» atracción heterosexual por primera vez en su vida. Hoy está felizmente casado y tiene tres hijos.
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