En Francia los peregrinos informan de las gracias recibidas, y se recopilan de diversas formas
La Virgen y los santos siguen actuando en los santuarios: ¿cómo se toma nota de sus milagros?
La devoción mariana es fuerte en los santuarios: el sacerdote Dominique Le Tourneu hizo un recuento de santuarios marianos vivos en Francia, y localizó casi 3.000, el triple de lo que esperaba (CariFilii lo detalló aquí). En España, Salvador Batalla, en su libro de 2002 Santuarios, guía de turismo y peregrinación, localizó 4.300 santuarios marianos.
En estos lugares, Dios actúa mediante la intercesión de la Virgen María, otorgando favores que los cristianos reciben agradecidos. No necesariamente tienen por qué ser milagros: Dios puede ayudarte a encontrar trabajo, engendrar un hijo o mejorar tu salud sin necesidad de milagros, por vías perfectamente naturales. Pero los fieles notan su mano amorosa y a menudo quieren contar esos favores, escribiendo al santuario o visitándolo para contar allí lo sucedido.
Eso ha pasado siempre en la historia, y los historiadores lo comprueban repasando los llamados “libros de milagros”, que son archivos antiguos donde se recogían algunas de estas curaciones y favores.
En un reportaje en francés en Aletheia, Caroline Becker repasa los nombres de algunos de estos libros.
“En la Biblioteca Nacional de Francia se conserva el Libro de Milagros del santuario de Rocamadour (departamento de Lot, en Occitania), escrito en 1172 y que recoge 126 milagros. En Chartres (Sena y Marne), un “libro de los milagros de la Virgen”, fue escrito entre el siglo XII y XIII, e incluye 30 milagros. En Saint-Maximin-la-Sainte- Baume (región de Var), 84 milagros atribuidos a Santa María Magdalena se registraron en el siglo XV. En Souvigny (Allier), el santuario tiene varios libros de milagros en los archivos cluniacenses donde se registran innumerables hechos. Podemos citar también la Vita Brevi de Mayeul, atribuida a un monje de Souvigny, la Carta de los monjes de Souvigny del abbé Albert de Saint-Denis o la Vita Odilonis escrita por Jotsald de Saint-Claude”.
¿Y en nuestros días? ¿Conceden gracias la Virgen y los santos en los santuarios hoy? ¿Y alguien toma nota de ellos?
Caroline Becker ha consultado a algunos santuarios franceses.
La Sainte Baume: un registro artesanal
En el santuario de Saint-Maximin-la-Sainte-Baume, dedicado a Santa María Magdalena, el padre Florian Racine le explicaba su método artesanal para registrar la acción de Dios. “Compré un hermoso libro con páginas en blanco y guardo todo dentro. Pego cartas y correos electrónicos que recibo”. Racine lleva 8 años de rector en el santuario, pero lo cierto es que desde la Edad Media nadie tomaba nota de los milagros o gracias recibidas. Él retoma una tradición.
“Asisto a muchos testimonios edificantes. Me parecía una pena perderlos”, explica. A veces, se pone en contacto con los protagonistas y escucha con gusto sus testimonios.
Así, recoge el testimonio de 2015 de un hombre llamado Alain que agradecía a Santa María Magdalena haberlo curado de su cáncer de estómago. En 2017, una mujer llamada Catherine atribuía la curación de una quemadura en sus ojos a la intercesión de San Sidonio, también llamado San Sidón, San Celedonio, San Cedonio y San Restituto. Según la tradición del sur de Francia, este santo varón habría acompañado a María Magdalena, a San Maximino, a Lázaro y a sus hermanas a las costas francesas y se habría convertido en el segundo obispo de Aix-en-Provence hacia el año 80 d.C., después de San Maximino.
Reportaje de 23 min. sobre el santuario de la Sainte Baume, dedicado a María Magdalena y sus compañeros que habrían llegado a la Galia en el s.I
Rocamadour: testimonios para un libro de milagros moderno
En el santuario occitano de la Virgen negra de Rocamadour, desde noviembre de 2020 se ha hecho un llamamiento específico a que los devotos envíen sus testimonio de devoción y favores de la Virgen. Muchas veces sólo son acontecimiento providenciales o pequeños signos del favor de Dios. Pero el padre Millet, rector del santuario, quiere recopilarlos en un libro que demuestre para “mostrar que la Virgen de Rocamadour acompaña a los fieles en el día a día”. Detalla que la “especialidad” de esta advocación siguen siendo los rescates llamativos en el mar.
Scouts de Europa de peregrinación con la Virgen de Rocamadour
Otra especialidad suya es ayudar a las parejas que esperan tener hijos. Una señora acudió tres veces ante esta imagen en Rocamadour para pedirle hijos. “Regresó algún tiempo después para escribir en el libro de visitas al fondo de la capilla una palabra de agradecimiento a Nuestra Señora porque acababa de tener trillizos“, explica el rector.
Con todo, el rector de Rocamadour cuenta con un voluntario que se dedica a tomar nota de los testimonios, ponerlos por escrito y pedir la firma de los testigos, y cuando se trata de un tema médico de cierta entidad, incluso piden los documentos o reconocimientos médicos. Esperan sacar el libro en primavera de 2020.
Recuperar las peregrinaciones a Souvign
En el santuario de Souvigny (región del Allier), los devotos piden la intercesión de los santos abades de Cluny, Mayeul (Mayolo en español, murió en 994) y su sucesor Odilón (que murió en 1049). Christiane Keller, del Centro ‘Art Culture et Foi’ del santuario, también espera llegar a confeccionar un libro de milagros modernos. En 2016 empezaron a relanzarse las peregrinaciones a este santuario y un joven llamado Guillaume contó que tras quemarse en un accidente doméstico, su recuperación fue asombrosamente buena, algo que atribuye a una cadena de oración encomendada a la intercesión de estos santos.
Peregrinación a Souvigny en 2019
Orando ante el velo de la Virgen en Chartres
En la catedral de Chartres se custodia una reliquia mariana: es, aseguran, el Velo de la Virgen María. Según parece, un emperador bizantino dio esta reliquia a Carlomagno a inicios del siglo IX, quien la hizo conservar en su capital, Aquisgrán, y luego su nieto, el rey Carlos el Calvo, en el año 876, la trasladó a Chartres.
Las webs que tratan el tema detallan que en el año 1712 la autoridad eclesial local habría constatado que se trataba de un velo de seda, sin costuras, de forma rectangular y que un examen en 1927 consideró que efectivamente era un tejido de Oriente de 2.000 años de antigüedad.
Según la tradición, esta tela es el Velo de la Virgen, en su relicario en la catedral de Chartres; un análisis en 1927 dictaminó que podía ser, efectivamente, de hace 2000 años
Ante esta reliquia acuden los devotos hoy como hace mil años, y el rector del santuario, el padre Emmanuel Blondeau asegura: “Tengo bolsas enteras de testimonios escritos en pequeñas hojas de papel”. Añade que cada día se asegura de leer una veintena de estas notas para sintonizar con el corazón y el sentir de los fieles que llegan al santuario.
Pasar los favores divinos del papel a la web
“La Virgen María no es ni médico ni agente de bienes raíces… y sin embargo, suscita muchas esperanzas. Si Chartres es famosa por su arquitectura gótica, también es y sobre todo un santuario frecuentado por mujeres que buscan tener hijos. Muchas de ellas vienen a rezar ante la reliquia del velo de la Virgen para esperar quedar embarazadas. ¡Y funciona!”.
“A veces le pido a la gente que me escriba sus historias ellos mismos”, añade Blondeau. “Espero poder abrir pronto una página dedicada en nuestro sitio web, que permitirá a las personas enviar su testimonio directamente”, afirma. Pasar de las notas en papel amontonadas en bolsas a una web parece un gran avance.
“Necesitamos este recuerdo. Los santuarios no son solo sitios turísticos, sino lugares donde Dios habla a los hombres. Al venir aquí, no es el peregrino quien visita a Cristo, sino Cristo quien visita al peregrino”, añade el rector de este santuario.
(Publicado originariamente en el portal de noticias marianas CariFilii a partir de datos de un reportaje previo de Aletheia en francés)