Un sacerdote escocés amenaza con reabrir su parroquia si el gobierno no decreta reabrir los templos
En este año de pandemia cada país ha ido haciendo la guerra por su cuenta y actuando sobre la marcha para intentar contener el virus. Y para ello, muchos estados han confinado a sus ciudadanos y también han cerrado iglesias y prohibido misas públicas.
Por ejemplo, en Escocia desde el 8 de enero las autoridades prohíben abrir los templos excepto para funerales y bodas, y siempre con estricto control del aforo. Algo diferente es la situación en Inglaterra, donde sí están las iglesias abiertas aunque con enormes medidas sanitarias.
Ante la grave situación de Escocia, el sacerdote católico Tom White ha desafiado a las autoridades y ha amenazado con abrir su parroquia si el gobierno no cambia su política de cerrar los templos.
Tal y como recoge The Times, el párroco defiende la necesidad que tienen los ciudadanos de recibir atención espiritual y los sacramentos. “Como sacerdote, he sido testigo de primera mano del dolor y el sufrimiento que Covid-19 ha causado a mis feligreses. Sé que tenemos que abrir nuestra iglesia para apoyarles mejor en su hora de necesidad”, afirma el padre White.
Su parroquia está situada en el distrito de Calton en Glasgow, una de las zonas más pobres de las islas británicas.
De este modo, este sacerdote asegura hablar “en nombre de muchos en la iglesia cuando digo que es muy importante mantener a la gente segura y sana durante esta pandemia”, pero “eso puede y debe hacerse al tiempo que se permite a la gente satisfacer su necesidad de estar cerca de Dios y adorar al Señor en la iglesia en comunidad. Con las medidas de seguridad adecuadas, podemos cumplir ambas cosas, como es evidente en Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales”.
El padre White presentó ya presentó en primer lugar una solicitud al Gobierno escocés para que levantara esta prohibición aunque las autoridades aún no han contestado.
También los obispos escoceses han protestado contra la medida del gobierno y en un comunicado ya dijeron estar “perplejos” ante el nuevo cierre de las iglesias mientras a otros sectores les permitían seguir abiertos.
Los obispos afirmaron que la prohibición del culto público parecía «arbitraria e injusta», dado que las medidas de seguridad pública en las iglesias habían sido eficaces para evitar la propagación de las infecciones por coronavirus. Además subrayaron los "beneficios espirituales, sociales y psicológicos" del culto público.
Por su parte, La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, dijo que la reapertura de las iglesias sería una prioridad en los planes del gobierno, informa el Glasgow Times. Ya en el Parlamento escocés, el 16 de febrero, Elaine Smith, diputada por Escocia Central, había pedido a Sturgeon garantías sobre la reapertura de las iglesias ante el inicio de la Cuaresma y la proximidad de la Semana Santa.
Sturgeon dijo que el gobierno “intentará que los lugares de culto vuelvan a la normalidad. Los lugares de culto no están cerrados, pero obviamente la capacidad de celebrar el culto con normalidad y libertad está restringida, y lo lamento profundamente, como sé que lo lamenta todo el mundo. Queremos que eso vuelva a la normalidad lo antes posible”.