Italia detiene a 9 personas y busca otras 11 ligadas a Al Qaeda: quizá querían atacar el Vaticano
La Policía italiana ha detenido en la mañana del viernes 24 de abril a nueve personas -ocho pakistaníes y un afgano- y busca a otras once relacionadas con una organización terrorista internacional, afiliada a Al Qaeda, que tenía su base en Cerdeña.
La amplia operación de la policía se ha desarrollado en siete provincias: Sassari, Cagliari, Bergamo, Macerata, Roma, Foggia y Frosinone. Las interceptaciones de la policía revelan la presencia de un kamikaze.
La hipótesis sobre la que trabajan los servicios de inteligencia es que se podría haber estado proyectando un atentado en el Vaticano. Según el fiscal Mauro Mura, esa hipótesis de atentado se remontaría a marzo 2010, durante la permanencia en Italia del kamikaze paquistaní.
Entre los arrestados se encuentran los autores de numerosos y sangrientos actos de terrorismo y sabotaje en Pakistán, incluida la matanza del mercado de Peshawar, ocurrida en octubre del 2009, en la que murieron más de 100 personas. Dos de los detenidos eran fieles seguidores de Bin Laden al que protegían en Pakistán.
La estrategia de los actos terroristas de esta red era la de «intimidar a la población local y la de obligar al gobierno de Pakistán a renunciar a sus ataques a las milicias de los talibanes y a su apoyo a las fuerzas militares americanas en Afganistán», explican fuentes de la policía italiana.
La organización fundamentalista islámica tenía a su disposición armas en abundancia y numerosos fieles que estaban dispuestos a atentar en Pakistán y Afganistán, para después regresar a Italia.
El grupo que actuaba en territorio italiano introducía en este país ilegalmente a ciudadanos de esos dos países que en algunos casos eran destinados hacia naciones del norte de Europa. La organización terrorista recurría en ocasiones a contratos de trabajo con empresarios complacientes para obtener visados de ingreso.
En otros casos, el camino que seguían era el del asilo político, haciendo pasar a inmigrantes, mediante documentación falsa, por víctimas de persecuciones étnicas o religiosas.
La organización terrorista ofrecía apoyo logístico y financiero a los inmigrantes irregulares, asegurándoles los contactos en las oficinas de inmigración para obtener asilo político, además de ofrecerles contactos personales y ayuda logística de todo tipo, incluyendo teléfonos.
Para el ministro del Interior, Angelino Alfano, la operación policial demuestra que «nuestro sistema funciona e Italia es un gran país capaz de asestar estos golpes». Alfano ha recordado que, hasta ahora, «Italia ha expulsado a 33 personas acusadas de radicalización y alabar a la yihad».
La amplia operación de la policía se ha desarrollado en siete provincias: Sassari, Cagliari, Bergamo, Macerata, Roma, Foggia y Frosinone. Las interceptaciones de la policía revelan la presencia de un kamikaze.
La hipótesis sobre la que trabajan los servicios de inteligencia es que se podría haber estado proyectando un atentado en el Vaticano. Según el fiscal Mauro Mura, esa hipótesis de atentado se remontaría a marzo 2010, durante la permanencia en Italia del kamikaze paquistaní.
Entre los arrestados se encuentran los autores de numerosos y sangrientos actos de terrorismo y sabotaje en Pakistán, incluida la matanza del mercado de Peshawar, ocurrida en octubre del 2009, en la que murieron más de 100 personas. Dos de los detenidos eran fieles seguidores de Bin Laden al que protegían en Pakistán.
La estrategia de los actos terroristas de esta red era la de «intimidar a la población local y la de obligar al gobierno de Pakistán a renunciar a sus ataques a las milicias de los talibanes y a su apoyo a las fuerzas militares americanas en Afganistán», explican fuentes de la policía italiana.
La organización fundamentalista islámica tenía a su disposición armas en abundancia y numerosos fieles que estaban dispuestos a atentar en Pakistán y Afganistán, para después regresar a Italia.
El grupo que actuaba en territorio italiano introducía en este país ilegalmente a ciudadanos de esos dos países que en algunos casos eran destinados hacia naciones del norte de Europa. La organización terrorista recurría en ocasiones a contratos de trabajo con empresarios complacientes para obtener visados de ingreso.
En otros casos, el camino que seguían era el del asilo político, haciendo pasar a inmigrantes, mediante documentación falsa, por víctimas de persecuciones étnicas o religiosas.
La organización terrorista ofrecía apoyo logístico y financiero a los inmigrantes irregulares, asegurándoles los contactos en las oficinas de inmigración para obtener asilo político, además de ofrecerles contactos personales y ayuda logística de todo tipo, incluyendo teléfonos.
Para el ministro del Interior, Angelino Alfano, la operación policial demuestra que «nuestro sistema funciona e Italia es un gran país capaz de asestar estos golpes». Alfano ha recordado que, hasta ahora, «Italia ha expulsado a 33 personas acusadas de radicalización y alabar a la yihad».
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