Nace una nueva cerveza trapense, solo hay doce: ésta es fuerte, hay que beberla con moderación
La abadía trapense del Monte San Bernardo, una comunidad cisterciense en el condado de Leicestershire, en pleno corazón de Inglaterra, comenzó en 2013 a madurar la idea de fabricar cerveza. En abril de este año anunció que en verano ofrecerían a la venta sus primeras botellas... y así ha sido.
De esta forma, la Tynt Meadow se convierte en la duodécima fábrica de cerveza auténticamente trapense, junto a los monasterios de Rochefort, Westmalle, St. Sixt, Chimay, Orval, Achel, Tilburg, Engelszell, Spencer, Zundert y Tre Fontane. Relación que conviene tener en cuenta, pues muchas marcas se reivindican como tales sin serlo pero solo esas tienen la etiqueta que las certifica como producto auténticamente trapense, etiqueta que los monjes ingleses recibirán pronto.
Todo producto trapense de cumplir para obtenerla tres criterios que se exigen estrictamente: ser producido en el entorno inmediato de la abadía, ser elaborado bajo la supervisión de los monjes o monjas y destinar los beneficios a la comunidad monástica o la orden trapense o bien a proyectos de desarrollo u obras de caridad.
En este caso, fue crucial el objetivo de sostener económicamente la abadía mediante un trabajo activo y constante, esencial para religiosos cuya vida gira en torno al ora y al labora. Los padres Andrew y Joseph fueron los encargados de examinar la posibilidad, de visitar otros monasterios y fábricas de la orden para estudiar sus sistemas y costes de producción y comercialización.
El padre Joseph, encargado de la fábrica, muestra las instalaciones.
Además de adaptar el monasterio para la fabricación y almacenamiento, lo fundamental era definir el sabor que habría de tener la primera cerveza trapense inglesa. Precisamente para hacer algo especial, descartaron la hipótesis de utilizar alguna fórmula existente, y han creado un producto único, que incorpora a las recetas trapenses continentales la tradición cervecera de la cercana localidad de Burton on Trent, una de las capitales cerveceras del mundo, situada a solo 15 kilómetros de la abadía.
La producción de la Tynt Meadow se corresponde a una capacidad de producción de 20 hectolitros y se distribuye sobre todo en Inglaterra, en botellas de tercio y con una graduación alta, de 7,4: "Es fuerte", reconoce el padre Joseph, "y eso significa que hay que saborearla y disfrutarla como un buen vino, más que beberla en grandes cantidades".