Hungría espera que el viaje del Papa «encienda el fuego de la fe» ante las amenazas del secularismo
A poco más de tres semanas para que comience el viaje de Francisco a Hungría entre el 28 y el 30 de abril, las autoridades ultiman los detalles de la que será la primera visita apostólica del Papa a este país, en la que se espera que pronuncie un mensaje de paz dirigido al cercano conflicto ruso ucraniano.
Con motivo del viaje, el embajador de Hungría en la Santa Sede Eduard Habsburg-Lothringen ha sido entrevistado por Vatican News en torno a los principales hitos y expectativas de los tres días de viaje de Francisco, para el que aseguran estar preparados tras su recepción y estancia de siete horas en el Congreso Eucarístico celebrado en septiembre de 2021.
El embajador destacó como precisamente esa visita "marcó una gran diferencia" para el sentir mayoritariamente cristiano del país, al que ofreció "un estímulo muy fuerte" que "ha dejado huella en la vida cotidiana de la Hungría de hoy".
Sin embargo, se muestra convencido de que "esta vez tendrá más tiempo". Entre las 10:00 y las 17:00 horas del 28 de abril tendrá lugar el recibimiento oficial, seguido de "un amplio espacio para reunirse con nuestros políticos y con nuestra presidente, el primer ministro y otros representantes".
Encuentro del Papa con niños y familias, pilar de la sociedad húngara
La segunda jornada estará dedicada mayoritariamente al encuentro del Papa con niños invidentes, seguida de reuniones con jóvenes y refugiados ucranianos. Un acto particular para el que el embajador encuentra tres razones que responden a la preocupación del país magiar por la familia y la juventud.
"La primera razón [de los encuentros] es que Hungría está muy comprometida con la familia y también con los niños", explicó. A ello se suma la presencia de niños de etnia romaní en esta institución y la voluntad de las autoridades de mostrar las posibilidades y la igualdad de oportunidades que desean ofrecer a estos niños. También tiene que ver "el tema central y fundamental de esta visita" del Papa, la juventud, en relación a la celebración del Día Mundial de la Juventud.
Las estadísticas de Hungría prueban esta preocupación por la infancia y la familia. En diez años, la tasa de natalidad de Hungría aumentó de 1,25 en 2010 a 1,55 en 2020, la más alta desde 1996. El número de nacidos vivos se incrementó en un 2,1%. El aborto cayó casi por la mitad, el número de divorcios ha disminuido en un 57%, y no disminuyó el empleo femenino: subió de 54,6% en 2010 a 67% en 2020 (puedes leer aquí información ampliada sobre la situación de la familia en Hungría).
También el 29 habrá un encuentro del Papa con refugiados en la iglesia de Santa Isabel de Hungría, "la santa por excelencia que muestra el amor a los pobres"
"Allí el Papa se encontrará con los pobres, los marginados, los representantes de todas las instituciones y servicios de ayuda eclesial y religiosa activos en nuestro país y también con un numeroso grupo de refugiados procedentes de Ucrania", explicó el embajador en referencia a los 300.000 ucranianos que se han asentado en Hungría y a los que "se les ha dado la oportunidad de ir a la escuela y de encontrar trabajo".
"Hungría siempre está abierta a los refugiados y especialmente a los que vienen de nuestro país vecino, Ucrania, huyendo de la guerra", subrayó.
Un puente de paz para los cristianos perseguidos
Los refugiados no son los únicos a los que Hungría presta su ayuda. Hace tiempo que las autoridades encabezadas por el Primer Ministro Víktor Orban apoyan a los cristianos perseguidos de todo el mundo, lo que para el embajador supone una muestra de que su país "está construyendo el puente de la paz".
"Nos consideramos constructores de puentes hacia países donde los cristianos se encuentran en situaciones difíciles, especialmente en Oriente Medio, en Nigeria, en países de África, en Pakistán, para ayudar a los cristianos que sufren persecución. Este es un puente muy fuerte que intentamos tender y, por último, como país situado en el centro de Europa, nos consideramos naturalmente un puente entre Europa Oriental y Occidental", explicó.
Un país fuertemente cristiano
Tanto el viaje como el posicionamiento internacional de Hungría o las políticas que se llevan a cabo confirman lo expresado por Habsburg-Lothringen respecto a la vivencia de la fe: "A Hungría le gusta llamarse país cristiano. Es una expresión que está un poco pasada de moda en algunos países de Europa. Pero Hungría da espacio a la fe cristiana en el sector público. La fe es algo normal tanto en la vida cotidiana como en la política húngara".
Por eso, se mostró convencido de que lo que encontrará el Papa será "un país fuertemente cristiano, con todas las debilidades que conllevan el secularismo, los medios de comunicación modernos y la vida moderna".
Precisamente una de las expectativas del embajador es que la visita del Papa ayude a enfrentar estas últimas amenazas y que "vuelva a encender el fuego de la fe en Hungría". "Encontrarnos con el Santo Padre será una experiencia muy fuerte para nosotros", añadió.
Con suerte, quizá haya algo de tiempo para el ocio y las costumbres propias del país. "Personalmente, espero que tenga tiempo para beberse una buena copa de Tokaji, porque cuando me reuní con el Papa la primera vez para mis credenciales, me dijo: "Sé cuál es el símbolo más sagrado de Hungría". Yo esperaba la corona de San Esteban, pero él me dijo bromeando: `No, el Tokaji´".
"Espero que el Papa y nuestros líderes tengan tiempo para hablar de esos muchos temas en los que estamos cerca, en los que quizá podamos hacer algo juntos", concluyó.
La visita de Francisco concluirá con una multitudinaria misa a las 9:30 horas del domingo, en la plaza Kossuth Lajos, a la que se espera una asistencia masiva.