Seis jóvenes frailes dominicos realizan en Valencia su profesión solemne... «hasta la muerte»
El pasado domingo 5 de julio realizaron su profesión solemne seis nuevos frailes dominicos de las provincias de Hispania y de San Vicente Ferrer, y lo hicieron precisamente en la basílica de San Vicente Ferrer de Valencia. Estos nuevos frailes de la Orden de Predicadores son: Fr. Dailos José Melo, Fr. Salvador Becoba, Fr. Jesús Nguema, Fr. Néstor Morales, Fr. Geovany Molina y Fr. Rodolfo Méndez.
Esta ceremonia estuvo presidida por el prior provincial de Hispania, fray Jesús Díaz Sariego, y debido a las consecuencias de la pandemia muy pocos familiares pudieron estar presentes debido a esta crisis sanitaria.
Tal y como informa la propia orden dominica, aún así, la basílica del centro de Valencia estuvo repleta, dentro de lo que las medidas de distanciamiento permitían. A todos los presentes se sumaron miles de personas a través del directo online, especialmente gente de Guatemala, Nicaragua, Cuba, República Dominicana, Guinea Ecuatorial y España.
En su homilía, Jesús Díaz Sariego recordó que los seis dominicos al realizar su profesión solemne en la Orden de Predicadores iban a prometer obediencia y que no hay otra promesa mejor porque “la obediencia entendida entre nosotros representa los valores más trascendentes en las relaciones humanas, la obediencia es escucha discernida, orada y contrastada. La obediencia es fidelidad permanente. Es decir, para siempre, a la Palabra recibida, a la Palabra dada, a la Palabra escuchada. La obediencia es exquisitamente respetuosa, con Dios y con los demás, incluso en la discordia y en el disenso. La obediencia es a coger al que te ha hablado al que te ha escuchado. La obediencia guarda en su corazón para siempre el bien y el mal que de otros hayamos recibido. La obediencia general lazos de comunicación mucho más profundos y permanentes que cualquier ruido mediático y superficial. La obediencia cuando se basa en una Palabra sagrada y sanadora no es manipulable”.
“No olvidéis nunca vuestra condición de predicadores. El día que los predicadores dejemos de poner valor sagrado a la Palabra que pronunciamos y que recibimos hemos dejado de ser frailes predicadores. Hablad siempre bien de los demás, porque en todos el espíritu de Dios quiere habitar”, recalcó a los seis jóvenes.
A continuación, los cuatro frailes de la Provincia de Hispania y los dos frailes de la provincia centroamericana de San Vicente Ferrer realizaron la profesión solemne ante Fr. Jesús Díaz Sariego. La tradicional fórmula que utilizan los dominicos es la siguiente: “Yo, fray…, hago profesión y prometo obediencia a Dios, y a la Bienaventurada Virgen María, y a Santo Domingo y a ti, fray Jesús Díaz Sariego, prior provincial de la Provincia de Hispania, en lugar de fray Gerard Timoner, maestro de la Orden de frailes predicadores y sus sucesores, según la regla de San Agustín y las constituciones de los frailes predicadores, que seré obediente a ti y a tu sucesores hasta la muerte”.
Al final de la ceremonia Fr. Dailos tuvo unas palabras de agradecimiento en su nombre y el de sus cinco hermanos que profesaban con él:
“Gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia”, con estas palabras el salmista eleva sus plegarias y como él, también nosotros queremos unirnos a la alabanza y gratitud. Por eso, en mi nombre, el de mis hermanos y unido a ellos damos gracias al Señor. En primer lugar por el don de la vida y la vocación, por su grandeza en nuestra vida, porque grandes han sido sus obras en nosotros.
»Agradecemos especialmente a nuestras familias que desde España, Cuba, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Nicaragua y otros lugares del mundo nos acompañan aún en la distancia. Ellos han sido nuestra primera escuela de amor, nuestra primera comunidad en donde ha nacido nuestra vocación.
»De igual manera damos gracias a la Orden de Predicadores por su acogida y misericordia. El paso por las distintas comunidades ha sido una oportunidad para compartir la vida y crecer en la verdad. De modo especial agradecemos a nuestros formadores, que durante todos estos años nos han acompañado en el cultivo, cuidado y crecimiento de nuestra vocación y los hermanos que han recorrido este camino con nosotros.
»Gracias también a nuestros amigos y bienhechores, que con su apoyo, cercanía y oración han confiado en nosotros, y con su cariño, escucha y palabra cierta nos han animado en nuestra aventura de ser frailes dominicos.
»Muchas gracias a los que de manera directa o indirecta han colaborado en nuestro crecimiento espiritual, humano e intelectual. Por último, nuestra gratitud a todos los que habéis podido venir a acompañarnos en esta celebración y a todos los que están siguiendo esta transmisión en directo desde casa. Orad por nosotros para que seamos fieles al Señor en la llamada y felices en la respuesta”.