El párroco de La Paloma aclara informaciones de la explosión: «Ninguno tuvimos tiempo de intervenir»
La feligresía todavía se encuentra en shock ante la grave explosión en el edificio parroquial de La Paloma en Madrid que ha dejado cuatro muertos, entre ellos al sacerdote recién ordenado Rubén Pérez y al joven padre de cuatro hijos, David Santos, ambos además fieles de la parroquia.
Son muchas las informaciones que se han ido publicando estos días sobre las causas de la explosión y sobre todo lo que ha ido ocurriendo en La Paloma. Y por ello, una vez que ha pasado un tiempo prudencial el párroco, Gabriel Benedicto, ha publicado un comunicado donde muestra cómo se siente la comunidad parroquial y donde arroja algunos datos sobre lo ocurrido.
Precisamente, el padre Gabriel incide en un aspecto que se ha destacado en los medios generalistas: “Ni David ni Rubén ni ninguno de nosotros tuvo tiempo de intervenir en modo alguno. Solamente, como cualquier persona preocupada por el olor a gas, intentaron conocer la causa, seguir el rastro, sin manipular en ningún momento ninguna de las calderas”.
También habla de los dos fallecidos a los que conocía. Del padre Rubén, “mi gran compañero y amigo, con quien he vivido el confinamiento de la pandemia en familia, celebrando la Eucaristía diariamente. He conocido su fuerza en la debilidad, su paciencia al obedecer, su sentido del humor, su agudeza”.
Y también David, este joven padre de familia numerosa: “David, catequista de adolescentes, padre ejemplar, dispuesto siempre a entregar su tiempo día y noche. La gratuidad y la alegría eran sus notas características. Nunca le vi dejar de entusiasmarse por todo: muy enamorado de Sara, devoto de la Virgen, fanático del Atleti”.
Por su interés reproducimos íntegro el comunicado del párroco de Virgen de La Paloma:
“Desde el dolor y el misterio ante el que siempre nos coloca la muerte, la Parroquia Virgen de la Paloma quiere agradecer las numerosas muestras de cariño y de cercanía que está recibiendo desde que ayer, miércoles 20 de enero, se produjera la explosión que ha dejado cuatro víctimas mortales y once heridos de distinta consideración.
Como párroco, y a la luz de las informaciones, testimonios internos y datos de los que hasta el momento disponemos, lo que os puedo decir es que todo lo ocurrido se produjo en un lapso tan breve que no nos dio tiempo ni siquiera a ser conscientes de lo que estaba pasando. Fuimos seis personas las que percibimos, en apenas unos minutos, un extraño olor a gas en cuatro puntos distintos: patio, planta cero, planta quinta y planta sexta. Pero no dio tiempo a nada más que a advertir ese olor.
Ahora debemos ser pacientes y esperar a que la policía científica nos informe sobre el avance de sus investigaciones. Esto es lo que yo os puedo transmitir: David, el padre Rubén y los otros dos fallecidos y los demás heridos fueron víctimas. A unos les pilló dentro, a otros fuera.
No tengo más que agradecimiento por haber sido testigo de la vida de estos dos grandes amigos. Estaban siempre juntos y así les encontró la muerte.
Rubén, mi gran compañero y amigo, con quien he vivido el confinamiento de la pandemia en familia, celebrando la Eucaristía diariamente. He conocido su fuerza en la debilidad, su paciencia al obedecer, su sentido del humor, su agudeza. Lo sentíamos como un hermano.
David, catequista de adolescentes, padre ejemplar, dispuesto siempre a entregar su tiempo día y noche. La gratuidad y la alegría eran sus notas características. Nunca le vi dejar de entusiasmarse por todo: muy enamorado de Sara, devoto de la Virgen, fanático del Atleti.
Estaban ellos como pudieron estar otros. Ni David ni Rubén ni ninguno de nosotros tuvo tiempo de intervenir en modo alguno. Solamente, como cualquier persona preocupada por el olor a gas, intentaron conocer la causa, seguir el rastro, sin manipular en ningún momento ninguna de las calderas.
Como no podía ser de otra manera, estamos en contacto permanente con las autoridades judiciales, bomberos, policía y demás responsables del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, prestando en todo momento la colaboración que es necesaria para esclarecer cuanto antes la verdad y la secuencia de los hechos.
Pedimos al Señor que consuele en lo profundo a todos los familiares de las víctimas y seguimos confiando en que la tribulación dé paso a la esperanza.
Gabriel Benedicto
Párroco de la Parroquia Virgen de la Paloma”.
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