El filipino Bernardito Auza, de Haití y la ONU en Nueva York a Nuncio de la Santa Sede en España
El nuevo Nuncio de la Santa Sede en España será Bernardito Auza, arzobispo de 60 años de origen filipino que hasta el momento sirve a la Santa Sede como observador permanente ante la ONU en Nueva York.
Según han confirmado fuentes del Ministerio de Exteriores, el Consejo de Ministros dio este viernes su aprobación para autorizar el nombramiento. El anterior Nuncio, Renzo Fratini, hizo efectiva su jubilación el pasado 2 de julio.
Auza fue ordenado sacerdote en 1985 y un año después comenzó su actividad pastoral en la localidad filipina de Talibon. Entró en el servicio diplomática de la Santa Sede en 1990 y sirvió en la Nunciatura Apostólica en Madagascar, en Bulgaria y luego en Albania. Fue después nuncio apostólico en Haití de 2008 a 2014.
Fue nombrado observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Nueva York el 1 de julio de 2014 y observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de los Estados Americanos el 16 de julio de 2014.
El enfado del Gobierno socialista con el anterior Nuncio
Renzo Fratini, poco antes de jubilarse, habló en una entrevista acerca de la polémica sobre la retirada de los restos de Francisco Franco de la basílica del Valle de los Caídos. Fratini explicó que había «intentado» mediar desde que el presidente Pedro Sánchez anunciara este proyecto, ya que la tumba de Franco se encuentra en la Abadía del Valle de los Caídos, donde viven los monjes benedictinos.
«La Santa Sede ha tenido una posición neutral, es un problema más de la familia Franco y del Gobierno», precisó. Fratini declaró que el proyecto del Gobierno socialista se debía a «motivos, sobre todo políticos» e «ideológicos». «Está detrás una ideología de algunos que quieren de nuevo dividir a España», apostilló.
Al Gobierno socialista no le gustó el comentario y elevó una queja formal al Vaticano, que respondió que el exnuncio sólo expresaba una opinión personal. Fratini añadió que no había sido su intención hacer una valoración política.