El próximo 21 de julio hay votaciones para renovar presidente en el carisma fundado por el P. Ayala
Juan Luis Jarillo, candidato a presidir la ACdP: «El tiempo del lamento pasó, es hora de la acción»
El sábado 21 de julio se decide el próximo presidente que regirá los destinos de la Asociación Católica de Propagandistas, así como sus obras más importantes, entre las que destacan los colegios y universidades San Pablo-CEU. Dos candidatos se presentan: Alfonso Bullón de Mendoza, que entrevistamos hace unos días en Religión en Libertad: «La ACdP debe renovarse para volver a ser Iglesia en salida», y Juan Luis Jarillo, al que hoy entrevistamos.
Abogado, casado y padre de cuatro hijos, este madrileño Doctor en Derecho es profesor de Derecho Civil en la San Pablo-CEU, además de Secretario de la Fundación San Pablo-CEU desde 2013. Juan Luis Jarillo ha publicado cinco libros, entre los que destaca: El régimen económico matrimonial en España; El derecho sucesorio en el ordenamiento sucesorio Español. Su problemática actual, y Treinta años del sistema electoral español.
- ¿Qué debe cambiar en la ACdP para que el carisma fundado por el Padre Ángel Ayala SJ sea una “Iglesia en salida” como dice el Papa Francisco?
- Me gusta afirmar que “hemos venido a cambiar ”, porque hace mucha falta. Además, ante el cambio no hay alternativa: o cambias, o te cambian.
Como bien dices, necesitamos ser “Iglesia en salida”. Por eso, queremos una “ACdP en salida”, y no una “ACdP en retroceso”. Queremos estar más presentes en la Sociedad. La “Iglesia en salida” es la de los ignorados, los necesitados y los que sufren y sienten soledad. Hemos de estar al lado de todos ellos.
La ACdP es una herramienta de evangelización. Propagamos los valores cristianos en la Sociedad, y lo hacemos de manera especialmente efectiva porque somos parte misma de esa Sociedad. En el momento en el que nos alejamos de ella, y del tiempo en el que vivimos, perdemos nuestra razón de ser.
- Se echa de menos que la ACdP esté desaparecida en la vida pública desde hace unos años. ¿Qué haría para que los Propagandistas cobren el protagonismo público que tuvieron en otras etapas?
No buscamos el protagonismo, sino la influencia. Y se influye con la palabra, el ejemplo y la inteligencia. Los tres ingredientes son necesarios para propagar y difundir. El ejemplo aporta coherencia y nos da fuerza y autenticidad. La palabra es vehículo del mensaje a cuyo servicio estamos. A veces, es el mismo mensaje: el Verbo hecho carne. Y la inteligencia nos hace fecundos para rendir los talentos que se nos han entregado. Precisamente es esa Inteligencia la que nos debe iluminar para discernir que la forma de estar presente ahora ya no es la de antes.
Fomentaré instrumentos que ya existen como el Aula política, una escuela de formación de líderes y reuniones donde seremos punto de encuentro de la sociedad que tienen unos valores que quiere que sean tenidos en cuenta en estos momentos tan especiales.
- ¿Propone entonces que la ACdP participe en política?
- Históricamente hemos participado en la vida pública en la República o en época del General Franco. En la Transición el grupo Tácito propició una de las páginas más bellas de nuestra Historia reciente, sobretodo porque fue punto de encuentro y posibilitó el diálogo.
Había propagandistas no solo en Tácito, sino en la mayoría de partidos. Y lo que les unía a todos ellos era su fe en el humanismo cristiano y una sólida preparación. Por eso, apostamos por formar a jóvenes para que ejerzan su liderazgo desde la vocación de servicio y la condición cristiana. Queremos articular algo así como una Escuela de Líderes Cristianos, que proporcione una preparación rigurosa, convicciones sólidas y habilidades efectivas de influencia.
No se trata de construir un partido político nuevo para los cristianos, sino de inundar de líderes cristianos los partidos que ya existen.
- Otra de las vocaciones especificas de la ACdP es la difusión del testimonio cristiano a través de los medios de comunicación. Desde la desaparición del YA, que fue un periódico impulsado por Ángel Herrera y otros propagandistas, no se ha creado ningún gran proyecto mediático desde la Asociación.
- Contamos con una cabecera digital: El Debate de Hoy. Sin embargo, es preciso impulsar su dimensión. Hemos de actuar con inteligencia y acierto en este terreno, guiados por criterios profesionales. Ángel Herrera decía que para hacer “un buen periódico católico”, primero hay que hacer “un buen periódico”. Puede que estemos en ese momento: necesitamos articular medios y plataformas efectivas.
Mientras tanto, nuestras Obras, especialmente las educativas reunidas bajo la marca CEU, nos permiten espacios de difusión que debemos aprovechar. La Cultura tiene en la Universidad un aliado. Desde la Educación es posible propagar y exportar los valores cristianos. Por ejemplo, a través de los Congresos de Católicos y Vida Pública, que debemos abrir a la Sociedad.
- ¿Por qué hoy es tan necesaria la ACdP para la evangelización en España?
- Porque la Sociedad se transforma desde dentro, y no desde fuera. Y es preciso que los evangelizadores no sólo estén dentro de la Sociedad, sino a su frente, liderando el cambio, aportando soluciones y generando ilusión.
El tiempo del lamento y la queja ha pasado. Es la hora de la acción.
- ¿Qué le diría a un joven cristiano para convencerle que su vocación es pertenecer a los Propagandistas?
- Ser propagandista es un compromiso con Dios, con la Sociedad y con uno mismo. Es una forma de testimonio cristiano que propaga y difunde los valores de la Iglesia, que hoy es la “Iglesia en salida” del Papa Francisco.
Yo conocí la ACdP a través de los “grupos jóvenes” que creó el presidente Abelardo Algora. De su mano, y junto a otros compañeros, conocimos primero el camino, y luego descubrimos su recorrido y profundidad. Ahora nos corresponde proporcionar el camino para que sean los jóvenes de hoy quienes puedan vivir lo que vivimos los jóvenes de entonces.
A los jóvenes hay que decirles, pero sobretodo hay que escucharles y hacer que sean escuchados. Atraerlos es saber conocerles, y dejar que nos conozcan. La confianza se genera abriendo puertas: las nuestras hacia ellos y las de ellos para nosotros. Solo así podremos compartir una misma casa común. Y hacer este camino nos exige cambiar miedo por ilusión.
- Además de la Educación y la presencia cristiana en la vida pública, ¿en qué otros campos debería involucrarse la ACdP?
- En el compromiso social y en el contagio de la alegría dentro de la Iglesia. Y ambas cosas mucho tienen que ver con el momento concreto que vivimos en la ACdP, porque a estas elecciones concurrimos dos formas de entender la Iglesia.
En la que yo creo es la social, la que está al lado de los pobres, de los que sufren y de los ignorados. En la ACdP no podemos ser impermeables a esta realidad.
Además, también creo y quiero una Iglesia con alegría, capaz de atraer a los jóvenes y adaptarse a los tiempos, cuya expresión esté repleta de vitalidad, sencillez y cercanía.
- ¿Qué opinión le merecen los últimos siete años de la Presidencia de la ACdP?
- Como en toda gestión hay cosas muy positivas como el impulso de las obras en los dos mandatos de dirección general, la estabilización en toda la institución, un mayor acercamiento entre los propagandistas, la cercanía de las raíces de nuestros fundadores entre todos los miembros de la ACdP. Hay otras cuestiones donde se debe mejorar como es el proyecto político, y social de la Asociación, estar de verdad en la sociedad, y un mayor apoyo al colegio mayor San Pablo CEU. Los mandatos por buenos que sean se agotan y es necesaria la renovación.