El refuerzo de seguridad permitió una Madrugá fría y con amenaza de lluvia, pero sin incidentes
La climatología, fría y con permanente amenaza de lluvia, marcó la Madrugá de este año en la Semana Santa sevillana, que ha recuperado la normalidad tras los incidentes del año pasado, con estampidas que provocaron un centenar de heridos y cuyo carácter intencionado, al menos parcialmente, no ofrece dudas.
De hecho, este año intentaron repetirse y hubo unos momentos de tensión en torno a las 3.34 horas, en el cruce de las calles Reyes Católicos y Marqués de Paradas. Pero fueron solo unos segundos y fueron rápidamente controlados por la policía y la colaboración ciudadana. Hay varias personas identificadas como posibles causantes y se investigan los hechos.
Además de un refuerzo en el número de agentes, un centenar de cámaras en los principales puntos de paso de las hermandades se aseguraban de ubicar de manera instantánea cualquier problema y resolverlo. Un nuevo sistema de iluminación permitía también dejar las luces atenuadas durante la procesión, para aumentar su potencia en caso de incidentes.
Seis hermandades en una noche única
Seis hermandades hacen en la Madrugá su estación de penitencia, con más de 12.000 nazarenos entre todas ellas, 12 pasos, 433 costaleros y nueve bandas, que recorren unos 24 kilómetros discurriendo por 149 calles de la capital andaluza.
La salida a medianoche de la cruz de guía de La Macarena marcó el comienzo de la Madrugá de pasión, con miles de personas situadas ante la basílica. Según relata Efe, los más de 3.000 nazarenos de esta cofradía comenzaron a salir del templo, y pasar bajo su histórico arco, con dirección al centro de la ciudad.
Previamente, las hermandades del Gran Poder y La Macarena han revivido esta noche el rito que tiene su origen en 1776, y que hace que la primera tenga prioridad para entrar en la Carrera Oficial de la Semana Santa, siempre que la segunda se lo conceda. Se trata de una costumbre que tiene su origen en el citado año, cuando la Cofradía de la Sentencia cedió ante la del Gran Poder para que esta última entrara antes que ella en la Catedral de Sevilla, aunque con la premisa de tener que pedirle permiso a La Macarena.
Cinco hermanos del Gran Poder llegaron a la Basílica de la Macarena poco antes de las 23:00 horas, y, a puerta cerrada, pidieron la venia para pasar por delante de La Macarena a la Carrera Oficial, lo que ha sido sellado con un abrazo entre los nazarenos de ambas cofradías.
Con la Macarena en la calle, después comenzaron a procesionar las no menos populares y sobrias cofradías del Gran Poder y El Silencio, a las que siguieron la Esperanza de Triana -la reina del barrio con su lluvia de pétalos-, Los Gitanos y finalmente El Calvario, en una Madrugá llena de emoción y respeto a las imágenes.
De hecho, este año intentaron repetirse y hubo unos momentos de tensión en torno a las 3.34 horas, en el cruce de las calles Reyes Católicos y Marqués de Paradas. Pero fueron solo unos segundos y fueron rápidamente controlados por la policía y la colaboración ciudadana. Hay varias personas identificadas como posibles causantes y se investigan los hechos.
Además de un refuerzo en el número de agentes, un centenar de cámaras en los principales puntos de paso de las hermandades se aseguraban de ubicar de manera instantánea cualquier problema y resolverlo. Un nuevo sistema de iluminación permitía también dejar las luces atenuadas durante la procesión, para aumentar su potencia en caso de incidentes.
Seis hermandades en una noche única
Seis hermandades hacen en la Madrugá su estación de penitencia, con más de 12.000 nazarenos entre todas ellas, 12 pasos, 433 costaleros y nueve bandas, que recorren unos 24 kilómetros discurriendo por 149 calles de la capital andaluza.
La salida a medianoche de la cruz de guía de La Macarena marcó el comienzo de la Madrugá de pasión, con miles de personas situadas ante la basílica. Según relata Efe, los más de 3.000 nazarenos de esta cofradía comenzaron a salir del templo, y pasar bajo su histórico arco, con dirección al centro de la ciudad.
Previamente, las hermandades del Gran Poder y La Macarena han revivido esta noche el rito que tiene su origen en 1776, y que hace que la primera tenga prioridad para entrar en la Carrera Oficial de la Semana Santa, siempre que la segunda se lo conceda. Se trata de una costumbre que tiene su origen en el citado año, cuando la Cofradía de la Sentencia cedió ante la del Gran Poder para que esta última entrara antes que ella en la Catedral de Sevilla, aunque con la premisa de tener que pedirle permiso a La Macarena.
Cinco hermanos del Gran Poder llegaron a la Basílica de la Macarena poco antes de las 23:00 horas, y, a puerta cerrada, pidieron la venia para pasar por delante de La Macarena a la Carrera Oficial, lo que ha sido sellado con un abrazo entre los nazarenos de ambas cofradías.
Con la Macarena en la calle, después comenzaron a procesionar las no menos populares y sobrias cofradías del Gran Poder y El Silencio, a las que siguieron la Esperanza de Triana -la reina del barrio con su lluvia de pétalos-, Los Gitanos y finalmente El Calvario, en una Madrugá llena de emoción y respeto a las imágenes.
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