Un diputado alza en el Congreso la cruz de su tío abuelo cura, martirizado a hachazos, ya casi beato
No es fácil recordar un momento así en el Congreso español, ni en otros parlamentos de Europa Occidental: un diputado que alza en el hemiciclo el crucifijo reliquia de sangre de su tío abuelo, sacerdote asesinado por odio a la fe y que la Iglesia está a punto de proclamar beato y mártir.
Así lo hizo en la mañana de este jueves 2 de diciembre en el Congreso de los Diputados el parlamentario por Sevilla de Vox, Francisco José Contreras, doctor en Derecho y catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Sevilla.
El Parlamento debatía los presupuestos del Ministerio de Presidencia, que va a dedicar 11 millones de euros a políticas que el Gobierno de PSOE-Podemos llama de “memoria democrática”. Contreras denunció que ese dinero se va a usar para seguir dividiendo a las víctimas de la violencia de los años 30 en "buenos y malos", siendo los de izquierdas siempre buenos y los de derechas siempre malos, o directamente olvidados.
Francisco José Contreras aprovechó para ilustrar al hemiciclo con una historia antigua, que ahora es de actualidad por haberla reconocido el Papa Francisco este 23 de noviembre como un verdadero martirio, uno de los 127 católicos martirizados en la provincia de Córdoba que van a ser beatificados pronto.
El diputado y catedrático sacó del bolsillo el crucifijo que llevaba su tío abuelo Rafael Contreras Leva (1901-1936), sacerdote y coadjutor en Baena (Córdoba), cuando fue asesinado el 29 de julio de 1936 en esa localidad, unos días después del inicio de la Guerra Civil Española. “Fue despedazado con un hacha”, concretó Contreras.
Contreras señaló, cuando ya se le acababa el tiempo de exposición, que “en la retaguardia franquista se estaba aplicando una represión también brutal”. Añadió: “Es la principal diferencia entre nosotros. Nosotros asumimos los crímenes de ambos bandos”.
En su cuenta de Facebook añadió luego: "Puse cuidado en no decir "tan brutal como"; dije "también brutal". El Terror rojo tuvo extremos de crueldad que no tuvo el 'blanco':
1) ensañamiento, torturas, crueldad gratuita;
2) destrucción vesánica de patrimonio histórico-artístico;
3) expolio, robo;
4) menos respeto a las mujeres (aunque en ambos bandos se mató a muchos más hombres)".