El padre Doñoro, con su intrépida vida y su Ejército de María, este sábado en Asalto al Cielo
El padre Ignacio María Doñoro de los Ríos es un bilbaíno de 54 años, capellán castrense que decidió dejar su querida España y su servicio en la Guardia Civil para irse a servir a los más pobres y dar la vida por los más vulnerables entre ellos: los niños. Así es como creó el Hogar Nazaret, una casa situada en la selva peruana donde recoge a los niños abandonados y necesitados devolviéndoles los derechos que les han sido arrancados, donde Dios es un padre para estos pequeños y la Virgen una amorosa madre. Hoy cuida de 300 niños en su Hogar. Dará testimonio este próximo sábado en la Vigilia Asalto al Cielo, en la Parroquia Asunción de Nuestra Señora, de Colmenar del Arroyo.
El padre Doñoro lo dejó todo para crear en la selva de Perú el Hogar Nazaret, un hogar para niños rescatados del abandono de sus padres y de sus familias, de las mafias y de la explotación laboral. Estos niños que viven en estas terribles condiciones son la gran misión a la que se ha sentido llamado por Dios.
A punto de morir asesinado
Y sigue adelante con esta obra, a pesar de haber estado a punto de morir asesinado por rescatar a muchos de estos niños de las mafias y de la explotación. Para él “compartir la suerte de los últimos es compartir la suerte de Jesús”. Como ha dicho a Religión en Libertad: “Jesús se ha jugado la vida por mí, su muerte por amor no admite excusas ni titubeos”.
Ha rescatado a muchos niños y enfadado a grupos armados y mafias. Nunca olvidará el 14 de marzo de 201, día en el que estuvo a punto de morir. Sobrevivió porque los hombres armados que entraron en el hogar le dieron ya por muerto.
Páter castrense de la Guardia Civil
Ya como capellán castrense sentía esta sensibilidad especial ante los más pequeños. Primero en las distintas misiones internacionales en las que participó y después cuando pidió voluntariamente que le destinaran en la comandancia de la Guardia Civil de Inchaurrondo, en el País Vasco, en los años en los que ETA seguía matando y teniendo como principal objetivo a los guardias civiles y a sus familias.
Allí vio en primera persona el sufrimiento y el miedo de los niños. “Fueron años difíciles”, reconoce. Entonces creó allí una asociación que pedía ayudas para niños salvadoreños. “Cuando veía al otro retorcerse en la soledad y ponía sobre la tragedia de los niños salvadoreños, nos olvidábamos unos momentos de lo que estábamos pasando. En esa soledad de las víctimas del terrorismo empezó el Hogar Nazaret” que años más tarde vería materializarse.
El horror que vieron sus ojos en El Salvador
En El Salvador su vida cambió para siempre. Allí, hace más de 20 años –vio morir niños por desnutrición. Algunos murieron en sus brazos. “Desde entonces –ha confesado- oigo el pitido de su débil voz agonizando, el grito de los niños crucificados, el grito de Cristo en la Cruz”.
El punto de inflexión se produjo cuando de forma casual se enteró de que habían vendido a un niño para el tráfico de órganos. Haciéndose pasar por un traficante y jugándose la vida logró comprar al niño por apenas 25 dólares. Ahí decidió que quería dedicar su vida a los más pequeños.
Mientras seguía siendo capellán abrió varias casas para niños en El Salvador, Colombia, Marruecos y Mozambique. “Mientras siguen muriendo en la cruz, mientras ellos son explotados, tú y yo dormimos tranquilos, comemos, rezamos al mismo Dios e incluso nos consideramos buenas personas”, cuenta.
Loco por Cristo y por los niños pobres
En 2011 decidió finalmente pedir una excedencia como capellán en la Guardia Civil para irse a vivir definitivamente entre los más pobres y crear casas de rescate para niños, pero para esta vez dirigirlas él, en lugar de entregarlas a órdenes religiosas o asociaciones como antes.
Así fue como nació Hogar Nazaret, primero en Puerto Maldonado, en la selva peruana. En esta zona de minería ilegal había muchos niños abandonados, desamparados, y también explotados.
El padre Ignacio Doñoro no pudo decir que no al Amor. “Aquellos que estáis enamorados –ha afirmado-, sabéis que el amor te atrapa y acorrala. No deja opción. Hacer locuras por amor es lo que da sentido a una vida, y veo al Amor en los más pobres. Reconozco su rostro en medio del sufrimiento, en las puertas del infierno, rescatando niños abandonados”.
En Moyobamba, la prelatura confiada a la diócesis de Toledo
Tras estar a punto de morir trasladó esta gran obra a la zona de Moyobamba, donde este lugar de rescate y acogida de los niños más pobres y vulnerables no para de crecer.
Ni la falta de dinero, ni los miedos ni el peligro han logrado disuadir a este sacerdote. Su última obra es el Hogar Nazaret para niños por nacer, y son ya varios los bebés que han nacido en esta casa.
El Hogar de Nazaret y sus niños: “el ejército de María”
Los niños y adolescentes del Hogar –añade- “veneran a la Madre de Dios bajo la advocación del Corazón Inmaculado de María. No tendría razón de ser esta obra si no es para crecer en el amor a la Santísima Virgen, difundir, promover, animar su culto y sobre todo imitar”.
Ni el padre Ignacio María Doñoro ni el Hogar Nazaret se podrían entender sin la obra de la Virgen María.
En su libro El fuego de María (Nueva Eva), afirma: “Mis niños saben que forman parte del Ejército de María para reparar y consolar al Corazón de Jesús”. Por ello, todos los días rezan juntos el Rosario. Así, quiere “enseñarles a que no se arrodillen ante nadie que no sea Dios y que solamente le adoren a Él. Quiero que aprendan a no dejarse seducir por el mundo, aunque vivan en el mundo”
En la Vigilia Asalto al Cielo
El padre Ignacio Doñoro dará testimonio en la Vigilia Asalto al Cielo, de la parroquia de Colmenar del Arroyo, el sábado el próximo 28 de noviembre.
Programa:
17h. Contemplación de los misterios del rosario.
18h. Testimonio
19h. Adoración
20h. Misa
Se guardarán las medidas sanitarias recomendadas.