«Quita lo sobrenatural y no te queda lo natural, sino lo antinatural»: Munilla cita a Chesterton
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Mundilla, ha publicado en El Diario Vasco y en su web EnTiConfio.org una reflexión sobre esta peculiar Navidad 2020-2021, que, señala, "será recordada por la pandemia del covid y por la ley de la eutanasia".
El obispo denuncia la absurda paradoja: "Lloramos a los muertos de esta pandemia, al tiempo que aprobamos el derecho al suicidio asistido. Aplaudimos a los sanitarios que salvan vidas, mientras les pedimos que completen su jornada provocando la muerte. Impulsamos políticas que dignifiquen a los discapacitados, pero simultáneamente consideramos la discapacidad como razón suficiente para el suicidio".
Enumera más absurdos: "Aprobamos una ley de dependencia, sin implementar los recursos para facilitar la atención a los abuelos en nuestros hogares. Afirmamos tener derecho a decidir sobre nuestra muerte, cuando la pandemia nos ha dejado bien claro que no somos dueños de la vida".
Munilla cita a Juan Pablo II y a Chesterton para señalar que aunque no sólo los cristianos creen que la vida del ser humano es sagrada y valiosísima, en tiempos recientes, al disminuir la fe en Occidente, disminuye también la defensa racional de la vida.
"El eclipse de la fe en Occidente ha acarreado el eclipse de la razón. En nuestros días está quedando patente la veracidad de aquella sentencia de Chesterton: «Quitad lo sobrenatural, y no os encontraréis con lo natural, sino con lo antinatural». Ciertamente, reivindicar la muerte por suicidio como un derecho, es algo tan antinatural como reivindicar el derecho a infectarse por el Covid, el derecho a vivir en la indigencia, o el derecho a ser un esclavo. ¡Es un disparate, que refleja el desnortamiento de nuestra cultura!", apunta el popular obispo, muy seguido en redes, Internet y Radio María.
La "calidad de vida", truco contra la dignidad de toda vida humana
"Este bebé indefenso nacido en Belén, que nada más nacer requiere ser protegido frente a la agresión de Herodes, es al mismo tiempo el autor de la vida. En lo cual se muestra que la dignidad de la vida no depende del estadio en que se encuentre ésta, de su robustez o de las metas alcanzadas… Es un error gravísimo –un error “mortal”— confundir “calidad de vida” con “dignidad de la vida”. Y es que, nuestra cultura ha dejado en el olvido el concepto de “dignidad”, para sustituirlo por el de “calidad de vida”", denuncia Munilla.
"La contemplación de este Niño pleno de dignidad venido al mundo en medio de la indiferencia, la pobreza, el rechazo y la persecución, nos enseña que el “ser” está por encima del “tener”, del “hacer” o del “sentir”", añade.
Orar y recordar a los difuntos
Después recuerda que muchos ha visto morir a seres queridos durante la pandemia sin poder despedirse de ellos. Pero el cristiano puede seguir hablando con sus difuntos e intercediendo por ellos a través de la oración y los sacramentos, porque "el Niño Dios ha nacido entre nosotros, a modo de un puente trazado desde lo alto, para que nosotros podamos “nacer” a esa vida eterna".
También se dirige "especialmente a tantos ancianos que permanecen aislados por espacio de cerca de un año en los geriátricos. ¡Nuestra sociedad no ha sido justa con vosotros! ¡No lo hemos hecho bien, y os pedimos perdón!"
Por otra parte, Munilla parece animar a los que se sienten alegres a celebrar sin vergüenza, incluso en estos tiempos duros. "Como decía San Juan XXIII, el “papa bueno”: «La risa, cuando es sin malicia, ensancha el corazón y así cabe mejor en él Jesús». ¡Jesús es nuestra esperanza!"
Texto completo del obispo Munilla aquí en su web EnTiConfio.org