El rabino David Rosen constata que nunca como hoy hubo tanta cercanía entre judaísmo y catolicismo
Actualmente, entre católicos y judíos “el acercamiento es algo asombroso, que no se ha dado antes a lo largo de la historia. Un pueblo que era odiado pasa a ser querido, y tiene una proximidad con la Iglesia”. Lo aseguró el rabino David Rosen, director de Asuntos Interreligiosos del American Jewish Committee (www.ajc.org) durante su intervención de este lunes 4 de abril en Madrid, en una mesa redonda en la Universidad Francisco de Vitoria (www.ufv.es), para hablar del diálogo interreligioso.
El líder judío añadió que “el papa Juan Pablo II llamó a los judíos ‘hermanos mayores en la fe’, y Benedicto XVI ‘padres en la fe’. Esto demuestra una relación intrínseca que no se da entre otras religiones”. Además el papa Francisco, “es amigo de los judíos y ha manifestado que no se puede ser cristiano y antisemita”.
David Rosen recordó también que Angelo Roncalli, después Juan XXIII, cuando era nuncio, fue responsable de emitir certificados de bautismo a miles de personas, para que se salvaran. “Él sabía lo que era falsear ese tipo de documentos y no le importó. Su relación con los judíos era algo personal, que le tocaba de cerca”.
En encuentro organzado por el Centro Isaías 2 para el diálogo interreligioso de la Universidad anfitriona, recordó los 50 años de la declaración conciliar Nostra Aetate, y profundizó sobre el documento publicado en el mes de diciembre y titulado ‘Los dones de Dios son irrevocables. 50 años del diálogo judeocatólico’.
El texto es una reflexión sobre cuestiones teológicas en torno a las relaciones entre católicos y judíos en el aniversario de Nostra Aetate, en el cual los firmantes, más de 80 destacados rabinos ortodoxos de todo el mundo, pusieron por escrito el hermanamiento que cultivan en los últimos tiempos con la Iglesia católica, y en el cual aseguran que los cristianos “son parte del plan de Dios para la humanidad”.
La mesa redonda moderada por Florentino Portero, director del Grado en Relaciones Internacionales, contó con la participación del embajador de Israel en España, Daniel Kutner; y del sacerdote y director del Instituto John Henry Newman, Florencio Sánchez, LC.
“La Iglesia católica está irrevocablemente comprometida en el camino acogido durante el Concilio Vaticano II con vistas a una auténtica y duradera reconciliación entre cristianos y judíos”, explicó el embajador.
Por su parte, el sacerdote Florencio Sánchez destacó la oportunidad de encuentro abierta en la Iglesia hace cincuenta años. “Con el documento Nostra Aetate, se abrió una nueva etapa que es un gran desafío para católicos y judíos. Nuestro diálogo no es interreligioso sino intrarreligioso. Tenemos una oportunidad histórica muy importante, un verdadero desafío apasionante en el diálogo común con la cultura secularizada”.
“No se pueden entender las enseñanzas de Jesús -señaló el sacerdote Sánchez- sin el contexto de la tradición de Israel y menos aún, si se pensaran en contraposición con esa tradición”.
Sobre las metas del diálogo entre el judaísmo y el catolicismo, el padre Florencio recordó el documento formulado en diciembre por la Comisión de la Iglesia para la relación con los judíos y sus tres puntos: “el conocimiento recíproco, porque nos conocemos muy poco y tenemos un largo camino que recorrer; la construcción de una cultura y una civilización de paz, de reconciliación y de progreso; y en tercer lugar, seguir juntos tratando de superar todas las manifestaciones de antisemitismo que existen todavía en muchos lugares”.
El líder judío añadió que “el papa Juan Pablo II llamó a los judíos ‘hermanos mayores en la fe’, y Benedicto XVI ‘padres en la fe’. Esto demuestra una relación intrínseca que no se da entre otras religiones”. Además el papa Francisco, “es amigo de los judíos y ha manifestado que no se puede ser cristiano y antisemita”.
David Rosen recordó también que Angelo Roncalli, después Juan XXIII, cuando era nuncio, fue responsable de emitir certificados de bautismo a miles de personas, para que se salvaran. “Él sabía lo que era falsear ese tipo de documentos y no le importó. Su relación con los judíos era algo personal, que le tocaba de cerca”.
En encuentro organzado por el Centro Isaías 2 para el diálogo interreligioso de la Universidad anfitriona, recordó los 50 años de la declaración conciliar Nostra Aetate, y profundizó sobre el documento publicado en el mes de diciembre y titulado ‘Los dones de Dios son irrevocables. 50 años del diálogo judeocatólico’.
El texto es una reflexión sobre cuestiones teológicas en torno a las relaciones entre católicos y judíos en el aniversario de Nostra Aetate, en el cual los firmantes, más de 80 destacados rabinos ortodoxos de todo el mundo, pusieron por escrito el hermanamiento que cultivan en los últimos tiempos con la Iglesia católica, y en el cual aseguran que los cristianos “son parte del plan de Dios para la humanidad”.
La mesa redonda moderada por Florentino Portero, director del Grado en Relaciones Internacionales, contó con la participación del embajador de Israel en España, Daniel Kutner; y del sacerdote y director del Instituto John Henry Newman, Florencio Sánchez, LC.
“La Iglesia católica está irrevocablemente comprometida en el camino acogido durante el Concilio Vaticano II con vistas a una auténtica y duradera reconciliación entre cristianos y judíos”, explicó el embajador.
Por su parte, el sacerdote Florencio Sánchez destacó la oportunidad de encuentro abierta en la Iglesia hace cincuenta años. “Con el documento Nostra Aetate, se abrió una nueva etapa que es un gran desafío para católicos y judíos. Nuestro diálogo no es interreligioso sino intrarreligioso. Tenemos una oportunidad histórica muy importante, un verdadero desafío apasionante en el diálogo común con la cultura secularizada”.
“No se pueden entender las enseñanzas de Jesús -señaló el sacerdote Sánchez- sin el contexto de la tradición de Israel y menos aún, si se pensaran en contraposición con esa tradición”.
Sobre las metas del diálogo entre el judaísmo y el catolicismo, el padre Florencio recordó el documento formulado en diciembre por la Comisión de la Iglesia para la relación con los judíos y sus tres puntos: “el conocimiento recíproco, porque nos conocemos muy poco y tenemos un largo camino que recorrer; la construcción de una cultura y una civilización de paz, de reconciliación y de progreso; y en tercer lugar, seguir juntos tratando de superar todas las manifestaciones de antisemitismo que existen todavía en muchos lugares”.
Comentarios