Obispos, religiosos y ONGs católicas combaten el acuerdo de la UE y Turquía para devolver refugiados

Las asociaciones católicas caritativas que trabajan en temas de emigración, como Cáritas o el Servicio Jesuita a Refugiados, junto con los obispos españoles responsables de Migraciones y la Coordinadora de congregaciones religiosas (Confer) han coincidido en la última semana en su oposición al tratado de la Unión Europea con Turquía que permite enviar a los refugiados y migrantes de territorio comunitario a territorio turco.

En el programa de radio Cope El Espejo, Ciriaco Benavente, obispo de Albacete y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones reconocía que devolver a las personas que vienen huyendo de la guerra “va en contra de las mismas leyes y acuerdos de la Convención de Ginebra”. “Han destruido sus ciudades, se han quedado sin nada, huyen del hambre, la guerra y la violencia, intentado salvar su vida. Hay que ser generosos”, pide.

Además Mons Ciriaco Benavente ha dejado claro que la Iglesia “está dispuesta a echar una mano”. “Lo haremos con mucho gusto porque se trata de hermanos y porque pertenece a la entraña del Evangelio”.

El programa puede escucharse aquí.

Los obispos que abordan el tema se remiten a una nota de la Comisión de Migraciones del pasado 8 de marzo que a su vez se remite a un comentario del Papa Francisco del 5 de marzo:

"Quisiera citar y expresar admiración por la iniciativa de los pasillos humanitarios para los refugiados, iniciada recientemente en Italia. Este proyecto piloto, que une la solidaridad y la seguridad, consiente ayudar a personas que huyen de la guerra y de la violencia", expresó Francisco poniendo un ejemplo de iniciativa eficaz.

Los obispos españoles, en su nota, expresan además su "inmenso dolor" ante el acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Turquía para devolver a este último país a todos los refugiados que últimamente han llegado a Europa desde las costas del Egeo.

Un ejemplo: Munilla y la diócesis de San Sebastián
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha sido especialmente claro al pedir que la Unión Europea no firme con Turquía el acuerdo de devolución de los refugiados.

“El trato que se está dando a los refugiados de Oriente es indignante y vergonzoso. Europa está traicionando sus raíces cristianas”, ha protestado.

El prelado se ha dirigido a las instituciones vascas para y ha renovado la oferta hecha en su día por la iglesia diocesana de San Sebastián que, ha dicho, está dispuesta a acoger a los que pudieran llegar. Mientras tanto, todos los esfuerzos de la diócesis irán destinados a ayudar en origen a las víctimas de las guerras de Siria e Irak, a las que la diócesis ya ha destinado 600.000 euros. La Igelsia en San Sebastián estudia ahora destinar otros 500.000 a apoyar dos hospitales en Alepo y Damasco, para lo cual pide la generosidad de la población.


Esteban Munilla: “El trato que se está dando a los refugiados es vergonzoso"

El obispo también ha criticado el “inaceptable silencio de Occidente ante la persecución de los cristianos de Siria e Irak”. Un ejemplo de ese silencio, dijo, es el silencio de la prensa occidental ante el asesinato de cuatro religiosas de la Madre Teresa de Calcuta, en Yemen, a manos de terroristas islámicos.

#StopAcuerdo: No al mercadeo de personas refugiadas
Una plataforma amplia de entidades cívicas, incluyendo entidades católicas (Cáritas, Confer, Jesuitas Social, Justicia y paz) han pedido que España, como Estado miembro de la UE, rechace el acuerdo con Turquía "por poner en peligro la protección internacional a la que tienen derecho las personas refugiadas" y exigen "que se abran rutas legales y seguras".

Las entidades denuncian que el tratado con Turquía tiene muchos errores. Por ejemplo:

- No contiene compromisos concretos para incrementar el reasentamiento o para ofrecer rutas legales y seguras. 
- La propuesta de reasentar a una persona por cada una de las devueltas a suelo turco fomentará que las personas tomen otras rutas más peligrosas.
- No se explica cómo se evitarán las expulsiones colectivas, cómo van a poder evaluarse de manera significativa los casos personales.
- No hay salvaguardas para el caso de los no sirios (afganos, iraquíes, etc...), que podrían ser reenviados a Turquía. "Las devoluciones sumarias no solo son contrarias al derecho internacional sino también a la legislación nacional turca", recuerdan las entidades críticas.
- No creen que Turquía sea verdadaderamente un "país seguro", como dice el Tratado, ya que allí se dan abusos, detenciones ilegales y arbitrarias, reenvíos forzosos a Siria, etc...
- No atiende correctamente a los menores, que son uno de cada tres llegados a Europa desde 2015. "La Convención de los Derechos del Niño es muy clara en relación con la protección especial que deben tener los menores refugiados o que soliciten asilo".
- También faltan provisiones adecuadas para proteger a las mujeres e impedir que se separen las familias.

Durante varios días las entidades han lanzado la campaña “Tenemos 72 horas para actuar” (www.hospitalidad.es/firma-no-acuerdo-ue-turquia/) para pedir firmas y manifestaciones en contra del tratado con Turquía.

"No se trata de una crisis de refugiados sino de una crisis de Europa, ya que lo que se pone en juego con la firma de este acuerdo son los valores y la identidad europea. Cabe señalar, además, que tanto España como Europa tienen los medios para ayudar a estas personas", aseguran las entidades.

"Por esa razón, se pide al Gobierno español hospitalidad en vez de hostilidad y se exige al Consejo de la Unión Europea la protección de migrantes y refugiados con derechos, y la adopción de políticas urgentes de acogida e integración, en vez de medidas que alientan el miedo y rechazo al otro".

Las organizaciones de Iglesia que trabajan con personas migrantes y refugiadas piden al Gobierno español que no apoye el Tratado y que defienda:

- Mantener abiertas las fronteras externas de la Unión Europea para garantizar el acceso a las personas con necesidades de protección.
- Tramitar individualmente cada solicitud de asilo y sin discriminación por razón de nacionalidad, conforme a la normativa europea e internacional.
- La prohibición de devoluciones colectivas a Turquía o a cualquier otro país.
- La necesidad de solidaridad con los países europeos a donde están llegando la mayoría de los refugiados, así como con los países limítrofes a los conflictos, que albergan las cifras más elevadas de personas refugiadas.
- Establecer vías de acceso legal y seguro a Europa, y un sistema de distribución de la población refugiada en Europa que sea justo para los Estados y para las personas refugiadas.
- La necesidad de abordar las causas por las que tantas personas abandonan involuntariamente sus hogares por el miedo, la guerra o el hambre.