Murió fray Romualdo Fernández, arqueólogo misionero franciscano, en Oriente Medio desde los años 60
Según informa la Secretaría de Tierra Santa en Jerusalén, el martes 15 de diciembre fallecía en Damasco, Siria, el misionero franciscano español fray Romualdo Fernández. Los franciscanos han hecho pública una semblanza con los recuerdos de uno de sus hermanos de la Orden.
»‘Un pequeño gran hombre’, así evoca fray Emilio Bárcena la persona de fray Romualdo Fernández. ‘No era grande en altura, pero era un gran hombre de fe, de corazón e inteligencia’, prosigue fray Emilio.
»‘Cuando alguien veía a fray Romualdo, lo primero que le llamaba la atención era su sonrisa, su capacidad de acogida y su deseo de servir a la Custodia y a aquellos que le habían sido confiados. La enfermedad ha puesto fin a los sufrimientos de fray Romualdo, una enfermedad que supo afrontar, aunque esta le haya vencido. Pero su verdadero sufrimiento, el de estos últimos años, fue el de ver las heridas de Siria, a la población sufrir y el patrimonio destruido’, añade.
»Nacido en 1937, fray Romualdo, de la provincia franciscana de Granada, llegó a Tierra Santa en 1960 para realizar sus estudios de Teología en Jerusalén y luego en El Cairo. No dejará ya jamás Oriente Medio, donde la Custodia le confió distintas e importantes responsabilidades: párroco, responsable del seminario, delegado de la conferencia norteafricana, responsable de las ‘obras a favor de los coptos’, maestro de novicios…
»Dividió su vida entre Egipto y Siria, adonde volvió en 1993 y en donde en realidad desarrolló la mayor parte de su vida franciscana al servicio de la Custodia.
»De vuelta a Damasco en 1992, se le encargaron las labores de restauración y sistematización del Memorial de San Pablo, donde tuvo la dicha de acoger al papa Juan Pablo II en 2001.
»La última vez que vino a Jerusalén, en 2012, tenía una preocupación. ‘El conflicto pone en peligro todo el patrimonio sirio. Fray Ignacio Peña y yo hicimos miles de fotos, es necesario digitalizarlas y escribir de qué son’.
»El trabajo de digitalización está en curso, pero fray Romualdo no tendrá el tiempo necesario para describir su contenido. Esperaba hacerlo en la enfermería de la Custodia, en donde quería, a partir del próximo septiembre, consagrar sus últimas fuerzas a este trabajo.
Recorriendo Siria y ruinas antiguas
»Durante sus años en Siria recorrió todo el país con los frailes Ignacio Peña y el padre Castellana. Juntos escribieron varios libros sobre el monacato en Siria (Les reclus syriens, 1980; Les stylites syriens, 1987 y Les cénobites syriens, 1988); libros ilustrados con fotos tomadas en estos antiguos monasterios.
»Con estos dos mismos hermanos de religión publicó cuatro inventarios sobre las cadenas del macizo calcáreo sirio, donde se encuentran los vestigios de antiguas ciudades con sus edificios públicos, iglesias y decoraciones (Inventaire du jebel Baricha, 1987; Inventaire du jebel A’ala, 1990; Inventaire du jebel Wastani, 1999; Inventaire du jebel Dweili 2000).
»Estos últimos años ha colaborado también con una arqueóloga siria, Widad Jury, de la Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria, en un estudio, también en francés, titulado Estudio arqueológico de la época paleocristiana. Los monumentos de Constantino: entre la tradición escrita y los testimonios de la arqueología.
»El padre Bárcena explica también que los tres frailes, dos españoles y un italiano, publicaron en francés, porque en esta lengua los libros tenían más posibilidades de encontrar editor en Siria y ser difundidos así por Oriente Medio y el mundo.
»‘Romualdo no hablaba muy bien el árabe -recuerda fray Emilio Bárcena- pero siempre se hacía entender, llegaba a cumplir sus objetivos y, sobre todo, se hacía amar. Él era el más popular. ¡Era fantástico!’”.
En La Opinión de Zamora dan más detalles sobre este misionero arqueólogo:
»Ha muerto Romualdo Fernández Ferreira. Su vida se ha apagado en un hospital de Damasco, a miles de kilómetros de Figueruela de Abajo, el pueblo que le vio nacer en 1937.
»Este fraile franciscano, el único misionero español que permanecía en Siria, continuaba en el polvorín del Medio Oriente por voluntad propia. Ni los consejos de la Embajada, ni los requerimientos de la familia, ni los ofrecimientos de sus hermanos de la Orden pudieron separar al padre Romualdo de su gente y del territorio que tanto amó.
»Según han confirmado fuentes familiares, el padre Romualdo ha fallecido a las 2.15 horas de la madrugada en un hospital de Damasco donde había permanecido durante los últimos meses aquejado de una enfermedad. Los custodios de Tierra Santa han informado a la familia del fallecimiento del misionero, cuyo cuerpo será enterrado en Siria por expreso deseo suyo.
Donde San Pablo se convirtió
»Romualdo Fernández pisó por primera vez tierras sirias hace más de medio siglo. Tras pasar por otros destinos siempre en aquella zona (Egipto, Jerusalén, Líbano), llevaba dos décadas asentado en Damasco como responsable del Santuario de la Conversión de San Pablo.
»Allí fue feliz, también sufrió y denunció las persecuciones a la comunidad cristiana. Allí buscó siempre la armonía con los musulmanes –“Con la religión no se puede llegar a un entendimiento. Pero sí pensar; tú para tu Dios, yo para mi Dios, y los dos, compañeros, procuremos vivir lo mejor posible en este mundo” sostenía-; desde allí denunció la inoperancia de las potencias occidentales para parar la mortífera guerra y también censuró la “información manipulada” que transmitía el primer mundo sobre las masacres.
»Desde su misión lamentó también la irracional destrucción del patrimonio arqueológico que tanto amaba, que promocionó y defendió. “Callan ante el saqueo cultural de Siria” denunció quien fuera uno de los mayores expertos en la antigüedad bizantino-siria.
»Fernández Ferreira era un erudito, autor de diversos estudios arqueológicos cuya magnitud no se ha llegado a valorar. “Es el único lugar del mundo donde se puede palpar la cultura del siglo VI en una realidad práctica y conocer cómo podía ser un pueblecito de entonces” contaba a este diario hace una década.
»‘Un pequeño gran hombre’, así evoca fray Emilio Bárcena la persona de fray Romualdo Fernández. ‘No era grande en altura, pero era un gran hombre de fe, de corazón e inteligencia’, prosigue fray Emilio.
»‘Cuando alguien veía a fray Romualdo, lo primero que le llamaba la atención era su sonrisa, su capacidad de acogida y su deseo de servir a la Custodia y a aquellos que le habían sido confiados. La enfermedad ha puesto fin a los sufrimientos de fray Romualdo, una enfermedad que supo afrontar, aunque esta le haya vencido. Pero su verdadero sufrimiento, el de estos últimos años, fue el de ver las heridas de Siria, a la población sufrir y el patrimonio destruido’, añade.
»Nacido en 1937, fray Romualdo, de la provincia franciscana de Granada, llegó a Tierra Santa en 1960 para realizar sus estudios de Teología en Jerusalén y luego en El Cairo. No dejará ya jamás Oriente Medio, donde la Custodia le confió distintas e importantes responsabilidades: párroco, responsable del seminario, delegado de la conferencia norteafricana, responsable de las ‘obras a favor de los coptos’, maestro de novicios…
»Dividió su vida entre Egipto y Siria, adonde volvió en 1993 y en donde en realidad desarrolló la mayor parte de su vida franciscana al servicio de la Custodia.
»De vuelta a Damasco en 1992, se le encargaron las labores de restauración y sistematización del Memorial de San Pablo, donde tuvo la dicha de acoger al papa Juan Pablo II en 2001.
»La última vez que vino a Jerusalén, en 2012, tenía una preocupación. ‘El conflicto pone en peligro todo el patrimonio sirio. Fray Ignacio Peña y yo hicimos miles de fotos, es necesario digitalizarlas y escribir de qué son’.
»El trabajo de digitalización está en curso, pero fray Romualdo no tendrá el tiempo necesario para describir su contenido. Esperaba hacerlo en la enfermería de la Custodia, en donde quería, a partir del próximo septiembre, consagrar sus últimas fuerzas a este trabajo.
Recorriendo Siria y ruinas antiguas
»Durante sus años en Siria recorrió todo el país con los frailes Ignacio Peña y el padre Castellana. Juntos escribieron varios libros sobre el monacato en Siria (Les reclus syriens, 1980; Les stylites syriens, 1987 y Les cénobites syriens, 1988); libros ilustrados con fotos tomadas en estos antiguos monasterios.
»Con estos dos mismos hermanos de religión publicó cuatro inventarios sobre las cadenas del macizo calcáreo sirio, donde se encuentran los vestigios de antiguas ciudades con sus edificios públicos, iglesias y decoraciones (Inventaire du jebel Baricha, 1987; Inventaire du jebel A’ala, 1990; Inventaire du jebel Wastani, 1999; Inventaire du jebel Dweili 2000).
»Estos últimos años ha colaborado también con una arqueóloga siria, Widad Jury, de la Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria, en un estudio, también en francés, titulado Estudio arqueológico de la época paleocristiana. Los monumentos de Constantino: entre la tradición escrita y los testimonios de la arqueología.
»El padre Bárcena explica también que los tres frailes, dos españoles y un italiano, publicaron en francés, porque en esta lengua los libros tenían más posibilidades de encontrar editor en Siria y ser difundidos así por Oriente Medio y el mundo.
»‘Romualdo no hablaba muy bien el árabe -recuerda fray Emilio Bárcena- pero siempre se hacía entender, llegaba a cumplir sus objetivos y, sobre todo, se hacía amar. Él era el más popular. ¡Era fantástico!’”.
En La Opinión de Zamora dan más detalles sobre este misionero arqueólogo:
»Ha muerto Romualdo Fernández Ferreira. Su vida se ha apagado en un hospital de Damasco, a miles de kilómetros de Figueruela de Abajo, el pueblo que le vio nacer en 1937.
»Este fraile franciscano, el único misionero español que permanecía en Siria, continuaba en el polvorín del Medio Oriente por voluntad propia. Ni los consejos de la Embajada, ni los requerimientos de la familia, ni los ofrecimientos de sus hermanos de la Orden pudieron separar al padre Romualdo de su gente y del territorio que tanto amó.
»Según han confirmado fuentes familiares, el padre Romualdo ha fallecido a las 2.15 horas de la madrugada en un hospital de Damasco donde había permanecido durante los últimos meses aquejado de una enfermedad. Los custodios de Tierra Santa han informado a la familia del fallecimiento del misionero, cuyo cuerpo será enterrado en Siria por expreso deseo suyo.
Donde San Pablo se convirtió
»Romualdo Fernández pisó por primera vez tierras sirias hace más de medio siglo. Tras pasar por otros destinos siempre en aquella zona (Egipto, Jerusalén, Líbano), llevaba dos décadas asentado en Damasco como responsable del Santuario de la Conversión de San Pablo.
»Allí fue feliz, también sufrió y denunció las persecuciones a la comunidad cristiana. Allí buscó siempre la armonía con los musulmanes –“Con la religión no se puede llegar a un entendimiento. Pero sí pensar; tú para tu Dios, yo para mi Dios, y los dos, compañeros, procuremos vivir lo mejor posible en este mundo” sostenía-; desde allí denunció la inoperancia de las potencias occidentales para parar la mortífera guerra y también censuró la “información manipulada” que transmitía el primer mundo sobre las masacres.
»Desde su misión lamentó también la irracional destrucción del patrimonio arqueológico que tanto amaba, que promocionó y defendió. “Callan ante el saqueo cultural de Siria” denunció quien fuera uno de los mayores expertos en la antigüedad bizantino-siria.
»Fernández Ferreira era un erudito, autor de diversos estudios arqueológicos cuya magnitud no se ha llegado a valorar. “Es el único lugar del mundo donde se puede palpar la cultura del siglo VI en una realidad práctica y conocer cómo podía ser un pueblecito de entonces” contaba a este diario hace una década.
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