Cinco siglos de devoción: ¿el rostro de Cristo en un paño?
Doscientos mil peregrinos a la Santa Faz de Alicante... incluye políticos en campaña e inmigrantes
Explica el diario Las Provincias que la romería de la Santa Faz ha reunido este año a más de 200.000 personas "en su 526ª edición", aunque ha sido "una de las más rápidas de los últimos 20 años", según ha indicado el alcalde de Alicante, Miquel Valor.
Ha tardado unas dos horas en recorrer 8 kilómetros: desde la catedral hasta el monasterio de religiosas clarisas que guarda la reliquia de la Santa Faz. Según el alcalde, la rapidez se debe a que "el obispo -Jesús Murgui-, ha metido el turbo y hemos batido el récord".
Sin reparo alguno el alcalde ha declarado a la prensa regional que ha pedido a la reliquia "por la familia, que el PP gane las elecciones porque creo que es bueno para Alicante, y porque la gente esté menos en el paro". (Sobre las conexiones masónicas de la anterior alcaldesa de Alicante, del PP, ReL escribió aquí).
Los políticos de izquierda se suman a la romería, pero no caminan desde la catedral sino desde el Ayuntamiento. También aprovechan para hacer declaraciones políticas. Así, el portavoz de Compromís, Enric Morera, pide (a los votantes, no a la reliquia) que esta romería sea "el último año en que hay que soportar este régimen político que nos ha empobrecido".
Debido a las temperaturas suaves, pese a la multitud enorme sólo una veintena de personas fueron atendidas por desmayos o golpes de calor.
Los que caminan descalzos
En el diario La Verdad escriben sobre la devoción de los peregrinos. "Ayer, como cada año, la Peregrina contó con cientos de romeros que la realizaron descalzos, e incluso de rodillas, como símbolo de devoción inquebrantable", explica el diario.
"La mayoría de ellos son alicantinos y han mamado de sus antepasados el fervor por la Santa Faz, pero también los hay, cada vez más, que vienen de lejos y que se quedan impresionados por el poder que, dicen, tiene la reliquia. Es el caso de Mama Mendi, senegalesa que realizaba ayer descalza la Romería para pedir «papeles para mis hijos». Ella lleva 10 años en Alicante, que han sido suficientes para que obtenga los suyos y también para hacer brotar su fe en la Santa Faz. «Yo le rezo y le pido por muchas cosas, salud, trabajo, estudios», explicaba. Ahora, lo que más desea es que a los hijos que ha podido traer a España «les salga un empleo para que puedan tener los papeles en regla»."
Otros peregrinos caminan en agradecimiento a favores recibidos. Una madre de familia, Mercedes Gil, "ha peregrinado 23 años descalza para agradecer que un médico errase de diagnóstico al pronosticar la muerte temprana de su hija de cinco años, por un sarcoma. Ayer, debido a problemas de salud, era la primera vez que realizaba el camino calzada, pero la devoción no acaba en ella, porque sus seis hijos, incluida la que fue desahuciada, la mantienen". Todos iban descalzos y uno de ellos, Rubén González, explicaba que ya son 9 años haciéndolo y que lo hará, «como mi madre, hasta que el cuerpo aguante».
"Otra historia curiosa es la de Abraham y Cristina Mateo, dos hermanos que también hicieron el recorrido con los pies desnudos. Cristina le pidió a la Santa Faz que intercediese por su hermano en un «problema legal muy gordo» que tenía y «todo salió bien», explica. Es ella la que le tiene una gran fe a la Santa Faz y la que prometió que iría descalza si cumplía su petición. Abraham es ateo, pero ayer se sumó a Cristina como agradecimiento, no ya a la reliquia, sino a la voluntad de su hermana."
Nieves Ferri cumplía con una promesa hecha tras la mejoría de su hermana, con un cáncer en estado avanzado. «Dije que iría todos los viernes a la misa y todos los años descalza a la Romería», señala en La Verdad.
La historia de la reliquia
Cada año, en Alicante, se celebra "La Peregrina", una romería que tiene lugar el segundo jueves posterior a Jueves Santo pero con fiestas y actos que se alargan hasta el domingo, lo que atrae a entre cien mil y doscientas mil personas durante esos días para venerar una reliquia de gran importancia: la Santa Faz.
El párroco del lugar el el siglo XV, mosén Pedro Mena, viajó a Roma donde le regalarón un lienzo con la imagen de la faz de Cristo, al que se le atribuía la salvación de la ciudad de Venecia de la peste. El lienzo original era un paño de lino con manchas de sangre representando una cara. Años más tarde, se remarcaron esas manchas con pintura roja.
Al poco de llegar a Alicante, el lienzo corría peligro porque las familias importantes conseguían recortar fragmentos de él, por lo que fue colocado en un relicario con una imagen pintada de la Santa Faz, que es lo que se exhibe en estos actos públicos.
Sus milagros del siglo XV
La leyenda cuenta cosas maravillosas que confirmaban lo milagroso del lienzo. Así, mosén Pedro lo guardaba en en el fondo de un arcón, pero siempre aparecía en la parte superior. Decidió sacarlo en rogativa el 17 de marzo de 1489 por falta de lluvia.
Al llegar al barranco de Lloixa, quien lo llevaba sintió un gran peso, no podía sostenerlo. En ese momento vio como brotaba una lágrima del mismo. Y llegó la lluvia. En ese lugar se construyó el monasterio actual donde se conserva.
¿El paño de la Verónica?
La base histórica de la reliquia como paño que cubrió el rostro de Cristo está por estudiar en profundidad. No se ha datado científicamente el tejido, por ejemplo.
Se considera que el rostro de Cristo quedó marcado al secarse en él camino de la Cruz, y que sería el paño de la Verónica, aunque hay otros paños en Europa que reclaman esa identificación (como el Santo Rostro de la catedral de Jaén; en cambio, el sudario de Oviedo habría cubierto el rostro de Cristo después de muerto).
También podría ser que el paño original que hubiera usado la Verónica hubiese sido cortado en varios pedazos más pequeños, repartidos por Europa.
Sobrevivió al saqueo comunista
El 26 de julio de 1936 saqueadores comunistas asaltaron el Monasterio y la Iglesia de la Santa Faz y destruyeron la iglesia y los altares, pero el paño se salvó porque el alcalde de la pedanía y un devoto lo sacaron a escondidas en un capazo de la compra y lo llevaron a la Diputación Provincial donde fue almacenada en la caja fuerte.
La iglesia devastada y el monasterio se usaron como fábrica de aviones hasta que, terminada la Guerra Civil, fue restaurada. El paño volvió a su lugar y recibe la veneración de las multitudes en el siglo XXI.
Ha tardado unas dos horas en recorrer 8 kilómetros: desde la catedral hasta el monasterio de religiosas clarisas que guarda la reliquia de la Santa Faz. Según el alcalde, la rapidez se debe a que "el obispo -Jesús Murgui-, ha metido el turbo y hemos batido el récord".
Sin reparo alguno el alcalde ha declarado a la prensa regional que ha pedido a la reliquia "por la familia, que el PP gane las elecciones porque creo que es bueno para Alicante, y porque la gente esté menos en el paro". (Sobre las conexiones masónicas de la anterior alcaldesa de Alicante, del PP, ReL escribió aquí).
Los políticos de izquierda se suman a la romería, pero no caminan desde la catedral sino desde el Ayuntamiento. También aprovechan para hacer declaraciones políticas. Así, el portavoz de Compromís, Enric Morera, pide (a los votantes, no a la reliquia) que esta romería sea "el último año en que hay que soportar este régimen político que nos ha empobrecido".
Debido a las temperaturas suaves, pese a la multitud enorme sólo una veintena de personas fueron atendidas por desmayos o golpes de calor.
Los que caminan descalzos
En el diario La Verdad escriben sobre la devoción de los peregrinos. "Ayer, como cada año, la Peregrina contó con cientos de romeros que la realizaron descalzos, e incluso de rodillas, como símbolo de devoción inquebrantable", explica el diario.
"La mayoría de ellos son alicantinos y han mamado de sus antepasados el fervor por la Santa Faz, pero también los hay, cada vez más, que vienen de lejos y que se quedan impresionados por el poder que, dicen, tiene la reliquia. Es el caso de Mama Mendi, senegalesa que realizaba ayer descalza la Romería para pedir «papeles para mis hijos». Ella lleva 10 años en Alicante, que han sido suficientes para que obtenga los suyos y también para hacer brotar su fe en la Santa Faz. «Yo le rezo y le pido por muchas cosas, salud, trabajo, estudios», explicaba. Ahora, lo que más desea es que a los hijos que ha podido traer a España «les salga un empleo para que puedan tener los papeles en regla»."
Otros peregrinos caminan en agradecimiento a favores recibidos. Una madre de familia, Mercedes Gil, "ha peregrinado 23 años descalza para agradecer que un médico errase de diagnóstico al pronosticar la muerte temprana de su hija de cinco años, por un sarcoma. Ayer, debido a problemas de salud, era la primera vez que realizaba el camino calzada, pero la devoción no acaba en ella, porque sus seis hijos, incluida la que fue desahuciada, la mantienen". Todos iban descalzos y uno de ellos, Rubén González, explicaba que ya son 9 años haciéndolo y que lo hará, «como mi madre, hasta que el cuerpo aguante».
"Otra historia curiosa es la de Abraham y Cristina Mateo, dos hermanos que también hicieron el recorrido con los pies desnudos. Cristina le pidió a la Santa Faz que intercediese por su hermano en un «problema legal muy gordo» que tenía y «todo salió bien», explica. Es ella la que le tiene una gran fe a la Santa Faz y la que prometió que iría descalza si cumplía su petición. Abraham es ateo, pero ayer se sumó a Cristina como agradecimiento, no ya a la reliquia, sino a la voluntad de su hermana."
Nieves Ferri cumplía con una promesa hecha tras la mejoría de su hermana, con un cáncer en estado avanzado. «Dije que iría todos los viernes a la misa y todos los años descalza a la Romería», señala en La Verdad.
La historia de la reliquia
Cada año, en Alicante, se celebra "La Peregrina", una romería que tiene lugar el segundo jueves posterior a Jueves Santo pero con fiestas y actos que se alargan hasta el domingo, lo que atrae a entre cien mil y doscientas mil personas durante esos días para venerar una reliquia de gran importancia: la Santa Faz.
El párroco del lugar el el siglo XV, mosén Pedro Mena, viajó a Roma donde le regalarón un lienzo con la imagen de la faz de Cristo, al que se le atribuía la salvación de la ciudad de Venecia de la peste. El lienzo original era un paño de lino con manchas de sangre representando una cara. Años más tarde, se remarcaron esas manchas con pintura roja.
Al poco de llegar a Alicante, el lienzo corría peligro porque las familias importantes conseguían recortar fragmentos de él, por lo que fue colocado en un relicario con una imagen pintada de la Santa Faz, que es lo que se exhibe en estos actos públicos.
Sus milagros del siglo XV
La leyenda cuenta cosas maravillosas que confirmaban lo milagroso del lienzo. Así, mosén Pedro lo guardaba en en el fondo de un arcón, pero siempre aparecía en la parte superior. Decidió sacarlo en rogativa el 17 de marzo de 1489 por falta de lluvia.
Al llegar al barranco de Lloixa, quien lo llevaba sintió un gran peso, no podía sostenerlo. En ese momento vio como brotaba una lágrima del mismo. Y llegó la lluvia. En ese lugar se construyó el monasterio actual donde se conserva.
¿El paño de la Verónica?
La base histórica de la reliquia como paño que cubrió el rostro de Cristo está por estudiar en profundidad. No se ha datado científicamente el tejido, por ejemplo.
Se considera que el rostro de Cristo quedó marcado al secarse en él camino de la Cruz, y que sería el paño de la Verónica, aunque hay otros paños en Europa que reclaman esa identificación (como el Santo Rostro de la catedral de Jaén; en cambio, el sudario de Oviedo habría cubierto el rostro de Cristo después de muerto).
También podría ser que el paño original que hubiera usado la Verónica hubiese sido cortado en varios pedazos más pequeños, repartidos por Europa.
Sobrevivió al saqueo comunista
El 26 de julio de 1936 saqueadores comunistas asaltaron el Monasterio y la Iglesia de la Santa Faz y destruyeron la iglesia y los altares, pero el paño se salvó porque el alcalde de la pedanía y un devoto lo sacaron a escondidas en un capazo de la compra y lo llevaron a la Diputación Provincial donde fue almacenada en la caja fuerte.
La iglesia devastada y el monasterio se usaron como fábrica de aviones hasta que, terminada la Guerra Civil, fue restaurada. El paño volvió a su lugar y recibe la veneración de las multitudes en el siglo XXI.
Comentarios