Maíllo, el candidato gay comunista que sabe latín, dice: «Soy de izquierdas gracias al cristianismo»

En Andalucía, donde hasta los concejales comunistas van a las procesiones de Semana Santa y a las fiestas de la Virgen, Antonio Maíllo, el candidato de Izquierda Unida, tiene que mostrar un poco de simpatía a lo cristiano, especialmente en campaña electoral, aunque para competir con la novedosa Podemos haya declarado que se apunta con entusiasmo a confiscarle la catedral de Córdoba a la Iglesia(él mismo es cordobés, de Lucena).

Homosexual declarado y profesor de latín y griego con amplia cultura clásica, Maíllo no es el típico líder de la izquierda. "Domina el latín, el griego, el italiano y el alemán; durante sus discursos apela a Machado, le apasiona el arte o lee a Thomas Mann y a Gabriel García Márquez; sueña con poder mirar con dignidad a los ojos de la gente tras abandonar su cargo de coordinador regional de IU, y habla sin tapujos de su condición sexual: soy gay, sí, ¿y?", explicaba de él una entrevista en AndaluciaInformacion.es en 2014.

Hijo de panadera y de talabartero, el segundo de cuatro hermanos, explica que al ser zurdo tuvo problemas de aceptación en su infancia. "Tuvo problemas de niño con una maestra por esa tendencia a escribir con la izquierda. Lo obligaban en verano a escribir con la derecha. El “pudor social” a que le dijeran zurdo provocó que al ir a la pizarra cogiese la tiza con la derecha y escribiese con esa mano y que en el cuaderno lo hiciera con la izquierda", explicaba la entrevista de 2014. (Quien quiera rastrear heridas emocionales infantiles en el origen de sus sentimientos homosexuales, como proponen los libros de Richard Cohen, puede empezar por aquí).

Claro que él dice: "Siempre he sido un chico muy normal, aunque diferente al hombre de ahora. Hasta los 16 jugué como federado en el equipo de fútbol de mi pueblo. Luego me fui a la universidad y con sólo 23 años logré entrar a dar clases en Sanlúcar de Barrameda. De niño me recuerdo siempre en la calle y montando en bicicleta".

Pero el niño que iba en bicicleta dice que en su biblioteca no pueden faltar "Homero, Virgilio, Tácito, Cernuda, García Márquez, Thomas Mann..."

"Mi familia es católica, de valores de humanismo cristiano que impregnaron nuestra formación por lo social. Con 17 años, me conciencio del divorcio entre lo que es el mensaje de Jesucristo y la práctica de la Iglesia. Veo la existencia de dos realidades distintas y decido alejarme al percibir la religión como no coherente con los valores que me inculcaron mis padres", explicaba en 2014. ¡Todo un profesor de clásicas escandalizado porque los cristianos no siguen plenamente el mensaje de Jesucristo! ¿Será que todos los comunistas siguen plenamente el mensaje de Marx? (Aunque Marx no figura entre sus autores citados...)

Esta misma semana electoral de 2015 le preguntan en una entrevista en El Mundo:

-¿Es cierto que dice ´soy de izquierdas gracias al cristianismo´?
- Es cierto. Hasta los 15 o los 16 años, por mi madre, que es muy creyente, la parte más social y apegada a la realidad del cristianismo siempre ha estado muy presente en mi vida. Pero luego hubo una ruptura.

¿Y su homosexualidad?

-La mejor manera de normalizarlo es desde la cotidianeidad y la tranquilidad -dice en la entrevista en El Mundo. -Eso sí, si sirvo como referente positivo, me alegra. Hay gente a la que le cuesta asumir su condición sexual y yo, como candidato a la Junta, quizá puedo servirle de referencia. De pequeño yo no tuve a nadie en quien verme representado -añade... volviendo a la infancia "muy normal".

"En la vida cada uno tiene sus prioridades pero desde luego yo no voy a contenerme a la hora de decir lo que soy. Creo que es un drama que alguien se contenga en la expresión de sus deseos y de sus sentimientos", continúa este profesor de clásicas que parece olvidar todas las enseñanzas romanas sobre sobriedad, "severitas et gravitas" en lo emocional.

-¿Y quiénes lo tienen más complicado, los de la derecha o los de la izquierda?
-Creo que en la derecha hay más temor a hacerlo público. Pero también conozco a socialistas que jamás dirán que son gays.

- Ahora dicen que usted es el Zerolo de IU.
- Eso no me gusta nada, me choca que digan eso de mí. Yo soy yo y no hago gala de nada.

¿Qué tendrá Zerolo, el gay más influyente y militante del Partido Socialista, para que Maíllo no quiera que le comparen?