Pedro Sánchez, candidato a liderar el PSOE, opta por el «Estado laico» y «derogar el concordato»
En el PSOE no hay líder y los aspirantes tienen que ofrecer cosas “bonitas y baratas” para llamar la atención y atraer, en parte al público general, y -sobre todo- al militante del partido.
Es una opción habitual en el PSOE recurrir a un discurso laicista: no cuesta dinero y luego, cuando se gobierna, no hace falta cumplir mucho de lo prometido. Basta con seguir alimentando mediante declaraciones anticlericales la fobia antirreligiosa de ciertos votantes.
El último ejemplo lo ha dado el aspirante a candidato a la Secretaría General del PSOE, Pedro Sánchez, que en su encuentro con los militantes de Zaragoza ha propuesto derogar el Concordato con la Santa Sede, revisar «todos los privilegios con la Iglesia Católica» y crear una nueva ley de “libertad religiosa” para que esta libertad sólo se ejerza “en el ámbito privado”, aunque él lo ha expresado de otra forma: «aprobar una ley de libertad religiosa que reconozca el hecho religioso de las personas en su ámbito privado».
«El Estado por el que voy a trabajar es laico», ha añadido, refiriéndose al parecer a “laicista”, lo que se saldría del marco de la Constitución, que se limita a decir que “ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal” y que los poderes “colaborarán con la Iglesia Católica” y “tendrán en cuenta las creencias” de la población.
Pedro Sánchez ha insistido en el tema de revisar «a fondo» todos los «privilegios fiscales» que tiene la Iglesia (en realidad, son básicamente los mismos que entidades deportivas y culturales bajo la legislación sobre mecenazgo).
Sánchez también ha rechazado que el Partido Socialista realice «grandes coaliciones» en Madrid y en Bruselas con el Partido Popular.«El PSOE debe coaligarse con aquellos que sufren y no con quienes provocan el sufrimiento, eso significa que las grandes coaliciones en ningún caso deben de ser con el PP», ha aseverado.
«Soy profundamente socialista, creo en mis ideas, el socialismo es la receta para muchos de los males que tiene España, eso es precisamente lo que defiendo en mi candidatura», ha apostillado el candidato Pedro Sánchez.
Los tics anticlericales son una constante en estos tiempos turbulentos para el PSOE. A principios de junio el portavoz del Partit Socialista del Pais Valencià, Francesc Romeu, impulsó un documento con otros 40 cargos socialistas reclamando la «revocación y denuncia urgente del concordato con la Santa Sede».
«Es el momento de la claridad y de posicionarnos contra la derecha, ofreciendo una alternativa clara, directa, de izquierdas y republicana», añadía el documento encabezado por Romeu.
Es una opción habitual en el PSOE recurrir a un discurso laicista: no cuesta dinero y luego, cuando se gobierna, no hace falta cumplir mucho de lo prometido. Basta con seguir alimentando mediante declaraciones anticlericales la fobia antirreligiosa de ciertos votantes.
El último ejemplo lo ha dado el aspirante a candidato a la Secretaría General del PSOE, Pedro Sánchez, que en su encuentro con los militantes de Zaragoza ha propuesto derogar el Concordato con la Santa Sede, revisar «todos los privilegios con la Iglesia Católica» y crear una nueva ley de “libertad religiosa” para que esta libertad sólo se ejerza “en el ámbito privado”, aunque él lo ha expresado de otra forma: «aprobar una ley de libertad religiosa que reconozca el hecho religioso de las personas en su ámbito privado».
«El Estado por el que voy a trabajar es laico», ha añadido, refiriéndose al parecer a “laicista”, lo que se saldría del marco de la Constitución, que se limita a decir que “ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal” y que los poderes “colaborarán con la Iglesia Católica” y “tendrán en cuenta las creencias” de la población.
Pedro Sánchez ha insistido en el tema de revisar «a fondo» todos los «privilegios fiscales» que tiene la Iglesia (en realidad, son básicamente los mismos que entidades deportivas y culturales bajo la legislación sobre mecenazgo).
Sánchez también ha rechazado que el Partido Socialista realice «grandes coaliciones» en Madrid y en Bruselas con el Partido Popular.«El PSOE debe coaligarse con aquellos que sufren y no con quienes provocan el sufrimiento, eso significa que las grandes coaliciones en ningún caso deben de ser con el PP», ha aseverado.
«Soy profundamente socialista, creo en mis ideas, el socialismo es la receta para muchos de los males que tiene España, eso es precisamente lo que defiendo en mi candidatura», ha apostillado el candidato Pedro Sánchez.
Los tics anticlericales son una constante en estos tiempos turbulentos para el PSOE. A principios de junio el portavoz del Partit Socialista del Pais Valencià, Francesc Romeu, impulsó un documento con otros 40 cargos socialistas reclamando la «revocación y denuncia urgente del concordato con la Santa Sede».
«Es el momento de la claridad y de posicionarnos contra la derecha, ofreciendo una alternativa clara, directa, de izquierdas y republicana», añadía el documento encabezado por Romeu.
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