Vestido de miliciano, desvió una turba que quería quemar su seminario: hoy es Siervo de Dios
Los mártires que provocó la Guerra Civil se cuentan por centenares y, aunque, se trata de un acontecimiento trágico de la historia, el valor y aprecio por Dios que tuvieron estos hombres y mujeres sigue siendo un gran ejemplo para todos los creyentes. El seminarista José Ballesta Pozuelo fue uno de ellos, y para difundir su vida, la parroquia San Miguel Arcángel de Redován (Alicante) ha editado el libro José, corazón encendido. Una biografía ilustrada de este joven, valiente y entregado a Dios, que murió asesinado al grito de: "¡Viva Cristo Rey!".
José Ballesta Pozuelo nació en 1915, en una familia muy practicante de Redován (Alicante). Cuando tenía trece años ingresó en el Seminario Diocesano de San Miguel de Orihuela, donde, desde el primer momento, demostró gran capacidad para los estudios y se le concedió una beca para ir a Roma. Con la proclamación de la II República, y sus imposiciones laicistas, Ballesta era siempre el primero en volver para iniciar el nuevo curso en el seminario.
Murió con los brazos en cruz y al grito de: "¡Viva Cristo Rey!".
Uno de los episodios más impresionantes de su vida tuvo lugar siendo, precisamente, seminarista, a la edad de 20 años. En medio del clima anticlerical previo a la Guerra Civil, un grupo de personas se manifestaba, cuando Ballesta, en cabeza y vestido de miliciano, desvió la manifestación hacia otra plaza, en la que se debía celebrar otro acto, y gritó: "primero vamos al mitin y después quemamos el seminario". Luego, se les hizo tarde.
Estallada la Guerra Civil Española, en julio de 1936, el Siervo de Dios pasó varias veces por la cárcel, siempre con un ejemplar comportamiento cristiano y sacerdotal. "Puesto de rodillas, nos hablaba de la Pasión del Señor de tal modo que todos estábamos dispuestos a morir por Dios", comentaba uno de sus compañeros de cautiverio. Ballesta, sabiendo que la entrada de los milicianos en la iglesia-cárcel, donde se encontraba, era para llevarlo a la muerte, logró escapar. Al día siguiente, pensó que podían hacer daño a un tío suyo por no delatarlo, él mismo se presentó en el comité, poniéndose a disposición de sus verdugos.
Un encargo muy especial
Una vez llevado a la carretera donde iba a ser fusilado, el Siervo de Dios volvió a escapar. Se puso a correr por entre los riscos, mientras los milicianos aceptaban dejarlo a su suerte. Pero al momento, José Ballesta Pozuelo volvió corriendo a donde estaban sentados los que iban a ser ejecutados. Pidió perdón por haber echado a correr, dio un abrazo al chófer para sus padres, y le entregó su reloj con este recado: "Diles que perdonen a estos hombres, porque yo también los he perdonado".
De rodillas, con los brazos en cruz y teniendo en su mano derecha una imagen del Corazón de Jesús, Ballesta gritó: "¡Viva Cristo Rey!". A continuación, con 21 años y en la festividad de Todos los Santos, fue fusilado. Sus restos mortales descansan en la Iglesia Parroquial de su pueblo natal.
Prologada por José Ignacio Munilla, obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante, la obra está adaptada para jóvenes y tiene sesenta páginas a todo color, ilustradas por la diseñadora Pati Trigo. Ha sido escrita por Eloy Martín, párroco de Redován, y se puede adquirir a través de esa misma parroquia o del Seminario de Orihuela.