Asesorarse sobre endowment funds, para financiar con ética responsable a las entidades eclesiales

“Sacar rentabilidad al patrimonio de la Iglesia no es especular, es saber autofinanciarse para servir mejor a la sociedad y llevar a cabo los objetivos sociales y caritativos de la Iglesia”, afirma María Vázquez, socia-directora de Gestión Fondo Educativo (www.gestionfondoeducativo.es). 

Esta empresa con sede en Madrid nació en 2005 y se dedica "exclusivamente a la gestión y asesoramiento institucional tipo endowment". Los endowment funds, explican, son las reservas financieras de instituciones que tienen por objetivo comprometerse con desarrollos a largo plazo. Y la Iglesia, con sus escuelas, fundaciones, congregaciones, es un ejemplo de desarrollo a largo plazo. 

“La buena gestión de la Iglesia pasa por rentabilizar sus talentos, y entre otros, su patrimonio financiero, para cumplir los objetivos de evangelización y solidaridad con los más necesitados”.  

Un sistema común en la Iglesia en EEUU

En Estados Unidos, la financiación por endowment funds es común en las entidades católicas. 

“Es algo propio de las fundaciones. Se trata de un fondo constituido por una aportación inicial de la fundación y que se gestiona por profesionales expertos del mundo financiero; la rentabilidad conseguida año a año se destina tanto a financiar proyectos deficitarios como a acrecentar el patrimonio para seguir generando beneficios a largo plazo”, explica María Vázquez, que lleva gestionando este tipo de fondos desde hace más de trece años, es decir, los primeros en España en gestionar este tipo de inversión éticamente responsable y que se ajusta a la Doctrina Social de la Iglesia.  

En España hay desconocimiento y poca cultura sobre las inversiones éticas y no pocas instituciones religiosas y fundaciones consideran que destinar una parte de su patrimonio para invertir de manera ética es gastar un dinero que se necesita.

“En un fondo así, se pone el dinero a trabajar para que dé frutos. Se hace necesaria una labor educativa y pedagógica entre las instituciones de la Iglesia Católica para entender este concepto. Las entidades religiosas tienen que aprender a invertir de forma responsable para mejorar su sostenibilidad”, expone María Vázquez.

Así, “la Iglesia como accionista debería invertir en aquellos que apoyan a empresas que promueven el desarrollo económico en comunidades deprimidas y que ayudan a la Iglesia a responder a las necesidades locales y regionales”.

Una inversión a largo plazo pero eficaz

Vázquez asegura que, si se invierte un porcentaje del patrimonio en fondos endowment, en 15 años se duplicará la inversión y los intereses anuales permitirán sostener las actividades caritativas y de evangelización. “Las universidades y diócesis norteamericanas llevan años autofinanciándose de esta manera”.  

En esta línea insiste que las instituciones de la Iglesia necesitan (como cualquier cristiano) buscar el beneficio de sus recursos,” pero de forma ética, huyendo de la especulación y buscando criterios que humanicen”.

Un endowment fund se asemeja a un árbol: una inversión inicial importante, años de crecimiento, pero beneficios para una entidad que crece por décadas

Una inversión más ética y rentable

Uno de los objetivos de Gestión Fondo Educativo es intentar, como inversor, que las empresas en las que invierten actúen mejor y éticamente responsable. Actualmente, Gestión Fondo Educativo asesora a una docena de fundaciones que quieren que sus inversiones cumplan con unos principios éticos, así como aumentar su patrimonio para sostener sus obras apostólicas.

Las nuevas recomendaciones de la Santa Sede

En mayo de 2018 la Santa Sede ha publicado un documento sobre las finanzas de las entidades católicas:  Oeconomicae et pecuniariae quaestiones (Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico y financiero). En él, se insta a “desarrollar una nueva economía más atenta a los principios éticos y a la nueva regulación de la actividad financiera, neutralizando los aspectos depredadores y especulativos y dando valor al servicio a la economía real”.

“Esto es precisamente lo que debemos hacer los asesores financieros que queremos ayudar a la Iglesia Católica”, sostiene Vázquez. Este documento aconseja a las congregaciones contar con profesionales en asuntos económicos, conocedores de las  peculiaridades de cada institución religiosa, y expertos en el ámbito de intervención.

Asimismo, en el uso y en la gestión de los recursos financieros se han de respetar los criterios de prudencia en la selección de los productos y verificar la legalidad y los aspectos éticos de la inversión.

“No hay muchos profesionales financieros que reúnan estos requisitos, y en Gestión Fondo Educativo ofrecemos todos y cada uno de los puntos que aconseja el documento pontificio”, apunta María Vázquez.