Tras sus amenazas de denunciar el Concordato de 1979
¿Por qué no temen los católicos el «viejo y trasnochado anticlericalismo» de Rubalcaba?
No basta una mayoría parlamentaria para denunciar los Acuerdos con el Vaticano sino que también ambas partes admitan la posibilidad de denuncia.
Las amenazas lanzadas desde Sevilla el fin de semana que pasó por el nuevo secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de denunciar el Concordato entre la Santa Sede y el Estado español, si el Gobierno de Rajoy, según su opinión, sigue retrocediendo a posiciones de hace 30 años, han suscitado las críticas de diversos representantes de la Iglesia....
Ya ayer Juan Manuel de Prada evidenciaba la "brutalidad" de estas amenazas, señalando que para el líder socialista la cosa era clara: "el enemigo nos es la derecha sino la Iglesia". El escritor apuntaba, además, la imposibilidad de la propuesta de revisar los Acuerdos internacionales con la Santa Sede firmados en enero de 1979.
Las críticas también se han escuchado desde los ambientes universitarios. El director general de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, Raúl Mayoral, lamentó por su parte el "viejo anticlericalismo decimonónico y trasnochado que, conservado en formol, mantienen los dirigentes de un PSOE, que algún día debería hacer su ´transición´ si quiere ser un partido moderno".
De otro lado, el presidente del Centro Jurídico Tomás Moro, Javier María Pérez-Roldán, aseguró ayer que "actualmente no existe ningún conflicto entre la Iglesia y el Estado, por lo que es inoportuno que el PSOE intente crear un conflicto donde no existe".
A juicio de Pérez-Roldán, "tal manera de proceder introduce un desajuste poco honesto en el debate político, pues en vez de argumentos y razones, aporta rencor y venganza, que es algo incompatible con un ejercicio recto de su deber de oposición".
Asimismo la plataforma ciudadana Hazteoir.org criticó la intervención del sucesor de Zapatero en Ferraz. Su portavoz, Miguel Vidal, afirmó que "ya no sorprende que la única propuesta concreta del líder del PSOE sea la de arremeter contra la Iglesia católica, porque "el anticlericalismo y el laicismo extremo están en los genes políticos del PSOE".
¿Denunciar un tratado internacional?
El profesor en Derecho Canónico y especialista en Relaciones Iglesia-Estado de la Universidad de Navarra, Jorge Otaduy, explicó para ABC que al tratarse de un tratado internacional "no basta con contar con una mayoría parlamentaria para denunciarlo", sino que es necesario que "ambas partes —Estado y Santa Sede— admitan la posibilidad de denuncia", de acuerdo a lo que establecen las normas de Derecho Internacional. "En un Estado de Derecho es muy difícil eludir los compromisos jurídicos internacionales. Supongo que el señor Rubalcaba sabe estas cosas, pero él no habla para juristas", subrayó.
En la misma línea de argumentación se encuentra Francisco García Magán, profesor de Derecho Concordatario y exdiplomático de la Santa Sede. Según el sacerdote, en los ambientes eclesiales "no hay ningún temor" a que se retiren estos concordatos, cuya única función "no es fijar privilegios" sino "especificar y concretar el derecho a la libertad religiosa", como ya se hace con otras confesiones minoritarias a través de acuerdos de cooperación.
Según el experto, es la propia Constitución la que "da el mandato de establecer relaciones de cooperación con la Iglesia católica". "Aunque se denunciasen los acuerdos , está la Constitución", comentó.
Por ello, García Magán considera que las palabras de Rubalcaba son "una oportunidad política para arañar votos dentro del partido".
Ya ayer Juan Manuel de Prada evidenciaba la "brutalidad" de estas amenazas, señalando que para el líder socialista la cosa era clara: "el enemigo nos es la derecha sino la Iglesia". El escritor apuntaba, además, la imposibilidad de la propuesta de revisar los Acuerdos internacionales con la Santa Sede firmados en enero de 1979.
Las críticas también se han escuchado desde los ambientes universitarios. El director general de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, Raúl Mayoral, lamentó por su parte el "viejo anticlericalismo decimonónico y trasnochado que, conservado en formol, mantienen los dirigentes de un PSOE, que algún día debería hacer su ´transición´ si quiere ser un partido moderno".
De otro lado, el presidente del Centro Jurídico Tomás Moro, Javier María Pérez-Roldán, aseguró ayer que "actualmente no existe ningún conflicto entre la Iglesia y el Estado, por lo que es inoportuno que el PSOE intente crear un conflicto donde no existe".
A juicio de Pérez-Roldán, "tal manera de proceder introduce un desajuste poco honesto en el debate político, pues en vez de argumentos y razones, aporta rencor y venganza, que es algo incompatible con un ejercicio recto de su deber de oposición".
Asimismo la plataforma ciudadana Hazteoir.org criticó la intervención del sucesor de Zapatero en Ferraz. Su portavoz, Miguel Vidal, afirmó que "ya no sorprende que la única propuesta concreta del líder del PSOE sea la de arremeter contra la Iglesia católica, porque "el anticlericalismo y el laicismo extremo están en los genes políticos del PSOE".
¿Denunciar un tratado internacional?
El profesor en Derecho Canónico y especialista en Relaciones Iglesia-Estado de la Universidad de Navarra, Jorge Otaduy, explicó para ABC que al tratarse de un tratado internacional "no basta con contar con una mayoría parlamentaria para denunciarlo", sino que es necesario que "ambas partes —Estado y Santa Sede— admitan la posibilidad de denuncia", de acuerdo a lo que establecen las normas de Derecho Internacional. "En un Estado de Derecho es muy difícil eludir los compromisos jurídicos internacionales. Supongo que el señor Rubalcaba sabe estas cosas, pero él no habla para juristas", subrayó.
En la misma línea de argumentación se encuentra Francisco García Magán, profesor de Derecho Concordatario y exdiplomático de la Santa Sede. Según el sacerdote, en los ambientes eclesiales "no hay ningún temor" a que se retiren estos concordatos, cuya única función "no es fijar privilegios" sino "especificar y concretar el derecho a la libertad religiosa", como ya se hace con otras confesiones minoritarias a través de acuerdos de cooperación.
Según el experto, es la propia Constitución la que "da el mandato de establecer relaciones de cooperación con la Iglesia católica". "Aunque se denunciasen los acuerdos , está la Constitución", comentó.
Por ello, García Magán considera que las palabras de Rubalcaba son "una oportunidad política para arañar votos dentro del partido".
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