Pedro Lezáun, alcalde del valle de Ezcaberte
Un alcalde apoyado por Bildu defiende la construcción de una Cartuja en Navarra
Pedro Lezáun, alcalde del municipio navarro del valle de Ezcaberte por la Agrupación Independiente Vecinos por Ezcaberte (AIVE,) llegó a la alcaldía gracias a los votos de las agrupaciones NaBai y Bildu.
Sin embargo, el equipo de gobierno son dos personas de nueve, algo que lo pone en un escenario "complicado". "Estoy en una situación muy difícil. Ni tengo a favor a unos, ni tengo a favor a otros. Voy a intentar consensuar un poco las cosas con todo el mundo", comparte en una entrevista publicada por el Diario de Navarra.
Quizás como fruto de esta estrategia de "consensuar para sobrevivir", es que el Lezáun -de 46 años, nacido en Pamplona, vecino de Arre desde hace 12 años y de profesión conductor del transporte público comarcal-defiende la construcción de una Cartuja, la de Náguiz, en su municipio.
Preguntado sobre el estado actual del proyecto de construcción, el alcalde comparte que "tras examinar el proyecto el arquitecto se ha visto que es un poco más grande que lo que inicialmente había aprobado el Gobierno foral y lo que he decidido, para que no exista ningún problema, es volver a mandarlo al Gobierno para que lo examine, nos dé su parecer y a partir de ese momento es una licencia reglada".
Ante la pregunta del diario "¿Por qué considera que es buena una Cartuja para el valle?", Lezáun contesta con otras otras: "¿Y por qué no es bueno?, ¿por qué es malo? Esa es la pregunta. Hablamos de Leyre o de San Miguel de Aralar y a nadie se le ocurriría decir que son malos. He estado viendo la Cartuja de Valencia y me encontré un Leyre o un San Miguel de Aralar. Por qué sí o por qué no. Por qué no, esa sería la pregunta. No encuentro ninguna razón".
El alcalde explica que ninguno de los ocho informes técnicos es "desfavorable" y defiende que como alcalde o concejal "no puedo decir iglesia sí o iglesia no".
"¿Cumple los requisitos o no los cumple? Si los cumple, los cumple y punto. Vamos a tener un sitio por el cual la gente va a querer venir al valle, un elemento diferenciador, un espacio que va a estar mejor cuidado... No hallo un argumento para decir no. El único que puedes decir, si no eres católico, es que no me gusta, pero tenemos ahí al lado en Sarasa un convento budista y nadie ha chillado", sentencia.
Sin embargo, el equipo de gobierno son dos personas de nueve, algo que lo pone en un escenario "complicado". "Estoy en una situación muy difícil. Ni tengo a favor a unos, ni tengo a favor a otros. Voy a intentar consensuar un poco las cosas con todo el mundo", comparte en una entrevista publicada por el Diario de Navarra.
Quizás como fruto de esta estrategia de "consensuar para sobrevivir", es que el Lezáun -de 46 años, nacido en Pamplona, vecino de Arre desde hace 12 años y de profesión conductor del transporte público comarcal-defiende la construcción de una Cartuja, la de Náguiz, en su municipio.
Preguntado sobre el estado actual del proyecto de construcción, el alcalde comparte que "tras examinar el proyecto el arquitecto se ha visto que es un poco más grande que lo que inicialmente había aprobado el Gobierno foral y lo que he decidido, para que no exista ningún problema, es volver a mandarlo al Gobierno para que lo examine, nos dé su parecer y a partir de ese momento es una licencia reglada".
Ante la pregunta del diario "¿Por qué considera que es buena una Cartuja para el valle?", Lezáun contesta con otras otras: "¿Y por qué no es bueno?, ¿por qué es malo? Esa es la pregunta. Hablamos de Leyre o de San Miguel de Aralar y a nadie se le ocurriría decir que son malos. He estado viendo la Cartuja de Valencia y me encontré un Leyre o un San Miguel de Aralar. Por qué sí o por qué no. Por qué no, esa sería la pregunta. No encuentro ninguna razón".
El alcalde explica que ninguno de los ocho informes técnicos es "desfavorable" y defiende que como alcalde o concejal "no puedo decir iglesia sí o iglesia no".
"¿Cumple los requisitos o no los cumple? Si los cumple, los cumple y punto. Vamos a tener un sitio por el cual la gente va a querer venir al valle, un elemento diferenciador, un espacio que va a estar mejor cuidado... No hallo un argumento para decir no. El único que puedes decir, si no eres católico, es que no me gusta, pero tenemos ahí al lado en Sarasa un convento budista y nadie ha chillado", sentencia.
Comentarios