Una media de 943 euros por espectador
La Generalitat se gasta 272.701 euros en obras de teatro blasfemas a las que acuden 289 personas
Gang Bang y Musicolèpsia, dos obras de carácter blasfemo y anticlerical, fracasan ante el público pero son subvencionadas.
El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) dependiente de la Consejería de Cultura de la Generalitat de Cataluña, ha destinado la cantidad de 272.701 euros a financiar el estreno de dos obras de teatro muy polémicas como Gang Bang (Abierto hasta la hora del Ángelus) y Musicolèpsia (Rapsodia para siete putas), de alto contenido anticristiano y blasfemas.
La primera representaba una orgía gay coincidiendo con la visita papal a la Ciudad Condal, y la segunda ironizaba sobre los pecados capitales a través de los Papas.
Un socialista al frente de Cultura
El socialista Ferran Mascarell, consejero de Cultura en el Gobierno del convergente Artur Mas ha señalado los gastos de dinero público que han acarreado la puesta en escena de ambas obras, indicando que "Gang Bang logró 152 espectadores por función y supuso un gasto de 171.257,24 euros, mientras que Musicolépsia consiguió 137 espectadores y costó 101.444,73 euros".
Un arte con mucha intención
Gang Bang del dramaturgo Josep Maria Miró Corominas una obra de teatro en la que el autor sitúa la acción en “un local de hombres donde se practica el sexo” y la hace coincidir con la visita de Benedicto XVI a Barcelona. Aparecen “una catequista drogada” y un joven que “quiere ofrecer su cuerpo a todos los que deseen poseerlo” para celebrar sus 18 años y la llegada del Papa, señala Forum Libertas.
El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) curiosamente, hizo coincidir la representación de la obra con el tiempo de Cuaresma, ya que ésta se representó el 24 de marzo hasta el 17 de abril en la sala Tallers del citado Teatre Nacional de Catalunya.
Musicolèpsia (Rapsodia para siete putas)
La compañía de danza Lanònima Imperial, que celebra su XXV aniversario, es la responsable de éste montaje que ha recibido una generosa subvención por parte del presupuesto del Gobierno autonómico de Cataluña.
Musicolèpsia se acerca al teatro popular y al cabaret para plantear diferentes parámetros referentes al anecdotario papal, siempre en clave de excesos y con los pecados capitales de por medio.
«No nos interesa la polémica y no nos queremos dejar contaminar por este tipo de provocaciones gratuitas. No tenemos nada que ver con “Gang Bang”. Nosotros sólo hemos hecho un cabaret divertido con cierta sorna anticlerical», afirmó Juan Carlos García, creador y director del montaje.
La protesta de E-Cristians
La plataforma de acción ciudadana E-Cristians, fundada y presidida por Josep Miró i Àrdevol, ha estado en la vanguardia de las denuncias de este tipo de montajes, supuestamente artísticos, que ofenden los sentimientos de los creyentes.
En el manifiesto a propósito de esta subvenciones señalaban: “Manifestamos la más enérgica protesta por la programación del TNC. De manera simultánea se exhibirán dos obras, Gang Bang y Musicolèpsia que centran su trama en el desprestigio y la ofensa a las creencias y valores de los católicos, con tratamientos de una morbosidad fuera de serie”.
El trato que de manera reiterada da el TNC a los católicos “no tiene precedente ni paralelismo”, según la asociación. “La cultura y los medios de comunicación pagados con impuestos no deben ser armas de una guerra cultural contra ningún grupo religioso o étnico. De la misma manera que no aceptaríamos el escarnio de los homosexuales, de los gitanos o de los judíos en una obra de teatro, los católicos no podemos ser menos”.
La primera representaba una orgía gay coincidiendo con la visita papal a la Ciudad Condal, y la segunda ironizaba sobre los pecados capitales a través de los Papas.
Un socialista al frente de Cultura
El socialista Ferran Mascarell, consejero de Cultura en el Gobierno del convergente Artur Mas ha señalado los gastos de dinero público que han acarreado la puesta en escena de ambas obras, indicando que "Gang Bang logró 152 espectadores por función y supuso un gasto de 171.257,24 euros, mientras que Musicolépsia consiguió 137 espectadores y costó 101.444,73 euros".
Un arte con mucha intención
Gang Bang del dramaturgo Josep Maria Miró Corominas una obra de teatro en la que el autor sitúa la acción en “un local de hombres donde se practica el sexo” y la hace coincidir con la visita de Benedicto XVI a Barcelona. Aparecen “una catequista drogada” y un joven que “quiere ofrecer su cuerpo a todos los que deseen poseerlo” para celebrar sus 18 años y la llegada del Papa, señala Forum Libertas.
El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) curiosamente, hizo coincidir la representación de la obra con el tiempo de Cuaresma, ya que ésta se representó el 24 de marzo hasta el 17 de abril en la sala Tallers del citado Teatre Nacional de Catalunya.
Musicolèpsia (Rapsodia para siete putas)
La compañía de danza Lanònima Imperial, que celebra su XXV aniversario, es la responsable de éste montaje que ha recibido una generosa subvención por parte del presupuesto del Gobierno autonómico de Cataluña.
Musicolèpsia se acerca al teatro popular y al cabaret para plantear diferentes parámetros referentes al anecdotario papal, siempre en clave de excesos y con los pecados capitales de por medio.
«No nos interesa la polémica y no nos queremos dejar contaminar por este tipo de provocaciones gratuitas. No tenemos nada que ver con “Gang Bang”. Nosotros sólo hemos hecho un cabaret divertido con cierta sorna anticlerical», afirmó Juan Carlos García, creador y director del montaje.
La protesta de E-Cristians
La plataforma de acción ciudadana E-Cristians, fundada y presidida por Josep Miró i Àrdevol, ha estado en la vanguardia de las denuncias de este tipo de montajes, supuestamente artísticos, que ofenden los sentimientos de los creyentes.
En el manifiesto a propósito de esta subvenciones señalaban: “Manifestamos la más enérgica protesta por la programación del TNC. De manera simultánea se exhibirán dos obras, Gang Bang y Musicolèpsia que centran su trama en el desprestigio y la ofensa a las creencias y valores de los católicos, con tratamientos de una morbosidad fuera de serie”.
El trato que de manera reiterada da el TNC a los católicos “no tiene precedente ni paralelismo”, según la asociación. “La cultura y los medios de comunicación pagados con impuestos no deben ser armas de una guerra cultural contra ningún grupo religioso o étnico. De la misma manera que no aceptaríamos el escarnio de los homosexuales, de los gitanos o de los judíos en una obra de teatro, los católicos no podemos ser menos”.
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