Entrevista a Carlos Romero
El presidente de la ACdP: la Iglesia tiene enemigos fuera (el Gobierno de ZP) y dentro de ella
«El católico tiene que comprometerse mucho más tras esta pasada (legislatura) de Zapatero, en la que nos está dando toda la caña que puede», afirma Romero.
El padre Andrés Ramos, lalinés universal que trasciende las puertas vaticanas, es el consuelo de las almas que se propagan por los caminos de la Sexta Provincia. Él, que siempre comparte lo poco que tiene, nos ha invitado a cenar al almirante González-Aller (gloria de Villarube) y a un servidor (humilde vetton converso) uno de sus cocidos gozosos: berzas celestiales, garbanzos seráficos y cachucha terrenal.
La verdad es que hemos salido del encuentro plenos de cuerpo y pletóricos de alma, pues el de Lalín, que no da puntada sin hilo, ha estado aderezando todo el ágape con la historia de aquel guarnicionero de la ciudad de Tarso que proclamaba su orgullo por ganarse el sustento con sus propias manos. Es la historia de Saulo, a quien todos consideraban judío militante y radical, perseguidor furibundo de cristianos, pese a que su pensamiento y escritura fuesen en griego. En Saulo de Tarso no escaseaban los elementos culturales helenísticos, si bien su formación no llegaba a la demostrada por el gran Filón de Alejandría, el más célebre filósofo de entre sus coetáneos. Los Hechos de los Apóstoles, en su capítulo 9, relatan detalladamente la conversión de Saulo al cristianismo.
Al parecer, camino de Damasco, recibió una señal proveniente del cielo... A partir de ahí, el joven guarnicionero pasa a llamarse Pablo y cambia su obsesión de perseguir cristianos, a cuya religión se convierte, por la pasión de proclamar y predicar la nueva palabra del Dios de los cristianos... Les cuento todo esto porque la figura de San Pablo representa en mi formación escolar, universitaria y profesional, a esa Iglesia combativa con la palabra hecha testimonio, la que se incrusta en la realidad social, la viajera, la docente, aquella que se imbrica en la comunicación.
Les aseguro que nadie había sabido precisarme la razón por la que el Santo nacido en Tarso es representado por toda la iconografía católica con una espada, hasta que me lo ha explicado Antonio González-Aller de forma precisa: "Es la simbología que encarna a la perfección mi amigo, paisano y compañero, el capitán de Navío Carlos Romero Caramelo...".
Dicho y hecho. El Almirante, que no falla nunca en la derrota de la Sexta Provincia (entiéndase "derrota" en su acepción marinera), me ha convocado a compartir charla y mantel con el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas. El relato de Andrés Ramos se me ha ido viniendo a la cabeza una y otra vez, a medida que progresaba mi charla con Carlos Romero. Este gallego profundo es miembro de una de las sagas de marinos más emblemática de nuestra Armada: hijo de almirante, hermano de almirantes y capitanes de Navío, se forjó en la Escuela Naval Militar.
Por tal condición, se autodefine como "marino de guerra", lo que me evoca la espada de Saulo. Se da además en él la circunstancia de que ha sido elegido presidente de la ACdP en su 98 Asamblea, celebrada el pasado mes de febrero, por lo que también se confiesa "católico hasta las trancas", lo que me evoca la cruz que con tanto tesón supo defender el Santo de Tarso. Cruz y espada, por tanto, para la Sexta Provincia:
"Ser católico ahora -afirma Romero Caramelo- es algo tan importante como comprometido. Serlo durante el franquismo era fácil, pues apenas había otra opción. Hoy es más complicado, por lo que hay que tener mayor obligación que nunca".
-¿Cuanto peor, mejor?
-Pretendo significar que ir a misa los domingos no es suficiente, hay que implicarse mucho más. Yo, como soy de carácter optimista, creo que nos vienen estupendamente estas dificultades...
-¿Los tiempos difíciles son tamiz de cobardes...?
-El católico tiene que comprometerse mucho más tras esta pasada de Zapatero, en la que nos está dando toda la caña que puede. Yo lo agradezco, porque, gracias a su obsesión, los católicos no nos hemos dormido.
-¿Tiene enemigos la Iglesia?
-Unos fuera, como el gobierno de Zapatero y, otros, como muy bien ha señalado el Papa, dentro de la propia Iglesia.
-El Papa ha dicho que cada uno es su propio enemigo...
-Por eso tenemos que mirar hacia dentro de nosotros, saber lo que estamos haciendo, meditar sobre el testimonio que damos. Nuestros hijos harán lo que vean en nosotros.
-¿Y que deberían ver en nosotros?
-El Papa nos está diciendo: "Beatos los gentiles". Yo no me canso de repetirlo, porque tenemos que estar implicados con la realidad, haciendo nuestra labor de católicos.
-Te intuyo combativo...
-Al brasero todos somos muy buenos y pensamos que los de fuera de casa son los pecadores... Pero donde hace frío y truena es afuera, a las puertas de la casa.
-Vamos, que la "tropa" está la mar de a gusto acuartelada...
-Hay que salir, hablar y convencer mediante el debate, la discusión y el diálogo: con la palabra. No se trata de instalarnos en la soberbia ni de sentirnos en posesión de la única razón...
Carlos Romero Caramelo preside la asociación fundada en 1909 por el jesuita Ángel Ayala y cuyo primer presidente fue Ángel Herrera Oria. En la actualidad, el cargo también implica ser presidente de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU y gran canciller de las universidades CEU Abat Oliba (Barcelona), Cardenal Herrera (Valencia) y San Pablo (Madrid).
Este ferrolano de discurso apasionado y medido, en el que la razón y la fe parecen conciliarse suavemente, sigue las enseñanzas de Pablo, ya sea a caballo o a pie. Como buen capitán de navío, sabe que tiene ante sí un reto apasionante, pues la Iglesia, cuya capacidad de supervivencia quizá sea el primer milagro a tener en cuenta de su propia historia, es capaz de superar cualquier adversidad... incluso las propias.
Tras sus gafas de montura metálica, muestra una mirada firme, con la que se percata de todo sin sobresalto. Demuestra en su gesto sosegado una paz de espíritu envidiable, sin estridencias, salpicando su conversación con un sentido del humor suave que se agradece...
"Pese a que pueda sonar incorrecto a algunos oídos interesados, no soy partidario de que haya partidos católicos sino católicos en los partidos".
-Vamos, que ser "demo" e "cristiano" a o mesmo tempo é cousa imposible...
-Sin demonio, que es la encarnación del mal, Dios no habría tenido que enviar a su hijo para salvarnos.
-¿Menos rosario y más San Pablo?
-La oración es necesaria. Cuanto más se reza, mejor te va. El refranero dice: "A Dios rogando y con el mazo dando..." Pues bien, nada de mazo, es la palabra lo que nos hace libres.
-¿Decidió la Iglesia abandonar libremente los medios de comunicación que había fundado el cardenal Herrera por toda España?
-En ese terreno hemos tenido bastante dejadez. Nos instalamos en la comodidad y los perdimos voluntariamente. Estoy convencido de que ese proceso se estudiará con calma algún día.
-Es decir, que mantuvo la palabra y perdió el altavoz...
-Sin duda, pero ahora el mensaje católico encuentra una gran oportunidad en ese nuevo mundo digital.
-¿Y los medios tradicionales?
-Será genial cuando en todos los medios haya una representación de periodistas católicos.
-¿En un medio católico podrían trabajar agnósticos?
-Por supuesto. Sólo habría una condición: ser respetuosos con el ideario católico. Lo mismo debería pasar en los medios llamados "progresistas", pero a la recíproca. Lo importante de los periodistas, mis dos hijos lo son, es que sean buenos profesionales, como dijo Herrera Oria.
-¿Y los profesores de vuestras universidades?
-Deben ser buenos profesores. No podría ser que una universidad católica, como el CEU, sólo tuviera profesores católicos. Debe haber un poco de todo en nuestras aulas, porque la Universidad es la antesala del mundo profesional.
-¿Y la excelencia?
-Es una cuestión de organización.
-¿Si fueras rector...?
-Mis vicerrectores serían catedráticos experimentados y así sucesivamente...
-¿La excelencia la da la experiencia?
-En cualquier ámbito. Pero también son fundamentales los valores. Son dos cuestiones que deben exigirse a todos, creyentes y no creyentes.
-¿Serías capaz de convencer a un agnóstico?
-Es la obligación de todo católico. Lo que ocurre es que la conversión no es cosa nuestra, sino de Dios.
-Entonces es algo que queda en Sus manos...
-Es indudable que nosotros debemos echar una mano, difundiendo Su palabra.
-¿Por qué unos tienen fe y otros no?
-Porque la fe hay que desearla. En la infinita bondad de Dios, si una persona se dirige a Él humildemente y le dice que necesita fe, jamás recibirá un no por respuesta.
-¿La Iglesia es de los ricos o de los pobres?
Ah, la vieja cuestión... Es de los pobres. Lo que ocurre es que los ricos, entendidos como quienes tienen más de lo estrictamente necesario, son quienes deben preocuparse por los más pobres.
-¿Eso lo saben quienes se postinean de ser católicos?
-Beotas, lo de postinearse y ser católico no se comparece. Si faltaran los pobres, la Iglesia dejaría de ser necesaria.
-Defíneme qué es un "pobre".
-En los pobres hay que incluir a la gente que sufre, ya sea por enfermedad del cuerpo o del alma.
-Entonces conozco a muchos pobres que están forrados de pasta...
-Créeme: ésa es su cárcel.
-¿Conociste el cielo en vida?
-Conocí el cielo en mi madre. Lo sentí cuando nacieron mis hijos y los tuve en mis brazos... Es una sensación muy difícil de olvidar, una felicidad plena, única. Me di cuenta de que aquellos seres humanos eran mi propia vida, tal y como me hizo sentir siempre mi madre.
-¿Lo que no olvidaste de tu padre?
-Siempre me dijo que la vida está llena y hecha de pequeñas cosas. Cada día lo compruebo. Nuestras grandes decisiones, como la carrera o aceptar el compromiso de pasar la vida junto a una persona, son muy poquitas a lo largo de la vida.
-¿Cómo era él?
-Detallista, profundamente honesto y honorable. Fue ejemplo para los diez hermanos. Cinco hombres y cinco mujeres. Los varones somos todos oficiales de la Armada, dos almirantes y tres capitanes de Navío.
-¿Y tu madre?
-Nació en México, aunque era ferrolana por completo. Llegó con meses a Galicia. ¿Si te digo que era la madre más buena del mundo?
-Es porque no conociste a la mía...
-Ser madre de diez hijos no deja opción: o eres una santa o no lo eres... La mía era la bondad personificada.
-¿Dudaste entre ser marino o cura?
-Nací y crecí en una casa en la que, nada más levantar la persiana, se veía la mar... Jamás recibí presión alguna para hacerme marino, es más, mis hermanos mayores me decían que debía ser abogado del Estado.
-Herrera Oria fue cardenal y abogado del Estado...
-Pero estaba escrito que yo tenía que ser marino y no me arrepiento. He pasado momentos malos, pero también los he pasado increíbles. Pasé a la reserva voluntariamente siendo capitán de Navío, en un momento muy dulce. Ahora estoy en paz conmigo y con los míos.
-¿Qué tal en la Escuela Naval Militar?
-Gracias a ella soy marino de guerra, que es algo de lo que me siento muy orgulloso.
-¿El marino de guerra reza?
-En la escuela hay una serie de placas con frases célebres. Entre ellas, una dice: "Nada acerca tanto a Dios como la contemplación del mar". Y efectivamente es así. Me he acordado tantas veces de aquello...
-¿Más de veinte años en Cádiz aplacaron a túa galeguidade?
-Cádiz representa una época inolvidable, magnífica. A los gallegos que nos afincamos en Cádiz nos solían decir los autóctonos que estábamos allí porque "se te secaron los pies".
-¿De ahí tu paso a la reserva?
-En la ACdP empezaron a tirar de mí cada vez más. Mi ciclo en la Armada estaba cumplido, pero no mi compromiso con Dios. Por una serie de circunstancias me salió la posibilidad de irme a la reserva y la pedí. Es una decisión de la que no me arrepiento.
-¿Y tu mujer?
-Siempre a mi lado. Estamos encantados el uno con el otro, aunque ella, desgraciadamente, no tenga tantas razones para ello como yo... Ella es ama de casa, algo que nunca le agradeceré bastante, pues saber que, mientras estás navegando, tus hijos están a buen recaudo, te da la paz...
-Una incondicional...
-Sí, pero me puso una condición: que no interfiriera en su vida. Claro, le horrorizaba y le sigue horrorizando que yo me metiera en casa... Ella es un ser completamente libre.
-Me decías que tus dos hijos han seguido la senda del periodismo...
-En efecto. Cada vez que sale algo sobre los periodistas les digo de broma, para chincharles: "Si es que los periodistas sois gente despreciable..."
-Yo creo que somos mucho peor...
-Bromas aparte, jamás les hemos dicho lo que tenían que hacer con sus vidas. Sí hemos pretendido dejarles claro, mediante el ejemplo, que en el compromiso con el trabajo, la honradez y la austeridad reside el secreto de la buena vida.
-Valores que, por cierto, no están de moda...
-Pero que son indispensables y casi siempre van de la mano.
-¿Comprendieron de niños que no tendrían Play Station hasta que no pudiesen pagársela?
-La personalidad empieza a desarrollarse desde que somos pequeños, por eso no viene mal que entendamos que hay que formarse en la austeridad y en la renuncia.
-¿Volaron ya de casa?
-Siguen en puerto a sus veintiocho y veintisiete años. Yo les digo con la boca pequeña que a ver cuándo se independizan... Afortunadamente no me hacen caso. Mi mujer les llama en broma "okupas", pero sé que lloraremos el día en que se marchen, y al otro, y al otro...
-¿Hemos perdido el sentido de la familia?
-En eso también soy optimista. La familia no va a dejar de existir. No hay mejor momento en mi casa como el de cuando se apaga la televisión y hablamos los cuatro...
-¿De qué habláis?
-De muchas cosas, de lo que ocurre cada día, de los valores de vida.
-¿Como la dignidad?
-La dignidad humana es una de las causas con la que los católicos debemos estar más comprometidos. Por ejemplo, defender la vida desde el principio hasta el final, de forma natural.
-¿Y la justicia social?
-Nuestro compromiso está en facilitar estudios a aquellos que, valiendo, no se los pueden pagar. Somos inflexibles cuando detectamos ciertos abusos, pues pensamos que aquel que deba estudiar una carrera debe hacerlo, aun sin medios.
-¿Gratis total?
-Tenemos "becas-compromiso" El alumno va devolviendo el dinero cuando se pone a trabajar, sin intereses de ningún tipo. Es una buena fórmula, pues ese dinero permite que otros puedan completar el ciclo.
-No te he preguntado por el amor...
-Es el valor de los valores. Sé que muchas veces esto de amar a tu enemigo no es fácil... Pero siempre podemos bajar el listón...
-¿Odiaste?
-El odio solamente crece en la memoria, jamás en el corazón. Tengo la suerte de no odiar a nadie...
-¿Y qué siente el marino de guerra católico cuando sabe que debe dar la orden de fuego?
-Esa pregunta demuestra la dificultad de la vida. Hay decisiones que tienes que tomar y que decides como Dios te da a entender de acuerdo con la vida, con la formación y con los valores. Por eso no hay que juzgar tan fácilmente.
-Asunto complicado, mi querido amigo...
-Pero necesario... Me gusta mucho la frase de los Hechos de los Apóstoles en la que dicen que Jesucristo pasó su existencia haciendo el bien. Me encantaría que dijeran algo parecido de mí...
-¿Y cuando llegue el día del último viaje?
-No me inquieta. La trascendencia es otra... Que me incineren: así ocuparé menos y todo será más higiénico.
-¿Entonces la resurrección de los cuerpos y de las almas...?
-Creo en Dios Todopoderoso. Él sabrá lo que tiene que hacer. Lo que a nosotros nos corresponde es el culto a los muertos, que lo han hecho todas las civilizaciones a lo largo de la historia.
-Aclarado el asunto, la espada de San Pablo tiene que ver más con la coherencia que con el acero. ¿Cómo no voy a ser un devoto del cocido lalinés de Andrés Ramos y del jardín en Villarube de mis amigos Malena y Antonio?
Muy personal
Para leer: ´De periodista a cardenal´, de José María García Escudero.
Para ver: ´El nombre de la rosa´.
Para escuchar: ´La Salve Marinera´.
Para disfrutar: El Real Madrid.
Para soñar: Ser abuelo.
Para rezar: La Virgen del Carmen cada mañana.