ELECCIONES DEL 22-M
Las entidades de la Iglesia ponderan el voto cristiano: familia, vida y lucha contra la miseria
Los obispos gallegos se olvidan de la defensa del matrimonio y la vida; E-Cristians pide votar a quien desaloje al PSOE y la Confer pide que no se vote como en un plebiscito nacional.
Con motivo de las próximas elecciones del 22 de mayo algunos obispos y movimientos católicos se han pronunciado para orientar el voto con criterios de la Doctrina Social de la Iglesia. Se trata de textos y criterios elaborados todos antes de iniciarse el movimiento "15-M" o "Democracia real ya".
En Galicia, donde se celebran sólo elecciones municipales, los cuatro obispos de las cinco diócesis de la provincia eclesiástica de Compostela (la sede de Orense está vacante) han redactado un documento conjunto en el que animan a "contrastar la credibilidad y la capacidad profesional de los candidatos". Consideran que "votar es un derecho civil y constitucional del que no debemos sentirnos dispensados a no ser por motivos graves". Enumeran los temas que deben tratar los municipios: "la inmigración, el paro, el desarraigo familiar, las construcciones abusivas, etc..." No mencionan los llamados temas "no negociables" de Benedicto XVI: la defensa de la vida, el matrimonio o la libertad religiosa, si bien piden que se sirva "al bien común" y a las "exigencias materiales y espirituales" de las personas.
Los obispos de Andalucía, donde tampoco hay elecciones autonómicas, también han elaborado una nota conjunta: piden analizar «la vocación de servicio, la honradez de conducta y la austeridad de los candidatos». Recuerdan «el respeto a la vida», la «libertad religiosa», la «transparencia en la gestión», la ayuda a los pobres y parados, pero no hablan de la familia ni el matrimonio.
Por el contrario, la nota conjunta de los siete obispos de la provincia eclesiástica de Madrid (que incluye las diócesis de Madrid, Getafe y Alcalá de Henares) insiste en la defensa del derecho a la vida "desde su concepción hasta la muerte natural", la libertad religiosa, la familia y el matrimonio ("de un hombre y una mujer", especifican) y la libre elección y creación de centros educativos. Para los obispos madrileños es importante conseguir "que las escuelas estatales se abstengan de imponer una determinada educación religiosa o moral", y señalan que la defensa de la familia implica "que se facilite el acceso a una vivienda digna y a un trabajo acorde con las exigencias familiares". Piden además "mecanismos de atención especial" para los más pobres y marginados. Animan, citando el magisterio, a "elegir, entre las opiniones políticas compatibles con la fe y la ley natural, la que se conforma mejor a las exigencias del bien común".
En Asturias, donde existe una sola diócesis, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz pide en una nota "votar a quien defienda la vida en todas sus fases, la maternidad y los retos de la familia". Lamenta "ejemplos bien recientes, en donde la mentira irresponsable ha ahondado una crisis económica que afecta a un incontable número de personas y familias" y propone "elegir a quienes creíblemente pondrán remedio con la gestión de los presupuestos". También pide una "educación integral" no entendida como cincel manipulador al servicio de una ideología".
En la pequeña diócesis rural de Ciudad Rodrigo, el obispo Raúl Berzosa, hasta hace poco auxiliar de Sanz en Oviedo, recuerda en una carta pastoral que "no todos los programas electorales son compatibles con la fe ni con los valores cristianos”, aunque "ningún programa político agota ni encarna las exigencias del Evangelio y la Doctrina Social". Anima a que "no nos dejemos invadir por la desgana y la comodidad o el desencanto y hagamos uso de nuestro derecho al voto". Además de recordar la defensa de la vida, la familia y los más marginados, añade una preocupación frecuente en el campo: "en nuestra tierra debemos además trata de evitar la despoblación, dar oportunidades a los jóvenes y a los matrimonios jóvenes y cuidar nuestro patrimonio histórico y artístico".
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha recordado que su provincia tiene «los mayores índices de paro de toda España», pide una «laicidad positiva», la defensa de la vida y la familia, y la de la educación católica. Y para los jóvenes, «valores más altos» que el «preservativo y botellón».
El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, ha pedido votar programas, no «afinidades viscerales», ha afirmado que es mejor el voto en blanco que la abstención y lamenta «el monstruo de las dos Españas». "Es un mal servicio al bien común de la sociedad avivar odios y rencores del pasado con el fin de conseguir ventajas electorales", escribió.
Movimientos y realidades eclesiales
Cáritas fue la entidad más madrugadora en emitir un juicio electoral: lo hizo en un comunicado con motivo de su asamblea general el pasado 30 de enero."Convocamos a los grupos políticos para que, por una parte, propongan, asuman y cumplan los compromisos indispensables que permitan solucionar los efectos sociales de la crisis, en concreto los que se recogen en el Pacto de Estado contra la Pobreza firmado el 19 de diciembre de 2007, y, por otra, suscriban un Acuerdo Marco “por la inclusión social y el empleo de los excluidos más vulnerables”, que contemple la participación de todos los actores sociales", requería su documento.
La Confederación de Religiosos (CONFER) y Justicia y Paz han publicado por su parte un largo comunicado conjunto, en el que llaman "a la participación como un deber cívico y un acto de responsabilidad a favor del Bien Común". Piden que se tenga en cuenta "la gestión llevada a cabo hasta ahora por quienes han regido municipios y autonomías" y que no se vote en clave nacional, sino local o regional: "no se trata de un examen de la política global del Estado", aseguran. Para ellos, el foco prioritario de las elecciones está en "el paro, el incremento de la pobreza y la exclusión social". Por eso, piden atender temas como la creación de empleo, la situación de los inmigrantes sin papeles y la ayuda internacional al desarrollo. A pesar del sistema de "listas cerradas de los partidos", proponen que no se vote a personas que no merecerían el respeto de la ciudadanía por afán partidista.
Muy distinta es la postura de la influyente asociación catalana E-Cristians, que sí pide tener en cuenta el "significado plebiscitario" de estas elecciones. Según su criterio, “Rodríguez Zapatero durante siete años, ha transformado al Partido Socialista en una realidad desvinculada de la justicia social, que tiene en el laicismo de la exclusión religiosa, la ideología de género y el homosexualismo político sus nuevos referentes". E-Cristians recuerda que estas ideologías se han nutrido de subvenciones a nivel municipal y autonómico y por ello piden que "salvo excepciones concretas debidas a alcaldes que posean una actuación que se aparte de estas políticas" se voten "opciones que representen alternativas reales al Partido Socialista para garantizar su exclusión democrática del poder".
El movimiento Comunión y Liberación afirma en un comunicado que "el triste espectáculo de una vida pública dominada por la descalificación continua, la falta de diálogo y una exasperante ideologización, ha provocado un desinterés por la construcción de la polis". Proponen no sólo votar sino "trabajar con aquellas opciones políticas que acojan y favorezcan lo que ya se mueve en bien de nuestra sociedad". Y añaden: "apoyaremos a aquellos formaciones políticas que respetan la vida y favorezcan la familia como fuente de cohesión social, que valoren y sostengan con creatividad la libertad de educar y que alienten la libre iniciativa creadora del empleo".
Por último, los movimientos juveniles de Acción Católica, en vez de limitarse a un comunicado orientando el voto, han elaborado un completo documento de 15 páginas pidiendo a los jóvenes ser "corresponsables en democracia", explicando lo que la Doctrina Social de la Iglesia explica sobre la participación política, el bien común, la sunsidiariedad y el destino universal de los bienes. Piden que los jóvenes no se limiten a votar, sino que se comprometan en asociaciones, sindicatos, partidos y movimientos sociales.
En Galicia, donde se celebran sólo elecciones municipales, los cuatro obispos de las cinco diócesis de la provincia eclesiástica de Compostela (la sede de Orense está vacante) han redactado un documento conjunto en el que animan a "contrastar la credibilidad y la capacidad profesional de los candidatos". Consideran que "votar es un derecho civil y constitucional del que no debemos sentirnos dispensados a no ser por motivos graves". Enumeran los temas que deben tratar los municipios: "la inmigración, el paro, el desarraigo familiar, las construcciones abusivas, etc..." No mencionan los llamados temas "no negociables" de Benedicto XVI: la defensa de la vida, el matrimonio o la libertad religiosa, si bien piden que se sirva "al bien común" y a las "exigencias materiales y espirituales" de las personas.
Los obispos de Andalucía, donde tampoco hay elecciones autonómicas, también han elaborado una nota conjunta: piden analizar «la vocación de servicio, la honradez de conducta y la austeridad de los candidatos». Recuerdan «el respeto a la vida», la «libertad religiosa», la «transparencia en la gestión», la ayuda a los pobres y parados, pero no hablan de la familia ni el matrimonio.
Por el contrario, la nota conjunta de los siete obispos de la provincia eclesiástica de Madrid (que incluye las diócesis de Madrid, Getafe y Alcalá de Henares) insiste en la defensa del derecho a la vida "desde su concepción hasta la muerte natural", la libertad religiosa, la familia y el matrimonio ("de un hombre y una mujer", especifican) y la libre elección y creación de centros educativos. Para los obispos madrileños es importante conseguir "que las escuelas estatales se abstengan de imponer una determinada educación religiosa o moral", y señalan que la defensa de la familia implica "que se facilite el acceso a una vivienda digna y a un trabajo acorde con las exigencias familiares". Piden además "mecanismos de atención especial" para los más pobres y marginados. Animan, citando el magisterio, a "elegir, entre las opiniones políticas compatibles con la fe y la ley natural, la que se conforma mejor a las exigencias del bien común".
En Asturias, donde existe una sola diócesis, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz pide en una nota "votar a quien defienda la vida en todas sus fases, la maternidad y los retos de la familia". Lamenta "ejemplos bien recientes, en donde la mentira irresponsable ha ahondado una crisis económica que afecta a un incontable número de personas y familias" y propone "elegir a quienes creíblemente pondrán remedio con la gestión de los presupuestos". También pide una "educación integral" no entendida como cincel manipulador al servicio de una ideología".
En la pequeña diócesis rural de Ciudad Rodrigo, el obispo Raúl Berzosa, hasta hace poco auxiliar de Sanz en Oviedo, recuerda en una carta pastoral que "no todos los programas electorales son compatibles con la fe ni con los valores cristianos”, aunque "ningún programa político agota ni encarna las exigencias del Evangelio y la Doctrina Social". Anima a que "no nos dejemos invadir por la desgana y la comodidad o el desencanto y hagamos uso de nuestro derecho al voto". Además de recordar la defensa de la vida, la familia y los más marginados, añade una preocupación frecuente en el campo: "en nuestra tierra debemos además trata de evitar la despoblación, dar oportunidades a los jóvenes y a los matrimonios jóvenes y cuidar nuestro patrimonio histórico y artístico".
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha recordado que su provincia tiene «los mayores índices de paro de toda España», pide una «laicidad positiva», la defensa de la vida y la familia, y la de la educación católica. Y para los jóvenes, «valores más altos» que el «preservativo y botellón».
El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, ha pedido votar programas, no «afinidades viscerales», ha afirmado que es mejor el voto en blanco que la abstención y lamenta «el monstruo de las dos Españas». "Es un mal servicio al bien común de la sociedad avivar odios y rencores del pasado con el fin de conseguir ventajas electorales", escribió.
Movimientos y realidades eclesiales
Cáritas fue la entidad más madrugadora en emitir un juicio electoral: lo hizo en un comunicado con motivo de su asamblea general el pasado 30 de enero."Convocamos a los grupos políticos para que, por una parte, propongan, asuman y cumplan los compromisos indispensables que permitan solucionar los efectos sociales de la crisis, en concreto los que se recogen en el Pacto de Estado contra la Pobreza firmado el 19 de diciembre de 2007, y, por otra, suscriban un Acuerdo Marco “por la inclusión social y el empleo de los excluidos más vulnerables”, que contemple la participación de todos los actores sociales", requería su documento.
La Confederación de Religiosos (CONFER) y Justicia y Paz han publicado por su parte un largo comunicado conjunto, en el que llaman "a la participación como un deber cívico y un acto de responsabilidad a favor del Bien Común". Piden que se tenga en cuenta "la gestión llevada a cabo hasta ahora por quienes han regido municipios y autonomías" y que no se vote en clave nacional, sino local o regional: "no se trata de un examen de la política global del Estado", aseguran. Para ellos, el foco prioritario de las elecciones está en "el paro, el incremento de la pobreza y la exclusión social". Por eso, piden atender temas como la creación de empleo, la situación de los inmigrantes sin papeles y la ayuda internacional al desarrollo. A pesar del sistema de "listas cerradas de los partidos", proponen que no se vote a personas que no merecerían el respeto de la ciudadanía por afán partidista.
Muy distinta es la postura de la influyente asociación catalana E-Cristians, que sí pide tener en cuenta el "significado plebiscitario" de estas elecciones. Según su criterio, “Rodríguez Zapatero durante siete años, ha transformado al Partido Socialista en una realidad desvinculada de la justicia social, que tiene en el laicismo de la exclusión religiosa, la ideología de género y el homosexualismo político sus nuevos referentes". E-Cristians recuerda que estas ideologías se han nutrido de subvenciones a nivel municipal y autonómico y por ello piden que "salvo excepciones concretas debidas a alcaldes que posean una actuación que se aparte de estas políticas" se voten "opciones que representen alternativas reales al Partido Socialista para garantizar su exclusión democrática del poder".
El movimiento Comunión y Liberación afirma en un comunicado que "el triste espectáculo de una vida pública dominada por la descalificación continua, la falta de diálogo y una exasperante ideologización, ha provocado un desinterés por la construcción de la polis". Proponen no sólo votar sino "trabajar con aquellas opciones políticas que acojan y favorezcan lo que ya se mueve en bien de nuestra sociedad". Y añaden: "apoyaremos a aquellos formaciones políticas que respetan la vida y favorezcan la familia como fuente de cohesión social, que valoren y sostengan con creatividad la libertad de educar y que alienten la libre iniciativa creadora del empleo".
Por último, los movimientos juveniles de Acción Católica, en vez de limitarse a un comunicado orientando el voto, han elaborado un completo documento de 15 páginas pidiendo a los jóvenes ser "corresponsables en democracia", explicando lo que la Doctrina Social de la Iglesia explica sobre la participación política, el bien común, la sunsidiariedad y el destino universal de los bienes. Piden que los jóvenes no se limiten a votar, sino que se comprometan en asociaciones, sindicatos, partidos y movimientos sociales.
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